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LA REVOLUCIÓN DE MAYO: Curiosidades de los días de 1810

Por Eduardo Lazzari | HISTORIADOR

Cada conmemoración de la Revolución de Mayo es una nueva oportunidad para que los historiadores sigamos buscando aquellos detalles que en anteriores investigaciones o relatos se hayan pasado por alto. Siempre existen, aún en las historias exhaustivas sobre aquellos hechos, anécdotas ocultas o disimuladas que es grato y estimulante descubrir para contar los episodios que dieron origen a la nación argentina. Vale la pena aún exaltar la epopeya que en el fin del mundo protagonizaron algunos hombres y mujeres para que "naciera a la faz de la tierra una nueva y gloriosa nación", tal como predica la canción patriótica que escribiera el poeta Vicente López y Planes.

Esta cronología sobre mayo de 1810 puede convertirse en un aprendizaje permanente sobre el origen de la Patria, haciendo carne la frase del poeta: "se hace camino al andar".

LUNES 14 DE MAYO DE 1810

Con la llegada del buque de bandera británica "Mistletoe" al puerto de Buenos Aires cambió la historia, aunque pocos lo previeron. En el barco llegaron periódicos y correspondencia desde Europa, informando la disolución de la Junta Central de Sevilla, al caer la ciudad del Guadalquivir en manos de los franceses. La formación de juntas en las principales ciudades, comenzando por Oviedo, capital de Asturias, el 25 de mayo de 1808, sorprendió por la decisión del pueblo español de resistir a los invasores franceses, algo inédito hasta entonces en el viejo mundo. El organismo que centralizó la guerra contra Napoléon se instaló en Andalucía con representantes de toda España sobreviviendo hasta principios de 1810.

El Consejo de Regencia en Cádiz, formado a las apuradas, también caería y el impacto convulsionó el ambiente porteño. Algunas casonas, como la de los Escalada y la de los Thompson, junto al Café de Marco, y sobre todo la jabonería de Vieytes y Rodríguez Peña, se convirtieron en los ámbitos donde comenzó a macerarse la Revolución. Siempre despertó la curiosidad sobre la jabonería: los revolucionarios decidieron reunirse allí porque siendo un sitio pestilente en el que fabricaban velas y jabones con el sebo del ganado vacuno, a nadie sensato se le ocurriría que había reuniones nocturnas allí. Era un buen lugar para la conspiración.

JUEVES 17 DE MAYO DE 1810

La noticia es nefasta para quienes intentaban mantener el "statu quo" en el virreinato del Río de la Plata. El virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros evitó en principio difundir la información, confiscando todos los documentos llegados desde Europa. Cisneros era un buen oficial naval que en la batalla de Trafalgar en 1805 sufrió un golpe que lo dejó sordo para siempre.

El mote de "sordo de Trafalgar" sería entonces usado como burla desde que llegó para reemplazar a Santiago de Liniers como virrey en julio de 1809. El secuestro de la correspondencia y de los periódicos no evitó que la agitación creciera, ya que lo ocurrido trascendió clandestinamente.

Los conciliábulos se sucedían uno tras otro, y se iban perfilando los personajes centrales de la saga histórica: Cornelio de Saavedra, comerciante de platería nacido en el Potosí y jefe de milicias desde las invasiones británicas; Manuel Belgrano, secretario perpetuo del Real Consulado; Juan José Castelli, el mejor orador de Buenos Aires; Juan José Passo, hijo del panadero de San Francisco; quienes constituían el núcleo de pensamiento político en esos días, además de todos los fervorosos que veían la oportunidad de llevar adelante un gran cambio en el Río de la Plata: Antonio Beruti, Domingo French, Nicolás Rodríguez Peña e Hipólito Vieytes, entre otros.

VIERNES 18 DE MAYO DE 1810

Cisneros hace leer una proclama con la intención de calmar los ánimos en todos los rincones de la ciudad por los pregoneros. El virrey trata de transmitir la idea de que nada había cambiado y que él seguía siendo el legítimo representante del rey Fernando VII, aunque abre la posibilidad de consultar a los cabildos y las audiencias para discutir el asunto. Según las leyes de Indias, el virrey ejercía un poder absoluto como si fuera él mismo el rey.

La prisión del abdicado Carlos IV y de su hijo Fernando VII en Bayona ponía en duda todo el régimen político español: una monarquía absoluta no constitucional. Napoleón había nombrado a su propio hermano como José I de España, y como una forma de burlarse de su poder, comenzaron los rebeldes hispánicos a hablar de las borracheras del francés y le asignaron el mote de "Pepe Botellas", lo que constituyó un eficaz método para desprestigiar al francés, que paradójicamente por problemas de salud era abstemio.

En Buenos Aires, la reacción contra Cisneros es muy potente, a pesar de contar con el apoyo del obispo Benito Lué y Riega y gran parte del clero, de las tropas militares,y de algunos vecinos relevantes de la ciudad. La rebelión es encabezada por los más exaltados: los citados French y Beruti, a los que se suman Feliciano Chiclana y José Darregueira. El líder en ciernes Saavedra se encontraba en San Isidro y emprende el regreso a la capital: su ascendiente sobre las milicias iba a ser determinante de su rol central.

