"La constitución psíquica de los niños se ve afectada por la violencia que lleva el bullying"
La licenciada en Psicología Adriana Villalba Giampaoli, sostiene que el hostigamiento produce consecuencias en la subjetividad de la víctima, porque se destruye de alguna manera el lazo social entre pares.
Es bien sabido que el acoso escolar, conocido como bullying, ocasiona serios problemas a quienes lo sufren, los que no son fáciles de erradicarlos, ya que especialistas sostienen que afectan la constitución psíquica de los más pequeños, lo que se ve manifestado con el paso del tiempo.
Además, para la comunidad científica internacional, el bullying ya no es considerado un problema menor, y se ha convertido en un fenómeno que afecta profundamente el desarrollo neurológico de niños y adolescentes.
Para Adriana Villalba Giampaoli, licenciada en Psicología (MP 118), magíster en Psico Neuro Inmuno Endocrinología, y especialista en Salud Social y Comunitaria, "hablar de bullying es hablar de violencia, especialmente en el ámbito escolar, porque un alumno o una alumna es acosada o victimizada, y está siempre expuesta de manera repetida a acciones negativas intencionales de otros, generalmente en grupos, que producen daño".
"Esa acción negativa busca el malestar en el otro, puede ser físico y verbal, y siempre produce agotamiento por la reiteración de esas acciones. Lamentablemente, esas conductas de hostigamiento han estado justificas de algún modo, porque se decía que 'el chico, no sabe lo que hace; ella no se defiende', pero existe un desequilibrio, porque hay mucho poder en alguien, o en algunos, con mucha fuerza, y menor presencia en quién es víctima del bullying", analizó.
En este punto, indicó que "cuando esto es sostenido en el tiempo; cuando hay una persistencia de ese hostigamiento, de esa conducta negativa; se producen siempre consecuencias en la subjetividad, en la formación psíquica de la persona que lo sufre, porque se destruye de alguna manera el lazo social entre pares".
Consecuencia
"Casi siempre, las consecuencias silenciosas, se ven a lo largo del tiempo. Pero también sufre esas consecuencias quien hace bullying", alertó.
Sobre el fenómeno del bullying, interpretó la licenciada Villalba Giampaoli, que "hay que tener muy en cuenta que, más allá de los posicionamientos, se deben ver las características de la época, donde la autoridad ha declinado enormemente, donde la mirada es un objeto privilegiado, eso de ver al otro, observar; todas las cuestiones de género, los cambios sociales que han sido muy grandes".
"En ese ámbito se viene a dar esto del bullying, algo que va a tener muchas consecuencias. Una es la angustia en quién es víctima, pero también de quien lo ejerce, por no poder parar, ni tomar conciencia de eso que está haciendo, y en esto es en lo que trabajamos los psicólogos, para que puedan salir de esa posición. También sobre las motivaciones subjetivas que han llevado a ponerse en esa posición, ya sea de un lado o del otro. Esa angustia hay que transformarla, tiene que disminuir", acentuó.
Sin dudas que, entender el bullying como un problema neurológico y social, sin dudas va a ayudar a priorizar su prevención y fomentar estrategias de intervención más efectivas.
La importancia de saber escuchar a la víctima
La licenciada Villalba Giampaoli dijo que en el proceso por el que atraviesa la víctima de bullying, "la escucha de los niños o adolescentes, es lo más importante".
"Porque vemos que si el bullying no ha sido coartado, finalizado; que ha sido repetido y por lo tanto ha producido consecuencias como angustia y vivencias muy dolorosas, hubo mucho sufrimiento y esto ha ido configurando la subjetividad de niños y adolescentes, por eso es de mucha importancia saber escucharlos".
También refirió que en los establecimientos, es fundamental la figura de la autoridad, "porque tiene que romper el sometimiento de una de las partes; hacerlos cambiar de posición".
Un reciente estudio demostró que más allá de lo emocional, el daño influye directamente en la estructura cerebral
Un estudio reciente realizado por el Trinity College, de Dublin, en Irlanda y publicado en bioRxiv, reunió evidencias de que las secuelas de la victimización en la etapa escolar van más allá de lo emocional, y que influye directamente en la estructura cerebral.
Las conclusiones sostienen que el acoso escolar tiene consecuencias tangibles y duraderas en el cerebro en el desarrollo de niños y adolescentes.
El estudio realizado por el Trinity College incluyó a más de 2.000 adolescentes de diferentes países europeos, y demostró que al menos 49 regiones cerebrales relacionadas con funciones como la memoria, el aprendizaje y los movimientos motores pueden ser afectados por el bullying.
Las resonancias magnéticas (MRI) revelaron cómo el acoso crónico y recurrente influye en el desarrollo neurológico, con implicaciones que se extienden más allá de la etapa escolar.
Especialistas sostienen que estructuras cerebrales como la amígdala, giro fusiforme, ínsula, cuerpo estriado y corteza prefrontal se ven modificadas, y evidencian compromisos en expresión facial, aprendizaje y regulación de emociones. Esto implica que las víctimas no solo enfrentan dificultades académicas y de socialización, sino que también están en mayor riesgo de desarrollar problemas emocionales y de salud mental a largo plazo.