"Tuve un encuentro con Dios y me transportó en sus brazos"

El domingo 25 de agosto de 2024 no fue un domingo cualquiera en el patio del "Indio" José Froilán González, mucho menos para su dueño que ayer celebró sus 73 años acompañado por familiares y amigos y ese incondicional público que domingo a domingo le da razón y fundamento al espacio cultural que impulsó con su esposa Tere Castronuovo, con quien lleva 23 años de casado.

El escenario "Carlos Saavedra" cobra vida con los músicos santiagueños que le cantan el "Feliz Cumpleaños" al gran luthier que recorrió el mundo, que dictó talleres de bombo en grandes escenarios, que organiza la Marcha de los Bombos, que le hizo un bombo para Shakira y para Peter Gabriel, que estuvo en el Circo Du Soleil, pero prefirió establecerse en su Santiago querido. Eso es lo que resaltó cuando ayer habló.

Con 62 años de historia laboral en la elaboración del ya mundialmente instrumento de percusión, Froilán se emocionó con las palabras de encomio del locutor Walter Díaz como también ante las enjundiosas palabras de Héctor Paz, rector de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, cuando sostuvo que "todos los domingos se hace cultura en el Patio del "Indio" González".

Hubo una representación de la Marcha de los Bombos con Froilán y Tere encabezándola. Partió desde su atelier hasta el proscenio que lleva el nombre del gran bailarín santiagueño. Turistas de Catamarca le acercaron réplicas de la Virgen del Valle, que él agradeció con lágrimas en los ojos.

Luego, la música y la danza se adueñaron del Patio en un domingo 25 de agosto de 2024, soleado y con el ritmo de la chacarera sonando bien fuerte y a flor de piel en la gente.

EL LIBERAL entrevistó a Froilán, quien evocó su infancia y celebró por la vida.

-¿Cómo te sientes ante el reconocimiento de la gente por tu trabajo?

- Me siento bien, pero lo que más me importa es que la gente que viene al patio disfrute. Y, sobre todo, como ocurría en mis tiempos de infancia, ver a los niños jugando con tierra, con total libertad. El domingo pasado, un chiquito dibujó un pájaro de Nazca. Y lo bueno es que la gente pasa y no pisotea lo que hacen los chicos. Esto, para mí, es vivir. Mi infancia ha sido de criarme en contacto con la naturaleza, plantando árboles, criando animales, pescando con mi papá y con mi hermano Miguel. Esas cosas no las olvido y siempre las aconsejo. Debemos amar y recordar a nuestros padres por esas enseñanzas tan maravillosas que nos dieron.

-¿Qué es lo que te hace sentir más orgulloso de todo lo conseguido en tu vida?

- Fundamentalmente, haber logrado que el bombo, con la tradicional marcha, se convirtiera en un estandarte de Santiago hacia el mundo. Además, han florecido tantos artesanos que hacen bombos en Santiago y que puedan tener trabajo. O sea, gracias a esto buscan pan y buscan el bombo. Tocar un bombo es también una conexión con la tierra. Cuando vamos en la marcha, el que no lleva bombo va sintiendo el sonido en el pecho. Es una bendición de Dios habernos permitido hacer la marcha del bombo y lo maravilloso es que se haya adueñado el pueblo. Estoy orgulloso de que la gente pueda venir un domingo a divertirse sanamente y en familia.

-¿Qué sensaciones te embargan al saber que el legado familiar creció y trascendió?

- Me siento orgulloso de todo lo que sucede a partir del Patio. Nosotros vamos haciendo las cosas sin pensar en qué es lo que va a pasar. Mi madre y mi padre nos han inculcado la cultura del trabajo, de enseñarnos que teníamos que trabajar para ganarnos nuestro propio pan para alimentar y criar a nuestros propios hijos y no vivir de la vagancia. Estoy muy feliz, junto al amor de mi vida, Tere Castronuovo, de recrear un espacio de identidad cultural sin dueños, horizontal, pluralista y democrático, que permita alimentar el ser santiagueño.

-¿Qué tiene el Patio del "Indio" Froilán que tanto enamora a propios y turistas?

