Opinión

Hacia un futuro con respuestas: la investigación como eje central en la Oncología 

Por Pablo A. Sanchis.

Por Pablo Antonio Sanchis, docente del Dpto. de Biotecnología, Alimentos, Agro y Ambiental e investigador en Biotecnología de UADE.

¿Por qué algunos cánceres desarrollan resistencia a tratamientos que inicialmente fueron efectivos? ¿Cómo podemos personalizar las estrategias de prevención del cáncer? ¿Cómo podemos mejorar la efectividad de las inmunoterapias para que sean más amplias y duraderas? ¿Cómo podemos reducir las disparidades en salud y acceso al tratamiento? ¿Qué nuevas tecnologías pueden servir para desarrollar métodos de detección más tempranos?

Estas son apenas cinco de las preguntas que a ChatGPT se le ocurre que aún no han sido contestadas en el área de la oncología, y son sólo gotas dentro de un mar de inquietudes que quedan por esclarecer. 

El cáncer afecta a millones de personas en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 hubo aproximadamente 19.3 millones de nuevos casos de cáncer y 10 millones de muertes asociadas a la enfermedad. Aterrador, ¿verdad?

Pero ¿qué tal si mencionamos que hace 20 años ser diagnosticado con cáncer de páncreas era una sentencia de muerte, con una expectativa de vida de solo 3 meses, y hoy, al menos el 12% de los pacientes vive más de 5 años? ¡Y eso no es todo! Los pacientes con cáncer de mama diagnosticados en estadios tempranos tienen una tasa de supervivencia de casi el 99%. Esto hace que el panorama sea alentador. Todos estos avances, y todos los que no menciono porque no habría tiempo ni espacio suficiente, surgen de una hermosa disciplina: la investigación. Por lo tanto, es correcto decir que la investigación ha logrado avances sustanciales, y eso es innegable. 

Sin embargo, el campo de batalla en la guerra contra el cáncer sigue siendo complejo. Por ello, el Día de la Investigación en Cáncer es una oportunidad para reflexionar sobre los avances logrados y los desafíos que aún enfrentamos. La colaboración global y el compromiso continuo con la investigación son esenciales, permitiendo diagnósticos más tempranos y precisos, tratamientos más efectivos, estrategias de prevención más sólidas y para transformar los descubrimientos de hoy en las curas de mañana.

Por deducción, es necesario que todos los científicos abocados a la investigación del cáncer en el mundo nos focalicemos en distintas facetas de la enfermedad. Que haya investigación básica que estudie las células, moléculas o genes asociados a la enfermedad para obtener nuevos conocimientos sobre los cambios celulares y moleculares que ocurren; investigación traslacional para acelerar la aplicación de los descubrimientos del laboratorio en la práctica clínica; investigación clínica que busque la mejor manera de aplicar los tratamientos y procedimientos en los pacientes; e investigación epidemiológica, que se encargue del estudio de las causas y los patrones de ocurrencia del cáncer y la evaluación del riesgo en la población. 

Pero no es suficiente; necesitamos que haya recursos humanos capacitados para hacer y responder las preguntas adecuadas, que haya políticas de salud, que haya financiamiento de los sistemas científicos y que haya conciencia en la población. Por lo tanto, erradicar el cáncer no es un tema únicamente de la ciencia, si no que requiere de un abordaje holístico, una integración ciencia-gobierno-sociedad.

De este modo, cada descubrimiento, cada avance, y cada esfuerzo de colaboración nos acerca un paso más a la meta de entender y aniquilar el cáncer. 

Continuar apoyando y participando en la investigación es esencial para asegurar un futuro en el que el cáncer sea una enfermedad prevenible y/o curable para todos.

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