Fiscalía y querella, mañana por la prisión preventiva de Cevilán y Pérez en homicidio de Corlli
Fiscales y abogado de la familia de Corlli van a audiencia con informes y análisis: literal "epitafio" a la estrategia de los detenidos.
En perspectiva opuesta, Héctor Cevilán y Rubén "Rampulla" Pérez experimentarán mañana la real dimensión que conllevó el asesinato de Edmundo Dante "Chueco" Corlli, ultimado de 39 puñaladas el 16 de abril pasado en su casa de calle Misiones al 600, en el Bº Centenario.
Situados en la escena de un complejo proceso penal, con la perpetua como última estación, los "socios" y/o verdugos de Corlli serán sentados en un recinto, listos para escuchar el reclamo de prisión preventiva en boca del equipo fiscal que comanda Mariela Pitar de Papa.
El prólogo de esta obra de terror, sangre, traición y muerte tuvo de triste víctima a un ex dirigente municipal. Prima facie, Corlli le había prestado U$S 2.000 a Cevilán, quien había abonado la mitad y le restaba poco tiempo para ponerse al día, es decir saldar su compromiso. Por motivos grises, opuesto al deseo de cumplir lo pactado, un buen día recurrió a "Rampulla", un personaje ligado al hampa, pesado y prontuariado.
Al borde del divorcio
El porqué implicará mañana el divorcio y quiebre de la frágil estructura en que los dos imputados conviven un mes después del brutal asesinato, haciendo malabares y de fondo una cornisa legal, capaz de lanzarlos al precipicio de solo asumirse "Rampulla" traicionado y relegado a su suerte.
"Homicidio calificado por alevosía y ensañamiento" es la figura dominante, pero también podría adosarse "la promesa remuneratoria", ya que la muerte de Corlli se sostenía en el pago de $ 10 M.
En el debate por venir, las fiscales presentarán los informes sobre los secuestros, análisis de sangre, extracción de información a los celulares, huellas, arma blanca y otras pruebas, por los mismos imputados generadas en una alocada danza de descuido e improvisación.
¿Por qué? En la planificación, Cevilán habría recurrido a los servicios del cuasi "mano de obra pesada" de "Rampulla" para "persuadir" a Corlli y dejarle en claro que los dineros le serían efectivizados, pero con Cevilán digitando los tiempos.
Por fuera del decoro verbal, la estrategia de Cevilán es intentar convencer a un juez/a que "Rampulla" se extralimitó porque su misión era apretar a Corlli, quizá lastimarlo un poco, más nunca matarlo.
Sin embargo, Corlli fue muerto de 39 puñaladas. Ello dista mucho de lo afirmado por Cevilán, con el agregado de que su soldado hoy no tiene el mínimo deseo de inmolarse por él y ya dejó en claro que los dos fueron coautores y acusó a Cevilán de fogonearlo con un "¡matalo, matalo!". Esa desesperación o fin buscado, apagaron toda resistencia y fuerza de Corlli, máxime al insinuarse superiores a la mera audacia de su timorato sicario.