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Sentenciaron a prisión perpetua al encargado de un edificio por el crimen de un jubilado

Saúl Hilú, la víctima.

El fallecimiento de la víctima se produjo "por un cuadro de asfixia mecánica bajo modalidad de compresión del cuello y sofocación".

El Tribunal en lo Criminal y Correccional N°26 sentenció a la pena de prisión perpetua al encargado de un edificio del barrio porteño de Palermo por el homicidio de un jubilado ocurrido en diciembre de 2021.

Fernando Celestino y su cómplice Liza Cáceres fueron hallados culpables del delito de robo agravado por la utilización de una llave verdadera substraída y homicidio criminis causa [para ocultar otro delito]" contra Saúl Hilú, quien era el suegro del director de sepelios de la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas.  

En tanto, los jueces Carlos Rengel Mirat, Julio Pablo Quiñones y Maximiliano Dialeva Balmaceda dictaron veredicto condenatorio de ocho años de cárcel para una tercera involucrada, llamada Analía Benítez, por el ilícito.  

Los magistrados consideraron autor al portero de "hurto agravado por la utilización de una llave verdadera substraída", cometido meses antes en el mismo inmueble donde la víctima fue una anciana de 75 años.

La resolución concluyó que Celestino, Cáceres y Benítez junto con otros dos hombres aún no identificados sustrajeron diversos elementos del departamento del hombre, situado en la calle Paunero al 2700, en Palermo.   

El portero les entregó a los dos individuos tanto la llave electrónica para el acceso al edificio como la de ingreso a la vivienda de la víctima, que había obtenido luego de haber hecho una serie de obras dentro de esa vivienda.

Las grabaciones de las cámaras de seguridad revelaron que el 15 de diciembre de 2021, cuando los tres condenados ingresaron al edificio minutos antes de la medianoche. Los otros dos implicados hicieron lo propio cerca de las 2:45 del 16 de diciembre, y concurrieron al domiclio de Hilú, donde le dieron una salvaje golpiza y lo sujetaron para que no se moviera.  

Luego se retiraron de la estructura edilicia con su teléfono celular y cuatro relojes y se tomaron un colectivo hacia Villa Zabaleta, donde se reunieron con Celestino, Cáceres y Benítez, quienes se habían ido unos minutos después que ellos.

Tal como había planteado la fiscalía en su alegato, los jueces consideraron que los imputados evaluaron "el botín" conseguido y decidieron que debían retornar al departamento para conseguir una caja fuerte que se encontraba allí.

Celestino y Cáceres retornaron al lugar cerca de las cinco de la mañana a Palermo. En ese segundo ingreso, ambos violentaron nuevamente a la víctima y la sofocaron tanto con sus manos como con una almohada. 

"Con sus agresiones, Celestino y Cáceres pretendieron dar muerte al damnificado para consumar la sustracción de la caja fuerte que removieron del sitio en el que estaba empotrada y, para procurar su impunidad dado que el conocimiento precedente que el damnificado poseía de Celestino, le hubiera permitido identificarlo", marcó el magistrado Rengel en el voto al que adhirieron sus colegas.

Antes de retirarse, los asesinos tomaron el matafuego que se encontraba en el palier del primer piso y lo accionaron dentro de la vivienda "con el único objetivo de impedir dejar rastros en la escena del crimen". 

El cadáver del jubilado fue hallado el 17 de diciembre de 2021, luego de que la empleada doméstica que trabajaba en la vivienda se contactara con la familia de la víctima tras no poder ingresar al departamento.   

De acuerdo a la autopsia realizada por el Cuerpo Médico Forense, el fallecimiento se produjo "por un cuadro de asfixia mecánica bajo modalidad de compresión del cuello y sofocación" entre la madrugada y la mañana del jueves 16 de diciembre de 2021.

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