Obesidad: expertos establecieron un nuevo enfoque para entender y tratar la enfermedad
El estudio destaca que la obesidad no es solo una cuestión de kilos, sino de cómo y dónde se acumula la grasa en el cuerpo, lo que puede tener implicancias directas en la salud cardiovascular y metabólica.
A raíz de un reciente estudio publicado en "The Lancet", que propone una revisión en la manera de diagnosticar la obesidad, la Dra. Mónica Roldán Suárez, especialista en obesidad, diabetes y endocrinología, enfatizó que se trata de una enfermedad compleja que no puede reducirse únicamente a un número obtenido del Índice de Masa Corporal (IMC), ya que "este índice es la resultante de una fórmula matemática, se divide el peso entre altura al cuadrado; es una medida de la corpulencia de la persona, no así de su porcentaje de grasa".
Consultada por EL LIBERAL respecto de este tema, la médica especialista santiagueña explicó que "el IMC ha sido una herramienta útil durante décadas, pero presenta importantes limitaciones. No distingue entre una persona con mucha masa muscular, grasa visceral o subcutánea, y esto puede llevar a diagnósticos imprecisos. Es fundamental considerar otras variables para evaluar el estado de salud de cada paciente".
El estudio destaca que la obesidad no es solo una cuestión de kilos, sino de cómo y dónde se acumula la grasa en el cuerpo, lo que puede tener implicancias directas en la salud cardiovascular y metabólica.
Más allá del IMC
"Imaginemos a dos personas con el mismo peso y altura, pero una con mayor masa muscular y otra con más grasa corporal, ambas podrían tener un IMC similar, pero su estado de salud podría ser completamente diferente. Por eso, los expertos ahora recomiendan complementarlo con herramientas más precisas, como, circunferencia de la cintura: una medida simple que puede revelar acumulaciones de grasa peligrosas para el corazón. Relación cintura-cadera: indicador de riesgos cardiovasculares y metabólicos. Escáneres corporales: que permiten ver con claridad la distribución y el impacto de la grasa en órganos clave", puntualizó la profesional.
Dijo, además, que estos métodos no solo aportan mayor precisión, sino que también ayudan a entender mejor los riesgos específicos que enfrenta cada persona.
"La obesidad es una enfermedad compleja, crónica, progresiva y recidivante, que no puede reducirse a un número en la balanza. Para abordar realmente el problema, necesitamos considerar herramientas más específicas que reflejen las diferencias individuales", explica la especialista.
El estudio también introduce una distinción que podría cambiar el rumbo de los diagnósticos:
Obesidad clínica: Cuando el exceso de grasa afecta directamente a los órganos y aumenta el riesgo de enfermedades como diabetes tipo 2 o problemas cardíacos.
Obesidad preclínica: Una "alarma temprana", donde el exceso de grasa aún no muestra síntomas claros, pero representa un riesgo latente.
"Esta clasificación es un gran avance porque permite tratar al paciente de manera más personalizada y haciendo foco en la prevención. Es fundamental identificar a tiempo los casos preclínicos para evitar complicaciones futuras", agregó la Dra. Roldán Suárez.
Se considera necesario un cambio de mentalidad para abordar el problema
Estos hallazgos también desafían una idea profundamente arraigada: que la obesidad es solo una cuestión de fuerza de voluntad.
Sobre este punto, la Dra. Mónica Roldán Suárez insiste en que es hora de abordar este problema desde una perspectiva integral, considerando factores biológicos, sociales y ambientales.
"La obesidad debe ser tratada como lo que es: una enfermedad multifactorial. Necesitamos dejar atrás los prejuicios y enfocarnos en las crecientes evidencias científicas.", concluyó la especialista santiagueña, que se ha dedicado a ahondar sus conocimientos en cuanto a este tema.
En los últimos tiempos, la ciencia avanzó notablemente en tratamientos que miran más allá del peso
La doctora Roldán Suárez, puntualizó además que en paralelo a esta nueva perspectiva diagnóstica, la ciencia sigue avanzando en el tratamiento de la obesidad.
Un estudio reciente publicado en la revista científica "Nature" destaca los beneficios de la Semaglutida, un medicamento utilizado para tratar la obesidad y la diabetes tipo 2.
Este fármaco ha demostrado no solo facilitar la pérdida de peso y mejorar el control de la glucosa, sino también reducir la inflamación y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Incluso se han identificado efectos positivos en condiciones como la osteoartritis, la depresión y el asma, lo que refuerza su potencial como un tratamiento integral para la obesidad y sus complicaciones.
Estos avances científicos marcan el inicio de una nueva etapa en la lucha contra la obesidad, centrada en un diagnóstico más preciso y tratamientos que aborden sus múltiples dimensiones, ofreciendo a los pacientes una mejor calidad de vida.
La profesional, especialista en metabolismo, obesidad y diabetes, aclaró no obstante que "en el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso los fármacos tendrían que estar en el marco de un tratamiento holístico, analizar el caso particular, y acompañar siempre con actividad física y alimentación consciente y real".
La doctora invitó también a hacer foco en que no se trata de la existencia de una "droga mágica" que viene a salvarme.