2025: campo de siembra y libro por escribir
Por Alberto Tasso, especial para EL LIBERAL.
Por las bombas de estruendo supimos que era la hora 0 y comenzaba el nuevo año. Brindamos en familia y nos dimos un abrazo, como marca la tradición. Pasado el encuentro, a eso de las 3, tuve una extraña sensación: estaba contento de estrenar el día pero me costaba iniciar el trato con el año.
Es que somos dos desconocidos, él no sabe de mí, ni yo de él. así que me puse a indagar sobre este nuevo año y su enigma, que puse bajo la lupa, como si fuese una semilla o una hoja de hierba. Primero había que descifrar la cifra que es su nombre- cuatro dígitos que pueden ser leídos de varias maneras. "Un signo indescifrado somos", escribió Friedrich Hölderlin.
Una lectura matemática, si no aritmética, y circuló en muchos correos electrónicos con el siguiente mensaje.
año cuadrado perfecto "2025 = 45² es un "año cuadrado perfecto". Está representado por el cuadrado de la suma de los 10 dígitos del sistema numérico decimal. (0 + 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9)² = 45 ² = 2025. también representa la suma de los cubos de todos los dígitos del sistema numérico decimal. (0³ + 1³ + 2³ + 3³ + 4³ + 5³ + 6³ + 7³ + 8³ + 9³) = 2025. 0+1+8+27+64+125+2 16+343+512+729=2.025 El último "año cuadrado perfecto" ocurrió en 1936 y después de 2025 sólo en 2116. Para el siguiente tendremos que esperar hasta el 2209". ( )
Este admirable cálculo (no vesicular, sino pitagórico) me dejó pensando que además de una curiosidad numérica era de interés histórico, pues los años cuadrados perfectos señalan ciclos de aproximadamente 90 años cada uno, y proponía el ejercicio de pensar que pasó en cada uno.
Yo también estoy pensando hace unas semanas en el 2025, desafiante por cierto, pensándolo en términos de proyecto: ¿qué haré? ¿qué haremos, ya que el plan común no se hace solo? Mientras hago estas preguntas ante la imaginaria palangana de nostradamus, la bola de cristal del alquimista o la lámpara de aladino, recurro a las fuentes más conocidas.
si hablamos de números puedo recurrir a las matemáticas o la estadística, en las que siempre tuve dificultades, pero prefiero la numerología, paraciencia en la que nunca me tomaron examen.
Un año 9: libro y campo de siembra
Encuentro entonces que 2025 es, sumando sus dígitos, un año 9. no me voy a referir a las características de las personas que llevan el 9 como número del destino (se obtiene sumando los números del día, el mes y el año de nacimiento) sino a la dimensión colectiva (o societal) del 9. Dicen los maestros que el 9 encarna la culminación de un ciclo, "representando sabiduría, compasión y realización espiritual", que invita a reflexionar sobre los aprendizajes pasados y también a terminar las tareas que quedaron pendientes.
Pero no me desvío por el sendero astrológico y vuelvo al tema. 2025 es tanto un libro por escribir como un campo de cultivo. Más allá de nuestro diario personal, la escritura será colectiva. Tendrá 365 páginas, algunas escritas a mano y la mayoría en el esperanto de la compu. Habrá tachaduras, enmiendas, borrones y cuentas nuevas.
Y también estará allí nuestra palabra, que surge tanto del azar como del deseo. Agrego que tendrá 12 capítulos, y que ya vamos por la página 5. no menos sugestiva es la idea de sembrar. Porque allí donde pongamos nuestra energía (o una semilla) algo más crecerá.
Volvamos al tema. La pregunta, a pequeña escala nacional es qué proyectamos, en el sentido amplio de imaginación, juego y creación, no solo para el 25 sino para toda la década. Por mi parte, creo que un eje será el crecimiento de la conciencia ciudadana y planetaria, desde nuestro barrio a la aldea global.
a pesar del campo minado en el que estamos (un erial, diría amado nervo), o más bien estimulados por los golpes del nuevo estado gendarme, el nuevo año nos convoca a doblar la apuesta: la resistencia contra la opresión, la afirmación contra la negación, la fraternidad contra el egoísmo, el amor contra el odio.
no será fácil. Pero ya sabemos que un pequeño grano de arena sumado a otros puede formar montañas, según dijo atahualpa. Y antes, el refranero criollo afirmó: "Hasta el pelo más delgado hace su sombra en el suelo".