Santiago

Tomar agua en invierno es tan importante para la salud, como lo es en el verano

Entre los beneficios se encuentran el buen funcionamiento de los riñones, evita la deshidratación, mantiene la temperatura corporal normal y ayuda a la digestión y absorción de nutrientes.

"La hidratación debe ser sostenida como un hábito en las personas de todas las edades, independientemente de la estación del año. El agua, representa aproximadamente las dos terceras partes del peso corporal", define la Lic. Raquel Carranza, especialista en Nutrición, al recomendar el consumo de agua en la población, aún en los días de intenso frío, como los que se presentan en Santiago del Estero.

En ese contexto, y para justificar su pedido, en un diálogo con EL LIBERAL, la especialista cuenta que "dentro de sus principales beneficios tenemos que es esencial para el buen funcionamiento de los riñones, evita la deshidratación, mantiene la temperatura corporal normal y ayuda a la digestión y absorción de nutrientes".

En invierno, esta conducta se suele perder y los casos de deshidratación pueden ser más frecuentes que en el verano. El frío y los ambientes calefaccionados hacen en ocasiones que cause la ausencia de sed.

"No obstante, esto no implica que no se necesite el líquido, sino todo lo contrario: se requiere con la misma constancia. De hecho, la hidratación en el cuerpo humano es fundamental para su funcionamiento", advierte Carranza.

Necesidades

Los requerimientos orgánicos de líquidos (hídricos), son variables para cada persona, en función del grado de actividad o ejercicio físico que realice, de las condiciones ambientales en las que se desenvuelva, del patrón alimenticio, de los hábitos (consumo de alcohol) y de los problemas de salud que padezca.

"Pese a que la necesidad de líquidos que precisa cada persona es variable e individual, existen unas necesidades basales o requerimientos medios de líquidos, que en condiciones normales, pueden cifrarse en torno a los 30 ml por kilogramo de peso y día; o bien otro método aproximativo de cálculo podría ser, el de 1-1,25 ml por cada kilocaloría ingerida en la alimentación. Esto implica que una persona mayor, con un peso entre 55-70 kg, requerirá en condiciones normales, 2.000-2.500 ml de líquidos/día (de los cuales el 20% a partir de alimentos y el 80% a partir de bebidas)", explica Raquel Carranza sobre lo que dice la Organización Mundial de la Salud.

.Claves para una hidratación diaria

- Acostumbrarse a beber 1 vaso de agua al levantarse, otro antes de acostarse y en cada comida principal. De esta manera, se incorporará al organismo casi 1.5 litro.

- No esperar a sentir sed. La sed es el sistema que tiene nuestro cuerpo para avisarnos que ya comenzó el proceso de deshidratación.

- Tener siempre una botella de agua a mano.

- Hidratarse antes de salir a la calle.

- Beber antes, durante y después de realizar actividad física. Para que nuestro cuerpo cuente con reservas de agua, lo mejor es ingerir entre 500 y 600 ml de agua una hora antes del ejercicio. Durante la actividad debemos reponer, de a pequeños sorbos, el líquido y los electrolitos que desaparecieron a través del sudor. Y después, también es imprescindible ingerir para compensar las pérdidas.

Otras estrategias que ayudan a la hidratación

La Lic. Carranza señaló que para lograr una buena hidratación, ayuda el hecho de mantener una dieta liviana y frugal, la cual debería ser rica en frutas, verduras, aguas inficionadas, licuados de fruta y/u hortalizas; no tomar diuréticos sin la indicación médica; aumentar la ingesta de alimentos como sopas, frutas que contenga un 80% a 90% de agua debido a que son fuente de nutrientes esenciales. No es recomendable el uso de bebidas alcohólicas por su efecto deshidratante. 

"No sólo se recomiendan la ingesta continua de agua, sino también de todo tipo de bebidas saludables. Estas recomendaciones son generales y no consideran la existencia de patologías o condiciones de salud particulares. En estos casos, siempre es necesaria la consulta con el médico", cerró.

Especialistas advierten que "los niños y los adultos mayores tienen más riesgo de sufrir deshidratación"

Los niños y los adultos mayores tienen más riesgo de sufrir deshidratación. El principal motivo es que los infantes tienen un sistema nervioso inmaduro, por lo tanto, pueden no darse cuenta de que sienten sed. En el caso de personas mayores, disminuye la sensación de sed, por lo cual es necesaria la ingesta hídrica. En un nivel de actividad normal, los varones deben consumir 2,5 litros y las mujeres, 2 litros aproximadamente. Alrededor de 8 vasos aproximadamente 

En tanto, para las mujeres embarazadas lo indicado es beber 300 ml de agua más por día que cualquier adulto. Mientras que para las mujeres que están amamantando lo aconsejable es que tomen 700 ml de agua más por día que cualquier adulto. Recordemos que la lactancia es una de las etapas en las que se queman más calorías de lo habitual y se pierden más líquidos.

También hay que recalcar que cuando la temperatura ambiental sube, la ingesta de agua debe aumentar, lo que no quiere decir que en invierno no haya que hidratarse.

Otro punto

Finalmente la Lic. Raquel Carranza advierte que "es importante vigilar estrechamente a las personas que toman diuréticos o utilizan laxantes. Debe existir un equilibrio entre los líquidos que ingerimos y eliminamos, lo que se denomina balance hídrico". 

Ir a la nota original

MáS NOTICIAS