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Emilia Mazer le pone el cuerpo a "Perdida Mente"

En la trama es la hija adicta del personaje que interpreta Leonor Benedetto, una jueza de la Nación que tiene Alzheimer.

El próximo 23 de octubre, en el Paraninfo de la Universidad Nacional de Santiago del Estero se presentará la obra "Perdida Mente", que trae a un elenco de lujo, del que forma parte Emilia Mazer. Antes del arribo habló con EL LIBERAL sobre esta exitosa obra que lleva a escena una historia sobre el deterioro cognitivo, vivenciado a través del Alzheimer diagnosticado a uno de los personajes.

-¿Cuáles son las características que destacan a la hija que usted interpreta en "Perdida Mente"?

-Es una hija adicta, es una mujer grande, pero infantil, que no se corre del lugar de una hija que siempre demanda. Entonces, le cuesta comprender la enfermedad de su madre (interpretada por Leonor Benedetto) y hacerse cargo, porque su madre siempre se hizo cargo de ella, aunque ya sea mayor.

-¿Cómo ve que el teatro aborde el tema de la salud mental?

-Todo lo que tiene que ver con la salud, y si puede sacar la gente alguna conclusión que le sirva siempre es aliviador. Es una comedia que ganó un Estrella de Mar en la categoría Mejor Comedia Dramática, y yo considero que es una comedia brillante, por momentos, y desopilante, también; aunque no exista el género. Lo aborda desde el punto de vista de la comedia, y si bien no se mete en profundidades sí invita a la reflexión, a la emoción, y generalmente todo el público que viene a ver la obra sale movilizado en un sentido positivo. Más allá de que la jueza tenga Alzheirmer, creo que habla tanto del tiempo como de la sensación de deterioro, del amor, del acompañamiento, de cómo funciona una sociedad donde la memoria todo el tiempo es tergiversada y se olvida la historia. Por encima de lo familiar y lo que ocurre en esa familia en particular, no deja de ser una familia argentina.

-La crítica ha dicho de Perdida Mente, "una comedia con pensamiento". ¿Cuán profundo es el mensaje que tiene obra?

-Eso que vio la crítica es correcto, pero yo no estoy de espectadora, yo estoy inmersa, entonces, me parece que las cosas intelectuales las puede responder el autor, el director (José María Muscari), porque hay que ver si está en su intención eso. Yo estoy poniéndole el cuerpo y como actriz sé que me buscan por un cierto perfil intelectual que tal vez doy, pero estoy metida en una comedia, entonces voy a tratar de no dar una profundidad que no tengo la indicación de darla. Yo actúo en una comedia desopilante, después el mensaje, creo que es responsabilidad del autor.

-¿Cuál es la clave del éxito de "Perdida Mente"?

-Alguna vez lo escuché decir a Carlos Rottemberg que si había algo que no se podía establecer era qué podía ser un éxito o no, más allá de que creo que un productor con el tiempo va puliendo su instinto. Yo lo que vivo es un fenómeno , a la gente le llega al corazón, le llega al alma, creo que hay un elenco sólido que sostiene un excelente texto de José María Muscari y Mariela Asensio. La dirección es muy buena, la puesta es interesante. Viajamos a cualquier ciudad del país con la misma escenografía que hemos tenido y que vamos a volver a tener en calle Corrientes o en la temporada de Mar del Plata. No se escatima en nada. Creo que si esto no fuera contado con humor, no sería un éxito. Un tema complejo a través del humor es una clave importante.

-¿A partir de lo que plantea la obra, cuánto cree que afectan las emociones en los actos de cada día?

-Voy a responder más allá de la obra, porque me interesa todo el tema de las neurociencias y me gusta leer otras cosas, más allá de lo teatral o cinematográfico. Soy docente de teatro desde hace 27 años, entonces trabajo profundamente con las emociones, a través de caminos que no son las pautas quizás con las que me enseñaron y algunas las desarrollé en un camino bastante propio. Tal vez no sé como un neurocientífico o gente dedicada a la salud, pero las emociones son todo. Son todo, y de hecho son tomadas hoy en día para manejar el marketing, el liderazgo, para manejar las candidaturas presidenciales. Las emociones son nuestra máxima expresión y nuestro ser en el mundo. Es parte de nuestro interior y de nuestro vínculo social con el mundo, y nuestro estar en sociedad.

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