Pareja muerta: peritos descubren anomalías en la instalación del calefón
Expertos ingresaron al inmueble y detectaron irregularidades que coinciden con testimonios y resultados de la autopsia a los restos de las víctimas.
Habían pasado 48 horas desde que los restos de una pareja fueron hallados sin vida dentro de un departamento del barrio Mishqui Mayu, cuando ayer la fiscal del caso y peritos, ingresaron nuevamente al inmueble para realizar una inspección ocular y buscar respuestas sobre las causas del deceso de las víctimas.
En primera instancia y a la espera de los resultados de los exámenes toxicológicos practicados a todas las muestras que se tomaron de los elementos y flujos alrededor de los cadáveres, la causa de la muerte sería la intoxicación por inhalación de monóxido de carbono.
La fiscal, Dra. Alejandra Holgado, en compañía de peritos especializados, ingresaron al departamento 301 del grupo 7 del mencionado barrio donde el martes fueron hallados muertos María José Rosales (44) y su novio José Logan Aguilar (41).
Los peritos inspeccionaron cada rincón del inmueble y habrían concluido que la instalación del calefón a gas, era "anómala", ya que no contaría con el caño de salida de monóxido de carbono, por lo que todo quedaría dentro del departamento.
José Salvador Rosales, papá de María José, habría señalado en su testimonio que le llamó la atención al ingresar el vapor que había dentro del departamento y que la llama del calefón sobresalía del mismo.
La hipótesis de que se hayan intoxicado con monóxido de carbono, se veía reforzada ayer, ya que el médico forense que practicó la autopsia, señaló que por el color de la piel de los restos de las víctimas y el tono de la sangre, era compatible a dicha sustancia.
De todas formas, la fiscal Holgado aguardará los resultados toxicológicos a todo el material secuestrado en la escena, para descartar cualquier duda sobre las causas del deceso de Rosales y Aguilar.
Horror
Cabe recordar que la pareja fue hallada por el padre de la mujer, ya que ésta no había llegado a su trabajo y él se trasladó junto con otra hija- desde su casa en el barrio Industria hasta el departamento, que la víctima alquilaba de forma temporal cuando su pareja, Aguilar, llegaba desde Catamarca donde trabajaba en una mina.
En el interior la escena era dantesca. Ella tendida en la cama y él tendido en el suelo cerca del baño, con vómito sobre su cuerpo y defecados, con la ducha aún abierta.