Veinte años de prisión para policía por homicidio de "Chuna" y absuelven a su hermano cadete
El policía fue condenado por "homicidio simple". Así, evitó la prisión perpetua. Dispositivo de seguridad.
El policía Enrique David Arévalo purgará 20 años de prisión, al ser hallado responsable del "homicidio simple" del adolescente Roque del Jesús "Chuna" Barraza, y, por el contrario, fueron absueltos su hermano cadete y dos integrantes más de la fuerza.
A las 12:30, el tribunal bajó ayer la persiana al juicio por el brutal homicidio del joven, la fría madrugada del 31 de julio de año 2022, en el Bº Siglo XXI.
En principio, Enrique David Arévalo llegó a juicio acusado por "homicidio agravado por su condición de funcionario policial", reprimido con prisión perpetua. A su vez, su hermano, Diego Sebastián, como "partícipe necesario por inducción" de homicidio. Y en un plano secundario, Hugo Ariel Coiman y Gabriel Fernando Herrera, con cargos por "encubrimiento por omisión agravado".
El desenlace
En la última palabra, los cuatro imputados señalaron ayer su confianza en la Justicia y afirmaron: "Somos inocentes". El alto cuerpo pasó a un cuarto intermedio y a las 12:30 develó el misterio. Éste fue potenciado por familiares y amigos de los dos sectores.
Al dar lectura al fallo, la secretaria informó que con votos de Julio Carmelo Vidal y Raúl Santucho, fue condenado el policía Enrique David Arévalo por "homicidio simple". En tanto, el vocal, Alfredo Pérez Gallardo, votó por una condena a 16 años de cárcel.
Asimismo, coincidente, el tribunal absolvió "lisa y llanamente" a su hermano, Diego Sebastián. También, fueron declarados inocentes Coiman y Herrera.
Párrafo aparte, los jueces también remitirán las actuaciones para que un fiscal investigue posibles falsos testimonios en los testigos Oscar Ezequiel Díaz, Leandro Gabriel Salas, Lucas Ezequiel Peyene y Mauricio Aguirre Tórrez.
Pese a que el fundamento será confeccionado en los días venideros, los expertos explicaron que lo sustancioso del desenlace se sitúa en Enrique David Arévalo: no fue condenado a perpetua, ya que se consideró el que haya sido atacado por una "patota".
Se interpretaría que abrió fuego para defender su propiedad, pero no es menos cierto que el reproche emergente apunta a su condición de policía: no debía reaccionar colocándose a la altura del grupo de jóvenes, cuya ira e inconducta cuestionaba.
Vale subrayar que aquel amanecer, los policías compartían un encuentro. Pasaron varios jóvenes. Insultaron a los efectivos y reaccionó con furia y gritos el cadete Diego Sebastián. Estalló una pelea con un agresor. Después, los ánimos se apaciguaron. A los minutos, el "duelo" verbal se recalentó, ya con una "lluvia" de piedras a la casa del policía.
En medio del caos, los Arévalo tomaron un rifle de aire comprimido. El policía intentó hacer desistir a la "turba", en vano. Ya en medio de la desesperación interna y del lanzamiento, externo, de más piedras, el policía tomó su arma reglamentaria. Uno, con desatino, y otro ajeno al escándalo, "cruzaron" sus caminos, sin vuelta. El efectivo saltó las rejas, abrió fuego y dio en la cabeza de "Chuna" Barraza, que no había estado desde un principio en el lugar del hecho, sino que había sido convocada por sus amigos para presentarse en el escenario beligerante.
Todos perdieron
El veredicto de ayer no llevará paz a ninguna de las dos partes. La familia de los Arévalo tendrá a un hijo condenado y al otro libre. En el medio, la semana pasada dejó de existir el padre, también funcionario policial.
A su vez, a la familia de "Chuna" Barraza nadie le devolverá su pérdida. Cuando el fallo se hizo público, afuera se escucharon gritos, de esos que solo provocan tristeza, desolación. Enfrente, Diego Sebastián dejó el recinto rumbo a su casa y su hermano fue esposado, directo, a un pabellón del Penal de Varones, en Alsina 850.