- Primero, por como uno lo recibe: un abrazo, un beso y los mejores deseos. Esto no ocurre en cualquier lugar. Luego, es un lugar seguro para toda la familia. La gente busca un lugar en el que esté segura, vengan a tomar mate con tortillas, sus hijos puedan jugar libremente y disfrutar del momento en una conexión plena con la naturaleza. Ojalá hubiera muchos patios para que la familia disfrute, pero pensando en la gente y no en el bolsillo.

-¿Qué espacio tienen en tu vida los pilotos argentinos Ricardo Leopoldo Risatti y José Froilán González?

- Quería recordarlo a Ricardo Risatti, gran piloto de Vicuña Mackenna que falleció el 25 de agosto de 1951 en cercanías de Las Termas de Río Hondo, mientras disputaba la Vuelta del Norte, por los caminos de la provincia de Santiago del Estero. En el momento en que él moría yo estaba naciendo el 25 de agosto de 1951, a las 7.30. En cuanto a Froilán, para mí fue un gran orgullo poder conversar con él desde 1980. ¡Qué gran amigo!, ¡qué gran ser humano! Para mí es un honor que me hayan bautizado con el nombre de José Froilán. Aquí también hay una mano de Dios: nacer justo el día que muere alguien, ser el receptor de tener el nombre de un grande como José Froilán González. Siempre he tenido esa suerte de que me pasen cosas significativas para mi vida…y también he tenido un encuentro con Dios y me transportó en sus brazos. Cuando yo llego por primera vez a Europa y estoy bajando en España y a ese lugar ya lo conocía, pero nunca había ido. Ese fue el sueño que yo he tenido con Dios. Otro hecho milagroso fue cuando perdí mi pasaje en el aeropuerto de Barajas y volver a encontrarlo en medio de semejante maraña de boletos en el piso. Otra vez estuvo la mano de Dios cuando, en una oportunidad, al viajar al sur de Francia, me bajé para tomar un desayuno y sin poder ver la cara de una persona que, cuando estoy por pagar, me toma del hombro y me dice que él me lo pagará y que cuando lo busco para agradecerle no lo encuentro más. Eso fue tener un designio de Dios. Agradezco siempre a Dios, a la vida y a tantas personas que me ayudaron. Estoy feliz por todas las cosas hermosas que me han sucedido. Vivo, disfruto y agradezco todos los dones recibidos.

EL HOMBRE QUE "HABLA" CON LOS PÁJAROS Y LES AGRADECE

José Froilán González, el "Indio", el luthier santiagueño, tiene una comunicación vital con los pájaros. "Cada vez que le doy de comer a los pájaros en mi Patio, me vienen lágrimas porque cuando no había pesca (en el río Dulce), de lo que vivíamos, mi papá nos daba una honda y una linterna para ir, por la noche, a cazar palomas lo necesario para poder hacer un guiso al otro día. Hoy les doy de comer a cientos de pájaros que andan de árboles en árboles en mi casa porque ellos me han dado de comer cuando no teníamos para la comida. Ellos nos salvaron la vida a todos nosotros. Y soy un agradecido con los pájaros", destacó a EL LIBERAL.

" Me siento realizado por esto, por todo lo que Dios me ha dado, orgulloso de mi familia, de mi esposa, de mis amigos, de la gente y de quienes apoyan todo lo que hacemos por el bien de la cultura. Muchas gracias a todo y por todo lo que la vida me dio... Mi corazón late por esa gratitud", remarcó Froilán a EL LIBERAL.

FROILÁN SE SIENTE UN AFORTUNADO POR TODO LO VIVIDO A LO LARGO DE SUS 73 AÑOS

Froilán tiene una experiencia laboral a nivel internacional increíble. Fue protagonista en los talleres en la comunidad El Arca, de San Antonio, Francia. Hizo lo propio en los talleres para niños en Cavagnon-Avignon y Boniuxs, Francia. Además, es impulsor de la Marcha de los Bombos, mostró su arte en el Festival de Peter Gabriel, en Reedín Inglaterra.

Lleva 63 años dedicado a la fabricación de bombos legüeros. No solo los comercializa a nivel local, regional y nacional, sino que sus famosos productos han llegado a manos de artistas internacionales como la cantante colombiana Shakira, el ganador de reiterados premios Grammy, Gustavo Santaolalla, o el prestigioso Cirque du Soleil como también Chayanne.