SÁBADO 19 DE MAYO DE 1810

Cisneros trataba de evitar la convocatoria a un cabildo abierto, pero la situación lo fue desbordando. Los vecinos más reconocidos empiezan a pedir una convocatoria, tomando en cuenta el antecedente de 1807, en el que fue depuesto Rafael de Sobremonte y se nombró a Liniers como virrey provisional. Castelli y Martín Rodríguez se entrevistan con Cisneros. Belgrano y Saavedra le piden a Juan de Lezica el apoyo del Cabildo al llamado a una asamblea.

Un cabildo abierto era la reunión de todos los vecinos que vivían dentro de la ciudad. Debían ser jefes de familia, jefes de cuartel, superiores o capellanes de conventos, y sobre todo propietarios y contar con una renta estable por el ejercicio de una profesión, un oficio o el comercio. Los eventos se preveían violentos, pero la gran habilidad política de los protagonistas iba a triunfar. Los tiempos sangrientos vendrían más adelante.

DOMINGO 20 DE MAYO DE 1810

Cisneros, que además de virrey, era gobernador de Buenos Aires y capitán general del Río de la Plata, ordena el acuartelamiento de todas las tropas. Convoca a los jefes militares, pero también a los civiles que se armaron para defender la ciudad en 1806 y 1807, grupos que fueron adquiriendo una gran autonomía y ya no podían ser ignorados como un factor de poder.

En el fuerte porteño, que a su vez era la casa virreinal, Saavedra toma la palabra y discute acaloradamente con el virrey. Los más exaltados exigen la renuncia a don Baltasar. Finalmente Cisneros acepta convocar a un cabildo abierto para el 22 de mayo. A pesar de todo, la vida social transcurre con normalidad: por la mañana todos a misa en las iglesias coloniales y por la tarde al teatro. A partir de ese momento, comienza la convocatoria a los vecinos, que eran cerca de quinientos en una ciudad que tenía treinta mil almas. Lo que nadie intuía era la aceleración de los acontecimientos.

LUNES 21 DE MAYO DE 1810

Un grupo de agitadores llamado "Legión Infernal", se concentra en la plaza y exige la convocatoria urgente del cabildo abierto. La presencia de French, correo oficial, permitió que los exaltados tuvieran a su cargo la entrega de las 450 invitaciones para el Cabildo Abierto del día siguiente, lo que les permitió retener algunas de esas cartas que nunca

llegaron a destino. Un vecino podía cumplir todas las condiciones para serlo, pero sin la invitación firmada por los cabildantes no sería admitido en la reunión convocada.

La invitación decía: "El Excmo. Cabildo convoca á Vd. para que se sirva asistir, precisamente mañana 22 del corriente, á las nueve, sin etiqueta alguna, y en clase de vecino, al cabildo abierto que con avenencia del Excmo. Sr. Virrey ha acordado celebrar; debiendo manifestar esta esquela á las tropas que guarnecerán las avenidas de esta plaza, para que se le permita pasar libremente".

Los protagonistas del día son, por uno de los bandos en pugna, el virrey Cisneros y el obispo de Buenos Aires Lué, que convocaron a los referentes de la posición defensora del "statu quo". Por el otro lado, la "Legión Infernal", conocidos como los "chisperos" por su ostentación de armas de fuego, liderados por Antonio French y Domingo Beruti, quienes eran los responsables de la coordinación de las acciones con los "políticos": Manuel Belgrano, prestigioso funcionario; Juan José Passo, reconocido abogado alumno de las universidades de Córdoba y Chuquisaca; y el nombrado Saavedra.

MARTES 22 DE MAYO DE 1810

Es el inicio de la Revolución. Los "chisperos", llamados así por la ostentosa exhibición de sus pistolas a chispa, controlaban desde temprano la plaza, logrando reducir la asistencia al Cabildo Abierto a sólo unos 270 vecinos. La reunión tuvo lugar en el balcón, ya que en las salas del Cabildo no entraban los participantes. El debate duró más de doce horas. Las posiciones fueron varias, pero la continuidad del virrey era el tema a resolver.

Cuando parecía que la propuesta a favor de Cisneros iba a triunfar, se escuchó el grito que cambió la historia: "Sálvenos Dr. Passo, sálvenos". Tomó la palabra don Juan José, quien condensa el pensamiento favorable a la destitución del virrey, y pronuncia a viva voz la moción que hará suya Saavedra, y define la situación. El virrey cesó por mandato del Cabildo Abierto por 155 votos, contra 69 por su continuidad. El Cabildo recibe el mandato de la formación de una Junta de Gobierno. Los revolucionaron festejaron. Los días siguientes iban a ser vertiginosos. Todos trataron de lograr sus objetivos. Pero como se dice en el fútbol, los otros también juegan. Esa apasionante saga histórica la transitaremos, si Dios quiere, el próximo domingo en estas queridas páginas de EL LIBERAL.

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