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Por un golazo de Mastantuono, River ganó en la despedida de Demichelis

El zurdo, de 16 años, la metió de tiro libre y desató la emoción en el Monumental. Fue 1-0 ante Sarmiento. RIVER PLATE

Con un golazo del juvenil Mastantuono, River consiguió una agónica victoria, ante Sarmiento de Junín, partido que marcó la despedida del entrenador Martín Demichelis.

Franco Mastantuono metió un golazo a los 42 minutos del segundo tiempo para cerrar un triunfo que emocionó a Demichelis, quien fue ovacionado por la gente de River con el cántico "Micho es de River, de River no se va".

A su vez, la gente se acordó de Marcelo Gallardo, uno de los principales candidatos a dirigir a River tras la salida del exdefensor con el característico "Muñeco, Muñeco".

El Millonario fue de menos a más en un desarrollo que lo tuvo como protagonista de punta a punta. Primero, costándole generar llegadas de gol y luego encontrando cada vez más espacios con la clase de Franco Mastantuono asociándose con Santiago SImón.

El mismo Mastantuono, con un disparo apenas desviado, y Pablo Solari, exigiendo a Lucas Acosta, fueron los primeros en crear peligro, antes de que le anularan un gol a Manuel Lanzini por una mano previa de Miguel Borja.

Sobre el cierre de la primera parte, el partido ya estaba planteado con La Banda completamente volcada al ataque y merodeando el área juninense. Acosta frustró a Borja y, ya en el inicio del complemento, repitió ante un tiro desde afuera de Simón. El colombiano tuvo revancha, pero volvió a perder al definir mano a mano muy cerca del segundo palo.

Como en muchos momentos de la historia de Demichelis al frente de River, los minutos sin concretar merecimientos empezaron a pesar. Con el DT liberado de los reproches, bajó desde las tribunas un elocuente "movete, River, movete". En efecto, River se movía bien, pero no la metía. Hasta que, a los 41, cuando incluso hasta había bajado un tanto la intensidad de su asedio, consiguió el desahogo Mastantuono con un exquisito tiro libre al ángulo izquierdo de Acosta.

La joya de 16 años corrió a abrazar el DT que lo hizo dar sus primeros pasos en Primera; también lo hizo su hijo Bastian, presente como alcanzapelotas, y disipado el revuelo del festejo, Micho lloró amargamente en cuclillas, solo, en otra imagen fuerte de la noche. Tras el pitazo final de Nazareno Arasa vendrían los sentidos abrazos de los mismos dirigentes que decidieron finiquitarle el crédito y que en pocas horas buscarán cerrar a Gallardo.

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