Política

Tute: "El actual es un gobierno de violentos, el propio Presidente se comporta como un canalla"

Estará presente en la 14ª Edición de la Feria Provincial del Libro para presentar su último trabajo, "Lo Mejor de Tute". Un repaso por su obra, la referencia a su padre, Caloi, y su mirada crítica de la actualidad. 

Una de las presencias rutilantes que tendrá la 14ª Feria Provincial del Libro que comienza hoy en el Fórum y en el CCB, será la del humorista gráfico argentino "Tute".

El viernes 25 a las 21, en la sala Bernardo Canal Feijóo (Fórum) dará una charla sobre "Lo mejor de Tute: el arte de contar la realidad y la historieta como voz social", su último libro. 

"Tute", Juan Matías Loiseau, es uno de los grandes exponentes del humor gráfico, hijo de otro gran referente de los dibujantes e historietistas argentinos: Carlos Loiseau o más conocido como Caloi, su seudónimo artístico.

Antes de su presencia en Santiago, "Tute" mantuvo una entrevista extensa e íntima con EL LIBERAL donde anticipó su charla, repasó su obra y definió su humor. También habló de la actualidad y reprobó la violencia del actual gobierno a tal punto de sostener que el presidente Javier Milei se comporta como "canalla". Y advierte perversidad en la forma en que lleva adelante el ajuste sobre la sociedad.

Sobre su libro," Lo mejor de Tute", contó que "es una recopilación de los 25 años que llevo publicando en el Diario La Nación. Se trata de un libro gordito, de unas 400 páginas, que se supone que concentran lo mejor de tantos años". 

-¿Cuán difícil se te hace contar la realidad a través del humor, o a través de una viñeta? 

-No se me hace difícil, al contrario, es lo único que sé hacer. Siempre digo que el dibujante, el humorista gráfico, antes de sentarse al tablero a dibujar, es un observador, es alguien que previamente pone un ojo observador sobre la realidad, y la realidad incluye muchas cosas. Yo trabajo fundamentalmente con dos grandes paisajes, el paisaje de aquello que me rodea y un paisaje más íntimo, el paisaje de mis propias preguntas, de mis propios fantasmas. El producto de ese universo de intereses, de esos dos paisajes, es lo que después uno lleva al tablero.

-¿La historieta necesariamente tiene que ser la voz de los que no tienen voz? 

-Creo que naturalmente lo es. Creo que el humor, el humor gráfico en particular, pero el humor en general, es un mecanismo de defensa que tiene el ser humano. Entonces, cuando uno hace un chiste, cuando uno hace humor sobre algo que lo angustia, que lo atemoriza, que lo inquieta, está defendiéndose de alguna manera.

Y si pese a que uno está haciendo algo que es para mover a la risa, que tiene que ver con la comicidad, sin duda es un reflejo de este mecanismo de defensa que tenemos para combatir. Por eso el humor siempre tiene un carácter subversivo. Busca modificar algo de la realidad o reflexionar sobre ella.

-Donde hay humor hay reflexión y donde hay reflexión hay cambios. ¿Cómo lo aplicas vos en la cotidianeidad de tu trabajo y cómo observas el resultado de esa propuesta? 

-Como decíamos, el humor tiene esa capacidad. Dos cosas tiene.

Una, el carácter de establecer una crítica sobre algo. Esto puede ser una cuestión de la coyuntura social, política, o de un vínculo con un hijo, con una pareja. El humor lo primero que hace es viabilizar algo.

Algo que es muy difícil decir de una manera, de pronto a través del humor es más llegador, se puede. Por eso el humor posibilita, viabiliza. Y por otro lado, al posibilitar y viabilizar, modifica algo.

Algo que no se podía decir, algo que costaba decir de otro modo, de pronto a través del humor es expresado y opera un cambio, un pequeño cambio. El humor no va a hacer una revolución, pero sí va a poder modificar cosas, ofrecer puntos de vista, ofrecer un cachito de reflexión, de discusión. Una discusión es mucho más posible a través del humor que a través del grito.

Esto funciona en todos los sentidos. Incluso en el psicoanálisis, por ejemplo. El psicoanálisis utiliza mucho la herramienta humorística para poder decir.

En una discusión política, de pronto aparece el humor y hay algo que se distiende y al mismo tiempo que puede ser modificado. Así que me parece que tiene todo eso el humor. 

-El psicoanálisis: ¿Cuánto de tu terapia hay en la propuesta que vos en tus distintos trabajos vas presentando a la sociedad? 

