Viceversa

A mi padre

De Carlos Eduardo Figueroa.

Vengo del asombro de tu viaje y te valoro

como se valora siempre lo perdido,

te rescato aquí presente, sin olvido

como debe rescatarse lo que amamos.

Ahora en que las edades nos acercan

y el tiempo de los hijos nos prolongan,

comprendo tus enojos y alegrías

esa lucha por el pan de cada día.

Te veo en el perfil de los pequeños,

la sombra de tu raza en cada gesto,

la misma senda, el mismo suelo

recorro por tu sangre, ya de abuelo.

Se va el certero día que te entrega

esta sagrada voz que te reclama,

sube el crepúsculo encendido del alma

hecha palabra universal que a todos llega.

(Del libro "Los juguetes del sueño")

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