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"A mi madre le perforaron un pulmón y nos lo ocultaron"

Milagros, la hija de Elizabeth Noemí Sequiera, la enfermera que murió por supuesta mala praxis, manifestó: "Mi mamá nos enseñó a ir al frente, aunque tengamos miedo, por eso vamos a llegar hasta las últimas consecuencias"

Devastada por el dolor que le generó la pérdida de su madre, Milagros —la hija de Elizabeth Noemí Sequeira, la empleada del Cepsi que falleció por una supuesta mala praxis— habló con EL LIBERAL en exclusiva y contó todo el derrotero que su mamá atravesó. Ella mostró toda la entereza para que, si se determina que fue "asesinada", se haga justicia. 

Tal como lo reveló EL LIBERAL, el trágico episodio se desencadenó el día 29 de noviembre. "Ella tenía una cirugía programada por cálculos en la vesícula. Había hecho la dieta y todo lo que le indicaron para ser intervenida", expresó. Milagros sostuvo: "El día martes la operan a las 10 de la mañana. Debía ser una cirugía dentro de todo fácil porque era con láser. Después de las 12.30 el médico cirujano sale del quirófano y nos dice que la intervención salió bien, pero que se había complicado y que debieron realizarle una operación convencional".

Consultada sobre el motivo de tal complicación, le había dicho a Milagros que "como su madre era fumadora, se había complicado la intervención y que por eso debía estar en la UTI. Ella sentía mucho dolor", remarcó.

"En el horario de visita ingreso a verla y ella me señalaba que tenía un tubo al costado del cuerpo. La habían atado de una mano para que no se moviera y había también un papel que decía que necesitaba dos dadores de sangre. Me despedí y le dije que se quedara tranquila que todo iba a estar bien", enfatizó.

El día miércoles sobrevino lo peor. "Cuando íbamos a donar sangre con una de mis hermanas nos llaman del sanatorio para decirnos que mi mamá se había descompensado a la madrugada y que tenían que intervenirla de nuevo", expresó. "Nosotras —Milagros y su hermana Luciana— fuimos a donar sangre y mis otras dos hermanas al sanatorio para autorizar la intervención. Cuando ellas llegan les dicen que mi mamá tenía una pequeña hemorragia interna y que debían abrirla de nuevo".

Según explicó la joven, cuando ellos ahondaron en el motivo de la hemorragia, los profesionales de la salud les expresaron que "seguramente hizo algún esfuerzo al moverse y por eso se podría haber abierto un punto y causó el sangrado".

Cuando salen de la segunda cirugía nos dicen que "había salido bien, que se detuvo la hemorragia se le puso un plástico esterilizante tipo faja porque la herida había quedado abierta por si más adelante había alguna complicación y tenían que abrirla de nuevo. Mi mamá estaba amarilla y casi sin sentido".

Según contó Milagros, tal informe se lo dieron cerca del quirófano, donde habían operado a Elizabeth. "Cuando estábamos ahí, mi hermana ve en una fuente coágulos grandes de sangre y le saca fotos".

"El médico nos dijo que el tubo que tenía a la altura de las costillas —el cual aparentemente había ingresado por la clavícula— cerca de los pulmones era para que éstos se oxigenaran, que todo iba a estar bien que la iban a llevar a UTI", ahondó.

Milagros manifestó que insólitamente el galeno les dijo que "si algo se complicaba y como no había respirador ahí, ellos tenían un lugarcito al frente (en otro centro de salud) para asistirla". Cerca de las 16.30 todo se complicó. Elizabeth, según los dichos de Milagros, estaba muy descompensada y debió ser trasladada "al frente". La joven contó: "La sacaron en una camilla. Mi mamá estaba consciente llorando de dolor. Mi tío debió cortar la calle para que pudiera cruzar". En el nuevo centro médico estuvo solo 48 horas y falleció.

"El día miércoles ella queda internada en el nuevo sanatorio. Allí la intubaron y la sedaron. Los médicos nos dicen que su cuadro era muy delicado. Que debían compensarla y que lo que debían hacer era cerrar la cirugía, pero en su condiciones eso era imposible", dijo.

El día jueves fue un baño de realidad, cruel. "El médico terapista nos dicen que mi mamá estaba en shock, que era una paciente delicadísima, que le habían cambiado la medicación y que teníamos que esperar el informe del cirujano porque ellos querían cerrarle la operación sí o sí porque toda la sangre que le ponían se perdía porque sus tejidos ya no contenían la sangre".

Ya cerca de las 19.30 de ese mismo día Milagros recibe el informe médico. "El médico me dijo que él iba a ser muy sincero, y me dio detalles que antes a nosotros nunca nos habían dicho. Me dice que mi mamá ingresó con un derramamiento toraxíco, me explica con palabras técnicas que no recuerdo, pero me dicen que cuando en el otro sanatorio le ingresaron el tubo le perforaron uno de su pulmones por donde le ingresó sangre y aire".

Según contó Milagros el médico cirujano acusado nunca les dio tal información. "Ahí recién no enteramos de todo lo que le hicieron a mi mamá. Ellos nunca nos informaron lo que le habían hecho, entonces yo salgo busco a mi hermana y vamos a hacer la denuncia". El día viernes Elizabeth no logró sobreponerse y falleció. "Mi mamá nos enseño a ser fuertes, a ir para adelante siempre, aunque tengamos miedo, que siempre hagamos lo correcto y yo creo que esto es lo correcto: llegar hasta las últimas consecuencias".

"Mi mamá tenía muchas ganas de vivir entró a hacerse una cirugía con un láser y se murió. Ella quería operarse y poder disfrutar de la vida", reveló. La joven contó que a raíz de la publicación sobre la muerte de su mamá en este diario, se enteró de otros casos en el mismo centro asistencial. "Gracias a ustedes muchas personas se acercaron y nos dijeron que habían vivido casos similares pero que no denunciaron por el dolor de la situación. Todos esos testimonios vamos a usar como pruebas", finalizó.

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