Piden libertad para presunto cerebro de banda "poliladron" de los $2 millones y medio
La defensa va por el cese de prisión. Marcos y "Maxi" (su hermano) habrían reclutado a los "soldados" entre ex policías.
El expolicía, Marcos Villalba, solicitó ayer su cese de prisión y, por ende, que ya no queden detenidos de la "banda poliladron", sindicada de perpetrar el atraco al personal de Servisur fijado en 2.413,080, la mañana del 12 de noviembre del 2019 en Dorrego y 24 de Septiembre.
Así lo fundamentó el abogado defensor, César Barrojo, en audiencia presidida por el juez de Control y Garantías, Sergio Guillet, quien difirió su decisión para hoy.
Por la Fiscalía, Fernanda Vittar, se opuso a la pretensión de libertad, al sostener que Villalba (presunto jefe de la banda) no puede pretender tamaño guiño de la Justicia, ya que nunca se sometió a Derecho, sino que fue detenido el 2 de julio del 2020, durante un operativo con enfrentamiento a balazos en Bº Siglo XIX, incluido.
Apogeo y ocaso
En aquel entonces, furioso, ha sido doblegado por los policías y apresado en la intersección de Perito Pascasio Moreno y Pablo Trullenque. Le incautaron tres armas de fuego, un chaleco antibalas, una radio portátil con frecuencia policial sintonizada y dos celulares. Un cómplice huyó y nadie descartó, o confirmó, que se haya tratado de su hermano, "Maxi", prófugo.
Para los investigadores, los dos planificaron el golpe, reclutaron a la mano de obra desocupada de la policía y hasta montaron paciente vigilancia a Servisur, en Belgrano y Solís.
Semanas previas al asalto, alquilaron una casa en el Bº 8 de Abril. Se transformó en el "búnker" al que se trasladaron los asaltantes tras huir con varios bolsos repletos de dinero, hasta ser delatados por cámaras de seguridad.
"Robo doblemente calificado, agravado por el uso de arma de fuego en poblado y en banda", son los cargos enrostrados por Vittar, quien bregó ayer para que Guillet prorrogue la preventiva de Villalba, quien está privado de la libertad hace más de 4 años y 3 meses.
El juicio por venir
El día que la banda enfrente a un tribunal, la Justicia intentará dar forma a un rompecabezas, con piezas y cómplices aún "ausentes". Extraoficialmente, se sospecha que la idea fue ventilada a varios policías exonerados, pero al quedar fuera, léase ser marginados del festín, esos "descartados" corrieron ante funcionarios y aguaron los festejos en el 2019.
Un detalle accesorio crucial. Cayeron presos casi diez individuos. Con muchos hombres liberados, otros con preventiva y después excarcelados, jamás nadie se quebró, o intentó negociar un mejor pasar. Y así, la Justicia nunca recuperó el botín.
Motos "calientes" y bolsos con dinero rumbo al Bº Smata
La banda huyó en motos enduro y en plena retirada, se sabe, dos asumieron el traslado de los bolsos con dinero y enfilaron hacia el Bº Smata.
De las indagatorias, se sabe que en plena fuga, todos los delincuentes advirtieron que las motos estaban "calientes", es decir marcadas por los policías "buenos" y que debían desaparecer, sí o sí.
En menos de 15 minutos, los bolsos fueron guardados en la casa del amigo de un cómplice y adiós al dinero. Con los meses, trascendió que los Villalba lo escondían en un horno y que daban directivas a su familia para que lo utilizaran en pagos específicos: silencio, cómplices y para afrontar su defensa.
El resto del pelotón, apresado, deslizó que solo si se mantenía en silencio, recibiría su parte. Ese desenlace es toda una encrucijada.