El psicoanálisis pertenece al universo. Primero porque soy un analizante, soy un paciente del psicoanálisis de hace muchos años y me parece fascinante la técnica psicoanalítica, Freud, los revolucionarios. Sobre todo Freud que descubrió el inconsciente y a través del inconsciente se modificó la cultura moderna. La perspectiva, el ojo cambió todo en la manera de interpretar la realidad.

Así que es muy importante. Yo desde el humor gráfico ya lo abordé en tres libros que armaron como una suerte de trilogía psicoanalítica humorística que son Tu Terapia, Humor al Diván y Súper-Yo. Y ahora en diciembre va a salir otro libro, esta vez de Mabel y Rubén, pero van a ser Mabel y Rubén al Diván.

-A través de los que tienes en tus trabajos, ¿todo lo que vas haciendo es directa o indirectamente autobiográfico o sutilmente autobiográfico? 

-Yo creo que todo lo que hace un artista es de mínima sutilmente autobiográfico. Por supuesto ¿no? Yo dibujo sobre muchas cosas y todos los días, pero aunque no esté hablando de mí, puntualmente estoy hablando de las cosas que me interesan, de las cosas en las que pongo mi ojo a observar. Es decir, que si bien no son autobiográficas, sí tienen que ver conmigo siempre.

A veces la autobiografía es mucho más contundente o más grande, como por ejemplo en el libro Diario de un Hijo. Yo cuento mi historia, la relación con mi viejo desde mi nacimiento hasta su muerte. Así que ese es quizá mi trabajo más autobiográfico, en el sentido más profundo de la expresión.

-¿Resulta difícil hacer humor en tiempos de redes sociales, en tiempos de bullying, de discursos de odio y de la cultura woke, de la generación de cristal?

-Yo confío mucho en el humor, en la disciplina, en no traicionar los fundamentos de la disciplina. ¿Cuáles son esos fundamentos? Imaginando que estuvieran escritos. Bueno, que no tiene que ser solemne, que no tiene que ser políticamente correcto y que tiene que conmover.

A mí, si me preguntás qué es lo que busco yo con mi humor, es conmover, mover a la risa sin presión. Entonces, en síntesis diría que para mí, el humor que vale es aquel que conmueve. Y entonces, te decía, confío en estos fundamentos del humor, entonces lo sigo practicando de esa manera.

Trato de no hacer un humor políticamente correcto. Si después me tienen que putear, que me puteen, no pasa nada. Es parte del asunto.

El humor no conforma a todos, tampoco siempre, y está bien que así sea. ¿Por qué? Porque el humor es molesto, el humor está ahí para molestar también. Suelo decir que el humor es un espejo incómodo.

Un espejo incómodo en el que nos miramos, individual y socialmente, colectivamente. Entonces, ese espejo no nos muestra lo que queremos ser, nos muestra lo que somos, con las cosas buenas y las cosas malas. Entonces, por eso digo que el humor funciona muchas veces como un espejo incómodo, un espejo social incómodo.

-Tú libro lo Mejor de Tute, es una recopilación de los últimos 25 años. ¿Cómo observas el cambio de la sociedad argentina durante ese tiempo?

-En los últimos años me parece que hubo un retroceso enorme en términos de conquistas sociales y políticas, muy grande. Me parece que igual es un fenómeno global del que no somos ajenos, del que no estamos ajenos. Y me parece que estamos viviendo una etapa inédita, en un sentido inédita en la historia, porque tenemos un gobierno por primera vez, un gobierno anarcocapitalista, que pretende la destrucción del Estado desde el Estado.

Y por otro lado, no tan novedosa en términos de políticas liberales, de corte liberal, de un gran ajuste sobre la sociedad más sensible, que son los jubilados, los que menos tienen, la clase media, con un aumento tremendo de la pobreza, de la indigencia. Es decir, a cambio de un equilibrio fiscal y una desaceleración en la inflación. Dos cosas que son fenómenas, si no fuera que el precio social es tan alto.

Lo veo, lo vivo con mucha preocupación. Un gobierno, como te decía, en muchos sentidos inédito, como por ejemplo las políticas de recorte a nivel cultural. Es decir, un gobierno que busca un cambio de paradigma y que está librando una gran batalla cultural.

-¿Por qué crees que lo hace? ¿Qué es lo que busca? ¿Hacia dónde quiere ir cercenando el Inca, golpeando duro en aspectos muy puntuales de la cultura? 

-Yo creo que tiene que ver con que en general los hacedores de la cultura, por el lado del arte, digamos que la cultura es todo, pero hablando de los artistas, me parece que en general los artistas somos más bien de un signo político opuesto al actual. Entonces la destrucción de la cultura es, me parece a mí, la destrucción de algo para poder edificar algo absolutamente nuevo.

