Santiago

Educación financiera: desde qué edad está bien enseñar a los niños a hablar de dinero

Algunos padres prefieren familiarizarlos desde chicos con el tema y otros optan por evitarlo hasta que sean adolescentes. Los expertos tienen una  firme postura sobre la temática.

Son diferentes los modos que aplican los padres para poner a sus hijos en contacto con el manejo del dinero desde la infancia misma. Desde el ratoncito que remunera el diente caído puesto debajo de la almohada, hasta recompensas por lavar el auto, hacer un mandado u otras tareas encargadas, que se vinculan al trabajo.

Disponer de su platita puede ser fundamental en el desarrollo de buenos hábitos de los niños y adolescentes en la gestión del dinero en la adultez, pero la preparación ameritaría conversaciones sobre la responsabilidad en la administración. E inclusive la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos sostiene que dicho tema debe ser integrado en el plan de estudios desde etapas iniciales dado su impacto en el desarrollo de competencias financieras.

Según la edad, existen diversas estrategias para transmitirlo: mediante juegos de rol, de mesa y hasta con aplicaciones online.

"Es fundamental el rol de los adultos para enseñarles a los niños educación financiera durante la infancia. Informarse y poder transmitir resulta clave", expresa Martina González, gerente de Marketing y RRPP de Equifax Argentina.

Desde la perspectiva infantil, puede llegar a considerarse que la plata es ilimitada. En ese sentido, enseñar sobre su valor implicará la generación de conciencia en contrario.

Aprender sobre el ahorro es otro punto a contemplar. Si bien los chicos no manejan dinero, el gesto de colocar un billete en la alcancía permite enseñar sobre la relevancia de cuidarlo y de planificar los gastos.

En tiempos de billeteras virtuales y cajas de ahorro para adolescentes, es aconsejable preparar a los jóvenes de modo tal que -cuando corresponda- puedan gestionar sus obligaciones de pago e incluso potenciar su capacidad financiera. Las transacciones electrónicas son protagonistas actualmente, operar financieramente es simple y ágil. Por lo tanto, es importante actuar con compromiso, contemplando el pago en tiempo y forma.

La planificación y la organización colaboran en la correcta administración de las finanzas.

El armado de presupuestos mensualmente es una manera de entender la situación financiera personal y tomar las mejores decisiones en base a ella.

La información y anticipación permite cuidar la salud financiera, manteniendo un equilibrio entre ingresos, gastos y ahorro.

"Los buenos hábitos financieros se construyen y se adquieren gradualmente, con lo cual estimularlos desde edades tempranas es muy importante", señala Martina González.

Y añade: "Motivamos a que los jóvenes aprendan educación financiera y a que los adultos tomen conciencia de la relevancia de enseñar sobre el manejo del dinero personal".

Gestiones digitales

Asimismo, se debe considerar que las gestiones digitales requieren operar con atención y responsabilidad para potenciar la seguridad en el entorno virtual.

Prevenir la ciberdelincuencia implica incorporar desde temprano hábitos que permitan preservar los datos personales.

Lo positivo de la educación financiera en la niñez

Existen múltiples recursos para comunicar y enseñar sobre finanzas a los más chicos. 

Porque construir una realidad financiera ordenada implica conocimiento, preparación y constancia.

"La educación financiera en la niñez no solo es una inversión en su futuro, sino también en su bienestar emocional y social", afirma el ejecutivo Ramírez Flores.

"Al enseñarles el valor del dinero, el poder del ahorro y la importancia de tomar decisiones financieras inteligentes para evitar las deudas, les estamos equipando con las herramientas necesarias para construir una vida de seguridad financiera", añadió.

Existen claves necesarias que deben aprender los menores de edad desde que comienzan a manejar dinero

Enseñar los conceptos básicos: inversiones, tasas de interés y rendimiento son conceptos que incluso como adultos no siempre son comprendidos al ciento por ciento. Es importante comenzar con conceptos básicos como el ingreso (la entrada de dinero que tiene una persona, familia o empresa), gasto (destino del dinero con el fin de obtener algún bien o servicio) y ahorro (parte fija del ingreso que se guarda para lograr las metas). De ahí, es más sencillo mostrar herramientas como las inversiones y por qué es importante el rendimiento cuando sean adolescentes.

Fijar metas claras para un ahorro claro: ya sea un juguete, una ida al cine, un dulce o una bicicleta, es importante que los niños aprendan a juntar dinero para alcanzar una meta. En casos donde la meta sea "cara" se pueden incentivar ayudándolos con la mitad del costo siempre que también trabaje para ello. Al final, no importa la cantidad de dinero que se guarde, sino el hábito.

Distinguir entre necesidades y deseos: es esencial aprender a distinguir entre lo necesario y lo que es un gusto o un lujo. Las necesidades son cosas como comida, ropa y un lugar donde vivir. Los deseos están relacionados con lo que otorga placer, pero que no son esenciales.

Enseñar los conceptos básicos: inversiones, tasas de interés y rendimiento son conceptos que incluso como adultos no siempre son comprendidos al ciento por ciento. Es importante comenzar con conceptos básicos como el ingreso (la entrada de dinero que tiene una persona, familia o empresa), gasto (destino del dinero con el fin de obtener algún bien o servicio) y ahorro (parte fija del ingreso que se guarda para lograr las metas). De ahí, es más sencillo mostrar herramientas como las inversiones y por qué es importante el rendimiento cuando sean adolescentes.

Fijar metas claras para un ahorro claro: ya sea un juguete, una ida al cine, un dulce o una bicicleta, es importante que los niños aprendan a juntar dinero para alcanzar una meta. En casos donde la meta sea "cara" se pueden incentivar ayudándolos con la mitad del costo siempre que también trabaje para ello. Al final, no importa la cantidad de dinero que se guarde, sino el hábito.

Distinguir entre necesidades y deseos: es esencial aprender a distinguir entre lo necesario y lo que es un gusto o un lujo. Las necesidades son cosas como comida, ropa y un lugar donde vivir. Los deseos están relacionados con lo que otorga placer, pero que no son esenciales.

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