Paula Salto, la atleta santiagueña que corre maratones para hallar a su hijo dado en adopción
Tuvo al bebé cuando era una mujer joven y sufría de violencia psicológica y malos tratos de su pareja. Hoy con 57 años sueña con darle un abrazo y decirle todo lo que pasó antes de dejarlo en la cuna de un hospital en Buenos Aires.
Por Daniel Vera
Para un deportista profesional o amateur, no hay mayor satisfacción y orgullo que cumplir con cualquiera de los objetivos que se propone. Aquí lo que se pregona es el trabajo y el sacrificio que se hace día a día para tratar de estar en un nivel de constante superación y sin fijar límites muchas veces.
El espíritu del deporte no solamente se refleja en las emociones y en las condiciones de cada uno de los protagonistas, sino que, además, puede hacer de nexo en otras circunstancias que tal vez son más difíciles de alcanzar.
La conmovedora historia de la atleta santiagueña Paula Salto, oriunda de la ciudad de Quimilí, y hoy desempeñándose como enfermera de un hospital de General Pacheco en Buenos Aires, tiene un argumento propio de una película con muchos ingredientes y con secuencias que incluyen violencia psicológica, malos tratos y una convivencia crítica de relación de pareja.
Hace 10 años aproximadamente que viene buscando a su hijo Sebastián y que su padre biológico lo dio en adopción al nacer.
Pero la triste historia de Paula tiene aquí un capítulo deportivo y muy fuerte a la vez. Se trata de encontrar a Sebastián a través de las carreras de maratón y con la ayuda de la gente y de todas aquellos que practican el running o el atletismo.
"Es la lucha de todos los días y sé que algún día puedo tener alguna noticia de Sebastián, mi segundo hijo de los tres que tengo desde que estuve dos veces en pareja", comentó Paula cuando habló con EL LIBERAL y mientras última los detalles para el maratón de 42 kilómetros que se corre este fin de semana en la ciudad de La Plata.
"Será el tercer maratón de los 42 kilómetros y nunca fui a La Plata hasta ahora", agregó la corredora de 57 años y que se inclinó por el atletismo a partir de todo lo que vivió desde que estuvo en pareja y por consejo de su psicóloga que en sus sesiones le recomendó las caminatas para ir superando de a poco el trauma y las secuelas por no saber nada de Sebastián.
"Empecé con las caminatas y de a poco me lancé a trotar. Mi primera carrera fue en Buenos Aires y a partir de ahí sentí que todo me hacía bien. Más después de todo lo que me tocó vivir", afirmó la atleta quimilense.
Durante la charla, Paula comentó que ella se fue sola a Capital Federal cuando tenía 16 años y una vida familiar muy difícil. Su madre falleció cuando ella era una niña de ocho años y a partir de ahí quedó bajo el cuidado de su papá que tenía algunos problemas de conducta.
"Prácticamente me crié sola cuando mi papá nos dejó con mis hermanos a cargo de mi abuela. Hasta que siendo adolescente me fui a la capital de Santiago para trabajar como empleada doméstica un tiempo", acotó.
El destino la llevó más adelante a Buenos Aires donde por recomendación se instaló en otra casa de familia para cumplir con las mismas tareas de Santiago.
"Ahí empezó toda mi historia. Conocí a mi primera pareja en un baile y también era de Quimilí. La familia en la que trabajaba vendió la casa y se fue a Brasil. Yo no tenía dónde vivir y me fui a lo de mi novio. Todo era normal al principio, pero después comenzaron a aparecer situaciones muy feas como maltrato psicológico más que nada. Para mí todo era difícil y no sabía cómo podía seguir viviendo. Era muy chica y muy vulnerable a la vez", comentó.
La vida le regaló a Cristian, su primer hijo, pero aun así Paula se sentía incompleta porque no estaba llevando una relación de noviazgo de la mejor manera.
"Él era muy mujeriego y se dedicaba a las fiestas. Para hacer más grave la situación, al poco tiempo quedé embarazada otra vez y con Cristian aun amamantando. Mi edad de jovencita y con pocas herramientas para defenderme, me jugaba en contra y mucho no podía hacer. Necesitaba estar viviendo en esa casa porque no tenía a dónde ir", aclaró.
