Un joven santiagueño confesó el crimen de una anciana cordobesa
El sujeto, tras cometer el asesinato, se escondió en su pueblo natal Bandera Bajada, pero terminó siendo apresado.
El santiagueño Emilio Ibañez de 24 años fue trasladado al Juzgado de Río Segundo (Córdoba), se sentó frente a la fiscal y durante su indagatoria confesó ser el único autor del crimen de una anciana de 79 años. No solo se hizo cargo de este aberrante crimen sucedido en Oncativo, Córdoba, sino que también reveló que "la abusó sexualmente". Cabe recordar que el jornalero fue detenido en Bandera Bajada, Figueroa. Pero hay algo que no cierra con respecto al rol de la empleada doméstica Romina Ledesma, pareja del acusado, que estuvo presa, luego fue liberada y recientemente la Justicia volvió a detenerle.
Ante la fiscal Patricia Baulies, el acusado aseguró que él la mató, tras abusarla sexualmente. Y dijo que actuó solo, algo que la Justicia pone en dudas, según fuentes de la fiscalía. Los pesquisas sospechan que el hombre "estaría cubriendo a Ledesma", aunque no logran descifrar por qué lo haría. Una prueba genética ( en unas sábanas y otras prendas de la víctima) vinculó al sospechoso directamente con el crimen. Según la investigación, el acusado, un trabajador golondrina oriundo de Bandera Bajada, Santiago del Estero, que ocasionalmente se instaló en Oncativo para trabajar como jornalero, cerca de la casa de la víctima, habría entrado a la vivienda por el hueco diminuto en una reja un detalle que ya había desconcertado a los investigadores por lo estrecho del espacio. Allí, y siempre según el expediente judicial, la estranguló. También consta en la causa que le dio un fuerte golpe en la cabeza con un florero, que también la condujo a la muerte.
La víctima había sido estrangulada y presentaba marcas de golpes en diversas partes del cuerpo, además de una mordida en el brazo. Uno de los elementos más enigmáticos del crimen es una mordida hallada en el brazo de la víctima. Inicialmente se creyó que esta evidencia incriminaba a Romina Ledesma, ya que parecía coincidir con su dentadura. Sin embargo, tras la confesión de Ibáñez, surgió la hipótesis de que él podría haber sido el autor de esa lesión. Para confirmar se realizaron estudios odontológicos que concluyeron que la marca no corresponde a su dentadura, pero sí sería compatible con la de Ledesma.