Indican que el consumo masivo podría caer por debajo de los niveles de la crisis de 2001
El experto en consumo masivo advirtió que el panorama no mejorará en el corto plazo. EFECTO
El consumo masivo sigue mostrando señales preocupantes en la economía argentina, aunque según datos recientes del Indec, la actividad económica de julio mejoró un 1,7% respecto a junio, pero el panorama para el consumo sigue siendo sombrío.
Osvaldo del Río, director de la consultora Scentia, indicó que se profundizó esa situación en el comportamiento del consumo durante los últimos meses y las expectativas para el cierre del año. Detalló que el consumo masivo empaquetado, que incluye alimentos, bebidas, cosmética y productos de limpieza con código de barras, ha sufrido una contracción del 17,2% en agosto en comparación con igual mes del 2023.
También hizo hincapié en que todos los canales de venta están en terreno negativo: "El supermercadismo cayó 18%, los autoservicios 17%, y los almacenes y kioscos cerca del 17%. No hay ningún sector que se esté salvando de esta tendencia". Los productos de higiene y cosmética, así como las bebidas alcohólicas, han sido de los más golpeados, con caídas superiores al 20%.
Viene el peor semestre, la estabilidad, en 2025
Del Río advirtió que el panorama no mejorará en el corto plazo. "Posiblemente veamos caídas de doble dígito hasta noviembre inclusive", subrayó. Según sus proyecciones, el consumo podría finalizar el año con una retracción superior al 10%, lo que colocaría al 2024 como uno de los peores años en términos de consumo masivo de las últimas tres décadas.
A pesar de las cifras negativas, indicó que el consumo se ha estabilizado en los últimos meses: "Desde abril hasta agosto, las ventas se han mantenido estables, sin grandes caídas entre un mes y otro. Esto nos hace pensar que estamos fijando una nueva base, que va a perdurar, al menos, hasta 2025". Pero, esa estabilidad no es alentadora. "Hablamos de una nueva normalidad de bajo consumo, que será muy difícil de revertir en el corto plazo", explicó.
Otro factor determinante en la caída del consumo ha sido la fuerte inflación y la pérdida del poder adquisitivo. La caída del salario real llevó a migrar a segundas y terceras marcas. "Esto no es algo novedoso", señaló, "la gente ya viene hace tiempo buscando productos más económicos, tratando de hacer rendir al máximo su capacidad de compra". Aunque algunas paritarias han permitido una leve recuperación salarial, la brecha entre ingresos e inflación sigue muy alta.
OASIS: "Si este año termina con esa caída, estaremos por debajo del peor momento del consumo en la crisis del 2001".
Al ser consultado sobre qué se puede esperar para el resto del año, Del Río fue claro: "No vemos una mejora en el corto plazo. Las caídas van a seguir y aunque el consumo se ha estabilizado, la situación no deja de ser preocupante".
Además, anticipó que el contexto político y económico posterior a las elecciones podría traer más ajustes y cambios que impacten directamente en el consumo. "En diciembre, después del período electoral, es probable que se pongan en blanco y negro algunas situaciones concretas que sigan afectando al bolsillo de la gente", advirtió.