Viceversa

Abuelo labriego

Por Alfonso Nassif.

Apenas un rezongo.

Una brecha en el tiempo.

Un campo rasguñado

de esperanzas y surcos desparejos.

Te miro entristecido

y comprendo tu estatura de piedra.

Meneas la cabeza

mientras bajan a la tierra

a cascadas dulces

las miradas floridas de tus nietas.

Abuelo labriego:

ayer, no vi tu estatura de piedra,

tu altura de guitarra mecánica,

no vi tu hogar angosto

ni el oro humilde de tus manos

desparramando destinos olvidados

por el cielo y los campos

Hoy, pienso en el surco

torturado de bueyes y fracasos,

en tu aclimatada lágrima terrestre,

en la simiente ardida en la piel de tu sueño

y al ver en tus ojos

que emigra el testimonio,

te siento impalpable... rumoroso.

Y mido tu dimensión de cayos y terrones,

abuelo limitado...

abuelo anónimo.

(Del libro "Sed y canto")

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