Entonces la manera que encuentra el gobierno es desfinanciando y cerrando todos los espacios relacionados con la cultura y con el arte. En el caso del Inca, del teatro, absolutamente de todo. Así que me parece que es eso, es un gobierno además con unas características muy marcadas en cuanto a la insensibilidad, la violencia, hemos tenido políticas de ajuste mil veces, pero nunca con este nivel casi perverso, te diría, de gozar con el desempleo ajeno, de gozar con el cierre de fuentes de trabajo, de proclamar las políticas con una virulencia también inédita.

Es un gobierno de violentos, el propio presidente que debiera ser el ejemplo para la sociedad, se comporta como un canalla y se expresa con una violencia que por supuesto es replicada después en las distintas esferas, hasta llegar a la gente, al pueblo, que entonces se siente habilitado por un presidente a maltratar, a gritar, a violentar, o incluso intentar asesinar a un líder político de la oposición. 

-¿En qué personajes de los cómics o del humor gráfico o de las historietas encasillarías a Javier Milei? 

-Había un viejo personaje de un gran dibujante que fue Lino Palacio, que se llamaba (Las maldades de) Cicuta, es un personaje que después heredó a su hijo Faruk, y que no hace falta que cuente quién era Cicuta, creo que aunque no lo conozcas puedes imaginar por la rima no más cuál era su característica fundamental (planta cuya semilla se utiliza como veneno, entre otros usos). 

-¿Cómo te sentiste cuando Quino dijo de vos que sos 'el mejor representante del humor gráfico surgido en los últimos tiempos'? 

-Sí, cuando escribió eso, que es parte de un prólogo para un libro mío, me dio una emoción tremenda. Siempre digo que fue un sueño cumplido, no fue un sueño cumplido porque nunca me había atrevido a soñarlo. 

-Además de tu padre Caloi, ¿cuánto han influido en vos referentes indiscutidos del humor gráfico de Argentina como Carlos Garaycochea, Eduardo Ferro, García Ferré y el propio Fontanarrosa? 

-Mucho. El "Negro" Fontanarrosa fue además de un maestro, una especie de tío mío del interior, que cuando llegaba a Buenos Aires siempre venía a casa. Incluso a veces paraba en nuestra casa, nosotros lo visitábamos cuando íbamos a Rosario, vacacionábamos juntos, las dos familias. Mi vieja y Tini, su primera mujer, eran íntimas amigas, andaban con nosotros bebés en los cochecitos juntas, muy amigos, han viajado juntos, muchas historias.

Así que en el caso del "Negro" Fontanarrosa es como un familiar. Por supuesto después lo dimensioné como el gran artista que era y aprendí muchísimo de él. Después nombraste a Garaycochea, fue maestro mío en la escuela que él tenía, una escuela de dibujo muy linda, donde se dictaban cursos de todo tipo, de humorismo, de ilustración, de caricatura, de dibujo infantil, de todo, como se llama, dibujo publicitario.

En esa escuela yo estudié humorismo con Carlos Garaycochea y con Eduardo Ferro, un viejo dibujante muy popular en la década del 40 y del 50, autor de personajes como El Bólido, Langostino, ese también fue maestro mío. Y después García Ferré, a él tuve la suerte de conocerlo, otro gran dibujante y autor de célebres y populares personajes, como Hijitus y tantos otros. Por supuesto son muchos de mis maestros, hay otros como Maicas, Tabaré, Beauty, Bróccoli. Esa generación fue la de mi viejo, una generación de grandes dibujantes y de grandes maestros, de mucha generosidad.

Yo tuve la suerte de conocerlos a casi todos y de haber podido mostrarles mis primeros dibujos y que me dieran consejos, así que de alguna manera todos ellos me formaron. 

- Serrat en "Esos locos bajitos" dice que los hijos a veces se nos parecen. ¿Y en cuánto se parece Juan Matías a Carlos o Tute a Caloi? 

-Yo digo siempre que por supuesto nos parecemos mucho, nos lo han dicho toda la vida, desde muy chiquitito. Me lo siguen diciendo, los más veteranos me dicen cuánto me parezco a él, y sí creo que es así, encima casi nos confundían por la voz, evidentemente nos parecemos mucho.

Como todo, cuando uno empieza a dedicarse a lo mismo que un padre, tiene que en algún momento diferenciarse también. Y yo digo que me fui quitando encima la influencia muy grande que tenía de él y encontrando mi voz personal para expresar mis propias ideas. Y a pesar de eso y a pesar de ser ahora muy distintos nuestros dibujos, nuestro material, también siempre digo que quedamos de la misma vereda, a pesar de estar a una distancia prudencial estilísticamente. Sin embargo quedamos mirando al mundo desde la misma vereda.

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