Cinco mitos sobre el suicidio y cómo prevenirlo
Por Bogna Bia?ecka.
Por Bogna Bia?ecka por Aleteia.
El suicidio suele aparecer de repente. Sin embargo, con el tiempo, analizando el comportamiento pasado de una persona suicida, nos damos cuenta de las señales de advertencia, pero es fácil pasarlas por alto si no sabemos a qué prestar atención. Por lo tanto, vale la pena aprender cómo ayudar y salvar la vida de alguien con pensamientos suicidas.
Los pensamientos suicidas pueden aparecer bajo la influencia de crisis, sufrimiento, pero a veces también como un efecto secundario de la medicación o incluso un simple insomnio crónico. Siempre van acompañados de dudas sobre el sentido y el propósito de la vida y de la convicción de que será mejor para todos si desaparecemos. Estos pensamientos pueden aparecer esporádicamente en casi cualquier persona, pero en las personas suicidas es un motivo constante que impregna el pensamiento.
Verdades y mitos sobre el suicidio: Cómo reconocer el peligro y obtener ayuda
EL SUICIDIO LLEGA SIN AVISAR
Realidad: El suicidio rara vez es un acto sin previo aviso. Aunque una persona en crisis no hable directamente de sus intenciones, suele dar diversas señales, como una tristeza prolongada, descuidar su aspecto, evitar el contacto social o -muy característico- regalar objetos valiosos y a los que está vinculada emocionalmente.
HABLAR DEL SUICIDIO PUEDE ALENTARLO
Realidad: Hablar de pensamientos suicidas puede ser el primer paso para obtener ayuda. Una conversación franca muestra a una persona en crisis que no está sola con sus problemas y que se pueden encontrar otras soluciones. Por lo tanto, no debemos tener miedo a la pregunta: "¿Tienes pensamientos suicidas?" Hacer esta pregunta no empujará a la persona a la acción, pero puede ayudarle a abrirse. Si la respuesta es: "Sí, quiero suicidarme", hay que saber qué hacer a continuación.
LOS SUICIDAS NO QUIEREN MORIR, SOLO MANIPULAN EL ENTORNO
Realidad: Los intentos de suicidio no son una manipulación, sino un grito de ayuda. Una persona en crisis necesita atención y apoyo para seguir viviendo una vida mejor que antes.
EL SUICIDIO NO PUEDE PREVENIRSE
Realidad: El suicidio puede prevenirse. La clave está en reconocer rápidamente el peligro y responder adecuadamente. Una ayuda a tiempo puede salvar vidas.
EL OBJETIVO DE UN INTENTO DE SUICIDIO ES ACABAR CON LA PROPIA VIDA
Realidad: La mayoría de las personas que intentan suicidarse no desean necesariamente acabar con su vida. Se caracterizan por la ambivalencia, es decir, un deseo simultáneo de vivir y morir. Sus actos no suelen ser claros, y la muerte se ve como una posibilidad y no como algo inevitable. Esto deja margen para que quienes les rodean reaccionen y rescaten a esa persona. Por eso es crucial desarrollar un plan de seguridad.
Plan de seguridad
Una persona en crisis rara vez está decidida a suicidarse, lo más frecuente es que experimente impulsos momentáneos pero intensos que le empujan hacia la autodestrucción. Algunas personas tras un intento de suicidio son las que han tenido un cambio de opinión de última hora y han conseguido revertir parcialmente los efectos de sus actos.
Por lo tanto, si tenemos a nuestro cuidado a una persona que está teniendo pensamientos suicidas, hay muchas cosas que podemos hacer para ayudarle. Es importante que esto no se haga en lugar de la terapia, sino para apoyarla.
1 Hablar sobre el hecho de que los impulsos suicidas, aunque sean fuertes, pasan, por lo que la estrategia básica es darse la oportunidad de calmarse.
2 Asegurarse de que el hogar es seguro. La idea es crear tantas barreras como sea posible entre la persona y el instrumento del suicidio. Deshazte de los objetos amenazadores de la casa: cuchillos, cuerdas, medicinas.
Los estudios demuestran que el impulso de quitarse la vida, aunque a veces es muy fuerte, suele durar poco. Recuerda que esconder no es lo mismo que asegurar. No basta con esconder objetos peligrosos en un armario. Hay que sacarlos durante un tiempo o encerrarlos en una caja fuerte, por ejemplo. Sí, es incómodo, pero la situación es temporal.
3 Planificar de antemano lo que se puede hacer cuando surgen malos pensamientos. No puedes simplemente suprimirlos, tienes que tener algo que hacer en su lugar. Pueden ser cosas como: una lista de canciones que distraigan del pensamiento; libros para colorear, una serie de televisión. Es una buena idea tener preparada de antemano una lista de "actividades de rescate", teniendo en cuenta tanto las cosas que puedes hacer solo (como bailar, jugar con tu gato, escribir un cuento) como con otras personas (jugar a un juego de mesa, hablar, escribir con alguien por mensajería instantánea).
La lista debe ser amplia para que haya donde elegir. Lo esencial deben ser actividades para hacer sobre la marcha, sin preparación especial. La lista debe ser clara y estar siempre a mano.
4 Determinar con quién puede hablar la persona en crisis a cualquier hora del día o de la noche. Es importante que haya alguien así, de confianza. Y si las crisis se producen con frecuencia, puede haber dos o incluso tres personas de guardia.
Ayuda en una crisis de suicidio:
Lleva inmediatamente a tu ser querido al hospital o llama a una ambulancia si:
Has recibido un mensaje claro de que tiene intención de quitarse la vida,
Tienes una sospecha razonable de que quiere hacer un intento de suicidio, por ejemplo, ves medicamentos acumulados, cartas de despedida, regalar objetos de valor con los que estaba vinculada emocionalmente,
Cuando has frustrado con éxito un intento de suicidio, aunque sospeches que no se hizo con la intención real de quitarse la vida, sino con el deseo de llamar la atención.