Comerciante, prófugo por $ 270 M. en cocaína oculta en El Mojón
El submundo narco especuló un mes, con que nadie hallase la cocaína. Un escáner y un perro aguaron el negocio. JUZGADO FEDERAL Indagaron a Favio Palomino y se desentendió de la droga
La Justicia Federal busca intensamente a un comerciante del Bº Siglo XX, sospechoso de ser el dueño de 9 kilos de cocaína descubierta recién 30 días después de permanecer oculta en un coche, en la comisaría de El Mojón, Pellegrini, junto a mercadería de contrabando.
De apellido Acosta, el sujeto sería el socio de Favio Palomino, del Bº 750 Viviendas, indagado el viernes 15 de noviembre por el juez Federal, Guillermo Molinari (foto).
El procedimiento se cumplió en la ruta 4. Los efectivos detuvieron la marcha de dos automóviles Volkswagen Surán. El primero, blanco, era conducido por Acosta, del Bº Siglo XX. El segundo vehículo, gris, era manejado por Palomino, del Bº 750 Viviendas sector Siglo XXI. Ambos manifestaron provenir de Aguas Blancas, Bolivia, lo que despertó la sospecha de los oficiales al observar la presencia de varios bultos en el interior de los rodados.
El prólogo de la causa
En aquel entonces, intervino la Justicia ordinaria: trabajó la Fiscalía de Delitos Comunes, a cargo de Natalia Malachevski, y notificaron al juez Federal Molinari. Ambos, ordenaron la requisa de ambos vehículos.
Al inspeccionarse el coche de Acosta, los efectivos hallaron un televisor de 55 pulgadas, bicicletas, varias valijas, prendas deportivas, electrodomésticos y artículos de cocina.
En el segundo automóvil, también encontraron bicicletas, electrodomésticos, zapatillas, artículos de barbería y ropa de marca.
El Federal dispuso el secuestro preventivo de la mercadería y vehículos por infracción a la Ley 22.415, es decir contrabando. Los conductores fueron identificados, examinados por el médico policial, labradas las correspondientes actas administrativas y recuperaron la libertad. Todos los secuestros quedaron en la base de la Subcomisaría de El Mojón, a disposición del Juzgado Federal.
La espera
Desde entonces, los autos quedaron en El Mojón. En forma sorpresiva, en la última semana la policía Federal se trasladó a El Mojón: los efectivos llevaron un escáner de la AFIP-Aduana y el perro antinarcótico "Yana". En menos de 15 minutos, el perro marcó los torpedos.
Después, los federales extrajeron la decena de ladrillos con cocaína con el sello del Delfín. Trataríase de la marca impuesta por Reinaldo Delfín Castedo, un narco que controlaba ambos lados de la frontera con Bolivia, lo que le valió el mote de "Patrón del Norte". La teoría nunca fue confirmada, ni desmentida.
Palomino y Acosta, ¿dueños o "chasquis" de anónimos?
Representado por los abogados, Luis Barraza (foto) y Carlos Ríos López, el viernes Palomino habría manifestado ser ajeno a los 10 paquetes de cocaína que viajaban ocultos en el torpedo de los dos coches, estacionados el 12 de octubre con zapatillas, ropa y cubiertas, de contrabando.
Ésta, habría ingresado por Aguas Blancas, Bolivia, perfectamente camuflada en los dos transportes detenidos abruptamente en El Mojón, Pellegrini, por la policía local. Allí permanecieron quizá a la espera de que alguien, audaz, osare asomarse al torpedo, con el riesgo tal de quedar "pegado" a la droga.
Un contrasentido
El punto era uno: no necesariamente los conductores de los autos conocían el "regalo" extra, cuya real dimensión está dada por su valor. A $ 10.000 el gramo, multiplicado por 9 serían unos $ 90 millones. Pero si la droga fuese de alta calidad, el valor sería triplicado fácilmente hasta unos $ 270 millones.
Con Palomino y su boca cerrada, ahora el abogado, Osvaldo Pérez Robertti, patrocinaría a Acosta, quien habría supeditado su suerte a la reserva absoluta del primero.
Por lo pronto, el Federal habría resuelto rodear a Acosta y cerrarle cualquier salvoconducto. Ya habría dispuesto su detención en todo el mapa nacional. Sin perder el tiempo, el comerciante ha "desaparecido" del Bº Siglo XX, tanto de su vivienda, como de los lugares que habituaba frecuentar.