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Rodrigo Atencio, el goleador de la Copa Argentina al que lo motiva su familia

Su mamá y su novia lo alentaron en San Nicolás, donde llegó a las cuatro conquistas para ser el máximo artillero del certamen. El volante ofensivo se ilusiona con hacer historia con el "Ferro".

En Central Córdoba hoy todo es felicidad por la clasificación para la final de la Copa Argentina. Y si hay alguien que lo disfruta más que nadie, ese es Rodrigo Atencio, que con su gol ante Huracán llegó a las cuatro conquistas y es el máximo goleador del certamen, superando por uno nada menos que a los delanteros de Boca Edinson Cavani y Milton Giménez.

"Es un orgullo en lo personal, siempre uno sueña con jugar y marcar goles. Y en esta instancia, quedar como único goleador es un orgullo. Esto es gracias a mi equipo", dijo el "Chino", para luego revelar un costado íntimo, que tiene que ver con la motivación que le genera que su familia y su novia estén en cada partido que él juega.

"Se lo dedico a mi familia que vino de Rosario y a mi novia. Fueron a ver el partido y fue una alegría inmensa verlos en la tribuna festejando, eso me llenó el corazón", dijo emocionado el volante surgido en Independiente de Avellaneda.

Y siguió: "Yo sabía dónde estaban porque el partido pasado, con Temperley, fueron al mismo lugar, así que apenas entré a la cancha ya los vi. A mí me gusta mucho que venga mi familia a verme, que venga mi novia, porque eso me motiva más".

Fue esa motivación la que le dio el plus para pergeñar la gran jugada del empate transitorio, que él mismo definió, en un momento clave del partido, tras aquel mazazo que había significado el tempranero gol de Huracán.

Ese gol tuvo dedicatoria y fue para su novia Agustina. Así, el "Chino" saldó el olvido que tuvo tras prometerle una dedicatoria en Junín, que finalmente fue para su abuela. "Con Sarmiento hice el gol y le dije que se lo iba a dedicar, pero me colgué y se lo dediqué a mi abuela de la emoción que tenía. Quedé un poco mal con ella (risas), pero ayer (por el jueves) pude hacer gol de nuevo y se lo dediqué a ella", reveló con una tímida sonrisa, la misma que esbozó al confesar en que consistía esa dedicatoria: "Hice la inicial de ella, la A, y un corazón".

Historia de vida

La motivación que le genera su familia tiene su raíz seis años atrás, cuando fue a probarse al "Rojo" de Avellaneda. "A los 16 años fui a Independiente, antes había ido a varios clubes y no quedé. Independiente era la última vara, incluso antes de ir había hablado con mi vieja de que si no quedaba no quería jugar más. Ya me había cansado de ir a probarme y no quedar", contó.

Pero más allá de haber quedado en Independiente, hubo momentos en que no la pasó bien y quiso volverse a su Rosario natal, pero otra vez fue clave su familia. "La adaptación en Independiente fue difícil, hubo un momento en que me quería volver y mi familia, que siempre me apoyó, me dijo que me quede", aseguró.

"Ahora estoy acá y estoy muy contento", concluyó acerca de su gran presente en Central Córdoba.

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