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El ascenso en Junín, la gesta que grabó a fuego la historia de Central Córdoba

El 8 de junio de 2019, el equipo del "Sapo" Coleoni derrotaba por penales a Sarmiento y se quedaba con el Reducido de la B Nacional. La atajada de Taborda y el gol de Ramírez lo catapultaron a la gloria perpetua. Al volver a Santiago, los recibió una caravana interminable. Una historia para volver a emocionarse, cinco años después..

Hay momentos, fechas, situaciones, y por qué no hasta instantes, que marcan a fuego la vida de una persona, pero también de las instituciones. Y para Central Córdoba, el 8 de junio del 2019 será recordado siempre como el de la gesta en Junín, aquella tarde-noche del soñado ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino.

Hoy se cumplen cinco años de aquella proeza que grabó a fuego la historia de Central Córdoba. Pero para llegar a esa dramática definición por penales ante Sarmiento, en la que tomó ventaja cuando Taborda le contuvo el remate a Leys y la sentenció con el disparo al ángulo de Ramírez, pasó mucha agua bajo el puente

Todo comenzó el 30 de julio del 2017, cuando a Central Córdoba le sacaron el respirador y así se le puso fin a una larga agonía. El descenso al Federal A era ineludible, pero se sentenció esa tarde gris en Floresta, con la derrota 1-2 ante All Boys. Y fue esa misma tarde que el entrenador Gustavo Coleoni, que había llegado a mitad de temporada y no pudo evitar la catástrofe, se juramentó volver.

Tal vez el "Sapo" nunca imaginó que, en menos de dos años, su equipo escribiría la página más gloriosa de la historia del club del barrio Oeste. El 22 de abril de 2018, de local y ante Defensores de Belgrano de Villa Ramallo (2-1), el "Ferro" consumaba su rápido retorno a la B Nacional. Y el 8 de junio del 2019 consiguió el inolvidable ascenso a la Superliga en Junín.

Los dedos de una mano sobran para contar los equipos que lograron llegar a la máxima categoría del fútbol argentino con dos ascensos consecutivos. Central Córdoba se jacta de ser uno de ellos. Pero el camino no fue nada fácil. En el Federal A, el "Ferro" desfiló y se quedó con holgura con el Pentagonal Final para celebrar el ascenso. Pero en la B Nacional la mano empezó torcida.

Aquel torneo contó con la participación de 25 equipos, entre los cuales también estaba Mitre, siendo esta la primera, y hasta el momento única, vez que los dos máximos rivales de nuestra provincia coincidieron en un certamen de la segunda categoría del fútbol argentino.

El formato establecía enfrentamientos todos contra todos, a una sola rueda (25 fechas, con un equipo libre en cada una de ellas) y al cabo de la misma el campeón ascendería a la Superliga. Mientras que, del 2º al 9º se clasificarían al reducido por el segundo ascenso.

El equipo del "Sapo" la pasó mal en el arranque de torneo. Incluso llego a estar en puestos de descenso antes de llegar a la mitad de la competencia. Fue tan duro el camino para Central que recién en la fecha 13 logró meterse en zona de reducido, trepando al noveno puesto. Se mantuvo durante seis jornadas en ese lote, cayó al décimo lugar en la fecha 18 pero en la siguiente volvió a meterse entre los 9 primeros y de ahí no salió más.

Reducido

Culminó sexto, por lo que debió enfrentar en cuartos de final a Platense (5º) con desventaja deportiva (en caso de igualdad en puntos y diferencia de goles, se clasificaba el "Calamar"). Igualó en la ida 0-0 en el Terrera, por lo que estaba obligado a ganar en Vicente López. Y lo hizo por 1 a 0, con un golazo de Pablo Ortega, a 15 minutos del final.

La semifinal fue ante Almagro, también con desventaja deportiva. Y arrancó 0-1 de local, pero lo dio vuelta con los goles de Facundo Melivilo y Javier Rossi, para ir con una leve ventaja a José Ingenieros, donde volvió a ganar por 2 a 1 (goles de Nahuel Luján y Rossi) para llegar a la final.

Allí ya no había ventaja deportiva. Y tras el 1-1 en el Oeste (otro gol del "Bicho" Rossi), todo se definía en Junín. En los 90, estuvo más cerca el local, pero Nicolás Orsini dilapidó varias chances. Y comenzó la tanda de penales: Jara, Kippes, Rossi y Castro no fallaron y la serie estaba 2-2.

En el tercer remate, Melivilo no falló y Taborda se lo atajó con los pies a Leys. Vera Oviedo confirmó la ventaja para Central pero Villalba puso el 3-4. Ramírez fue a patear el quinto, sabiendo que si lo hacía sentenciaba la historia. "Oveja" la colgó del ángulo y la locura y el delirio se apoderó del puñado de allegados que estuvieron en el estadio. Y de los miles y miles que celebraron eufóricos en nuestra provincia.

Esos mismo que al día siguiente recibieron a sus héroes con una interminable caravana, con parada en varias ciudades del interior, hasta culminar el recorrido en el Terrera. Felices cinco años, Central. Y por muchos más en Primera.

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