Agua
Por Ricardo Aznárez.
Veníamos del frío buscando zonas más cálidas, hacia la estrella de la luz (donde decidimos la vida).
Su color azul y su espuma blanca me deslumbraron. Decidí bajarme; Theo, Jesús y otros bajaron conmigo. Marzio, deslumbrado por el rojo, lo había hecho un poco antes.
Luego buscamos un río, o varios, el río Guayamba o el Ganges.
- "El Ebro nace en Reynosa
y va a parar a la mar,
y pasa por Zaragoza
para besar El Pilar". -*
En la Alhambra, el agua ha cantado en letras elegantes y misteriosas, lujuriosas melodías en sus baños, y también en el Tigris en Bagdad, en el Nilo en El Cairo y en Roma en las termas de Caracalla.
Por las aguas de un innombrado río he remado en un bote hasta unas ruinas circulares en las que me he recostado a soñar un hombre; o una mujer.
El abstracto y primitivo hombre siempre ha elegido un río, para amar a una mujer y dejarse estar.
Quizás el río sea el Plata, quizás Theo sea Dios y yo, quizás yo, sea Borges.
*Antiguo cantar aragonés.