Opinión

LA RAZÓN DE LA EDUCACIÓN EN SAN MARTÍN, BELGRANO Y SARMIENTO

POR PROF. CLEMENTE DI LULLO.

Hoy se celebra en la Argentina el Día del Maestro, en memoria del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, acaecida el 11 de setiembre de 1888, en Asunción, capital de la república del Paraguay.

Dueño de una personalidad polifacética, fue político, periodista, escritor y Presidente de la República Argentina entre 1868 a 1874. En aquel tiempo el período presidencial era de seis años.

Más allá de toda bandería política, creemos que la fecha debe movilizar nuestra reflexión para esclarecer el sentido que tuvo la educación en aquellos tiempos fundacionales de nuestra historia política, social y cultural.

Entonces, surge la pregunta fundamental: ¿Por qué aquellos dirigentes fundacionales de nuestra historia le asignaron a la educación una trascendencia mayor en la formación del Nuevo Hombre Americano, que desde su flamante estado de miembro de una sociedad independiente debería construir su futuro de forma autónoma y soberana?

En primer lugar, observamos claramente que como verdaderos estadistas, que lo fueron, (irrepetibles, tal vez) trabajaron sin descanso en sembrar la semilla de la ilustración y la educación en las generaciones de un futuro que tal vez ellos no verían, pero estaban seguros que la sociedad tendría en su seno hombres capaces, útiles, honestos y responsables de sus deberes y derechos como ciudadanos activos.

Entre aquellos que nos legaron el valor trascendente de la educación en el desarrollo de las naciones, figura en primer lugar, el abogado y militar Manuel Belgrano, considerado definitivamente como el primer estadista – educador de la sociedad criolla pre y posrevolucionaria. 

"hombres industriosos". Preocupadísimo por la gravosa decadencia moral y espiritual de la mayoría de los habitantes rurales, buscó denodadamente las formas de sacarlos de esta indignante situación. Desde su cargo de Secretario del Consulado virreinal, escribió unas "Memorias" donde expuso todo su plan en favor de la implementación de instituciones educativas. Propuso la creación de escuelas públicas de primeras letras, Las mismas debían ser gratuitas y bajo la supervisión estatal. En tanto, los encargados de la tarea educativa debían ocupar sus cargos según sus méritos

Ellos debían procurar con su conducta y sus expresiones inspirar en sus alumnos amor al orden, respeto a la religión, moderación y dulzura en el trato, amor a la verdad, evitar los vicios, inclinación al trabajo y formar en ellos un espíritu nacional que le hiciera preferir expresar y vivir la calidad de americano antes que la de extranjero.

El fin de la educación debía ser la formación de "hombres industriosos". Por eso dos fueron sus pilares programáticos: el trabajo de la tierra y la educación o viceversa en orden de prioridades. Con ese fin creó una Escuela de Agricultura, la Escuela de Oficios, la Academia de Dibujo, la Escuela de Comercio, la Academia de Náutica

En segundo lugar, brilla la figura del Gral. José de San Martín, que además de inteligente estratega militar, autor de la libertad y la independencia de media América del Sur, llama la atención como prefiguraba los nuevos Estados. "Sin educación, no hay sociedad" afirmaba con convicción. Por ello, después de crear una república independiente inmediatamente establecía escuelas y bibliotecas públicas donde el hombre encontrara la fuente que afirmara el ideal de la libertad y la independencia

Afirmado en su formación de autodidacta e influenciado por las ideas de la Ilustración francesa, se mostró como un verdadero renovador del sistema educativo de su época. Como tal se configura al apoyar fervientemente la creación de la escuela de la "Santísima Trinidad", primera escuela secundaria en territorio cuyano, donde establece como estrategia educativa el sistema lancasteriano o de enseñanza mutua.

Abundan los testimonios escritos de su mano donde revela su concepción de la educación y la cultura. Por ejemplo:

"La ilustración y el fomento de las letras es la llave maestra que abre las puertas de la abundancia y hace felices a los pueblos

"Deseo que todos se ilustren en los sagrados libros que forman la escuela de los hombres libres"

Y no se quedó en palabras, sino que produjo hechos concretos: donó parte de sus sueldos y premios para la creación de escuelas públicas gratuitas abiertas a todas las voluntades que quisieran formarse en los principios virtuosos y éticos de los ciudadanos libres, trascendentes y responsables de su felicidad. También donó los libros de su biblioteca personal para la creación de bibliotecas públicas en Mendoza, Chile y Perú. En este contexto debe interpretarse el legado de las "Máximas" que no eran solo una propuesta para la formación moral y ética de Merceditas sino también para todos nosotros.

José de San Martín y Manuel Belgrano fueron educadores prácticos e intuitivos que predicaron la educación con los recursos disponibles en relación con el contexto en el que actuaron.

Nos detenemos ahora en Domingo Faustino Sarmiento. Filosóficamente convencido que el ser humano es perfectible por naturaleza a través de la educación, cuya acción beneficiosa los transforma en "seres sociables" y "afectos a las conductas virtuosas". 

Después de visitar Europa, África y EE. UU., en viaje de estudio de los sistemas educativos de esos países, regresó deslumbrado por la organización y sistematización del plan educativo de la sociedad norteamericana comprometida con los valores republicanos y los principios del trabajo productivo como base fundamental de una sociedad progresista.

A los efectos de concretar su ideal educativo, trajo maestras profesionales estadounidenses para inaugurar con ellas la Escuela Normal de Paraná, primera cuna de maestras normales profesionales que se encargarían de trabajar con excelente preparación pedagógica y didáctica en la formación de los niños y niñas de nuestro país.

Durante su Presidencia se crearon cientos de escuelas primarias establecidas en las ciudades y también en las zonas rurales. Fue él quien impuso la ley que establecía la enseñanza primaria como base de la civilización

"El poder, la riqueza y la fuerza de una nación depende de la capacidad industrial, moral e intelectual de los individuos que la componen"

En 1884 era Presidente de la Nación el General Julio Argentino Roca y Sarmiento se desempeñaba como Presidente del Consejo Nacional de Educación y fue a sus instancias que el gobierno nacional sancionó la ley 1420, más conocida como Ley de Educación Común que establecía la enseñanza primaria gratuita, obligatoria y laica, considerada como piedra fundamental del sistema educativo moderno en la República Argentina.

En síntesis: Es posible afirmar que aquella semilla plantada por Belgrano y San Martín continuó creciendo fuerte y segura en las manos de Domingo Faustino Sarmiento. Los tres fueron autodidactas y con distintas miradas políticas, según el contexto que los contenía, Con su ejemplo siguen, a pesar del tiempo transcurrido, enseñando que existen temas de tal importancia sobre los cuales no hay lugar para el disenso y la frustración. El servicio pleno y auténtico a la Patria y a la Sociedad no es discutible, ni antes, ni ahora ni nunca. La Educación es la mejor política. En este 11 de setiembre debemos preocuparnos que tal decisión sea firme bandera de los gobiernos nacionales, provinciales y comunales.

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