Crónicas fraseadas
Por Belén Cianferoni.
En Santiago, las frases míticas no tienen envidia de los dichos populares. Todos conocemos la famosa frase "agarrate Catalina", sabemos su uso, pero desconocemos quién es Catalina. La usamos cuando algo se avecina y debemos escondernos o tomar precauciones. Pero como toda provincia orgullosa de sus tradiciones y juegos, tenemos la frase "agarro mi gallo, y me voy". No miento al decir que mi fantasía al hablar resplandece. Soy veraz, siempre digo la verdad, como mi filósofa favorita.
El otro día entendí esta frase completamente. No fue necesario asistir a una riña, ni lo haría, pero un buen bandeño me explicó su origen. En esos eventos, es común ver riñas y tabeadas por igual. La taba es un hueso de vaca, y para jugar a la tabeada se tira este elemento al aire y se deja que Dios o el diablo decidan quién ganará el encuentro. Primero las riñas y luego las tabas, ese es el orden. Si llegas tarde, lamentablemente deberás levantar tu gallo, porque el juego ha cambiado y es hora de partir. El tema ha cambiado.
En una conversación, cuando alguien empieza a tirar palabras al aire, ocupando espacio sin sustancia, es costumbre del buen santiagueño levantar el gallo y partir.
Me quedé pensando en esas frases y en cómo nosotros, los que escribimos, estamos acostumbrados a tirar palabras al aire, esperando que la suerte germine en nuestra tierra de líneas y puntos. Requiere observación y paciencia por igual. Es necesario habitar una tierra que uno conoce, añora y redescubre todos los días. Un maestro en tirar palabras después de muchas horas fue el mítico Jorge Rosenberg, quien pasó a la inmortalidad hace unos días.
Jorge fue la única persona que se volvió frase y decidió habitar la risa burlona de los santiagueños y de quienes nos encontramos pateando palabras en los diarios, croniqueando como quien desdobla las páginas del calendario. No conocí a Jorge, pero conocí su obra y mis ojos se detuvieron en sus crónicas en muchas ocasiones. Adquirió magia cuando el lente de Lorena Jozami grabó esa magnífica ópera prima, "El Zoco de la Buri Buri". Jorge querido, te entiendo tanto. Te tocó levantar el gallo y volver silbando bajito, porque aquí estamos tabeando. Hoy digamos con fuerza, todos juntos... "Zoco de la buri buri
Pan con Suri
Medias nuri
Comida de aterbury
Buchi con sal"