A continuación apareció en escena Sebastián y se abrió otro capítulo que hoy no quisiera repetir.
"Rompí bolsa estando en la casa y me fui al hospital Durand. No tenía nada de nada. Me atendieron igual y parí. Fue ahí que mi pareja comenzó a presionarme para abortar. Tuve una sicosis puerperal y se me cruzó por la cabeza acabar con mi vida y con la de Sebastián. Tuve esa opción y finalmente no lo hice. Opté por dejarlo en la cuna e irme del hospital al otro día del nacimiento. Nunca más lo volví a ver. Después supe que el papá había firmado el consentimiento de adopción mientras yo me encontraba aturdida por la situación", expresó Paula cuando recordó ese momento que la abrumaba y que sentía que la conducta inmoral se había apoderado de ella.
Una fallida decisión
"Él (por su pareja) nunca lo quiso y me lo decía siempre. Antes de que naciera ya me pedía que lo abortara. Cada vez que venían desde el hospital para preguntar por mí, les decía que me había ido de la casa con Cristian. Y no era verdad. Yo psicologicamente no estaba bien y ahí también pensé en atentar contra mi vida", contó la atleta con un relato estremecedor.
Luego amplió: "Un día corté esa relación y empecé a trabajar en un centro de salud. También a asistir a terapia y desde ahí todo se fue dando de otra manera. La psicóloga me aconsejó salir a caminar y pensar en lo bien que me hará. Las caminatas fueron el motor para que hoy corra maratones y siga buscando a Sebastián".
La primera experiencia se dio en una carrera corta de Buenos Aires donde empezó a darle forma a la idea de buscar a Sebastián a través del atletismo. Y fue un atleta el que la inspiró para poner manos a la obra.
"Venía corriendo delante de mí y con una remera que tenía una dedicatoria para sus hijas con palabras con sentimiento de amor. Ahí se me ocurrió hacer lo mismo y ponerle una leyenda que diga "Sebastián te estoy buscando". Primero lo hice yo y después se sumaron muchos atletas, incluso algunos de elite que son muy reconocidos en el ámbito nacional. Cada vez que veo la posibilidad de estar con ellos, les pido una foto para salir con la remera de mi hijo ya sea abajo o arriba del podio", afirmó.
Y entre los tantos fondistas que se prestaron para apoyar la campaña de Paula estuvo un santiagueño. Se trata de Neri Chávez que aceptó la propuesta y cumplió cuando en el 2022 se impuso en el medio maratón del Diario EL LIBERAL.
"Neri es una excelente persona. Lo conocí cuando ganó la carrera de El Vidriero en Buenos Aires con un brazo inmovilizado por lesión y fue noticia nacional. Ahí también le pedí para que me entrenara a distancia. La carrera de EL LIBERAL fue mi debut con él como entrenador. Cuando subió al podio, le alcancé la remera de mi hijo y la mostró. Fue una emoción muy grande para mi", rememoró Paula.
Esa campaña y esa lucha que viene sosteniendo hace casi 10 años, hasta ahora, no viene dando los resultados esperados. El próximo domingo participará del maratón de 42 kilómetros en La Plata y siempre lo hace con la idea y la esperanza de recibir buenas noticias de Sebastián.
La corredora se aferra a la esperanza y a la ilusión de tenerlo frente suyo
La búsqueda de Sebastián por parte de Paula prácticamente cobró trascendencia nacional. Desde que se decidió por correr maratones y pruebas de menores distancias por este fin, no dejó de participar en muchas de las carreras del país que son convocantes y que sabe que su mensaje puede llegar a mucha gente.
"La gente ya me conoce y sabe lo que estoy buscando. Siempre me alientan y que siga adelante con mi propósito de encontrar a Sebastián. Tengo una página en las redes sociales dedicada a él y recibo muchos mensajes de apoyo de todos lados. También están los que me juzgan por mi proceder, pero son los de menos. Soy consciente de la exposición del tema y de todo lo que se puede decir. Hoy tengo tres hijos (además de Cristián y Sebastián al que está intentando conocer su paradero, el tercero es fruto de su última relación que ya no la tiene), pero seguiré intentando y luchando hasta poder encontrarlo", apuntó.