Carlos Peralta, el utilero de Central Córdoba y amigo de Menotti: "No paré de llorar"
Trabajaron juntos en la etapa de River Plate en los años 80 y con EL LIBERAL recordó algunas anécdotas del "Flaco" a modo de homenaje tras su desaparición física.
La muerte del ex entrenador de la Selección Argentina de fútbol, campeona mundial del 78, César Luis Menotti, enlutó a todo el ambiente nacional e internacional y dejó incontables recuerdos que marcaron su impronta y toda su capacidad como un gran profesional.
El "Flaco' era una persona que transmitía sin egoísmo sus conocimientos a los demás y muy frontal para decir lo que pensaba de la vida y del fútbol. Tenía el sello de ser un tipo que no escondía sus ideas ni mucho menos se consideraba como una persona que no era capaz de escuchar.
El fútbol le dio lo que tal vez en sus tiempos de futbolista no supo lograr: ser campeón del mundo siendo entrenador de la Albiceleste y dándole a los argentinos la primera de las tres estrellas que se luce hoy con orgullo en el pecho de la camiseta nacional.
Menotti siempre estuvo rodeado y mimado por sus amigos. Y entre ellos estuvo Carlos Peralta, el hoy utilero de Central Córdoba en la Liga Profesional de Fútbol y un hombre que reconoció en la charla con EL LIBERAL que no paró de llorar al conocer la triste y lamentable noticia de su desaparición física.
"Si me vieras la cara ahora, te puedo decir que no paré de llorar. Estoy como si tendría la cara toda golpeada de Galíndez (por Víctor Hugo, el fallecido campeón del mundo argentino de boxeo) y no paré de llorar. Para mi César Luis Menotti es el padre del fútbol. ¿Por qué lo digo así? Porque antes del 73 o 74 cuando agarró la Selección Argentina, no teníamos identidad. No había proyecto, nada", expresó Peralta para destacar la figura de Menotti y de lo que fue capaz de hacer el entrenador para cambiar el rumbo del fútbol argentino.
Luego agrego: "Después me contaron que en el torneo internacional de la Copa del Mundo en Inglaterra, se olvidaron los botines, tampoco había medios de transporte. La Selección fantasma no tenía para comer y era toda una desorganización. Llegó César y puso todo en orden".
La relación de trabajo y amistad de Peralta con Menotti empezó durante la etapa de transición de River Plate que se había quedado sin entrenador después de la salida de Carlos Timoteo Griguol, hoy también ya fallecido.
El utilero de Central Córdoba destacó su generosidad y toda su humildad a tal punto que recordó una anécdota en la que ensalzó su figura y su condición de un hombre que siempre buscaba hacer sentir bien a los demás.
"La experiencia que viví aquella vez no me la olvido nunca. Fue en el predio del Hindú Club de Don Torcuato. Estábamos comiendo fiambre con Tula (su ex compañero en la utilería de River Plate) y de pronto se acercó Menotti. Nos preguntó si que era lo que estábamos comiendo y cuando le dijimos, agarró los sándwiches y los descartó. Ahí fue que nos dijo que a partir de ahora, nos íbamos a sentar a almorzar a la par de él porque éramos de su equipo".
Esa actitud de Menotti tuvo un mensaje de inspiración y de lección para Peralta.
"Ahí empecé a aprender lo que es ser utilero. Sus palabras y su gesto me hicieron ver las cosas que no podía hacer sobre todo cuando se trabaja con un cuerpo técnico y un plantel de jugadores profesionales. El utilero no es solamente el que prepara y alcanza la ropa, sino que debe aprender a respetar ciertas reglas que hacen a la convivencia del grupo. Tiene que ser un leal compañero del cuerpo técnico y acompañar y ayudar al jugador", afirmó Peralta.
Otro de los recuerdos que guarda el reconocido utilero de Menotti fue cuando junto un periodista del diario Clarín de Buenos Aires participó de una charla que empezó a las 23.30 y terminó a las cinco de la mañana.
"Yo fui invitado por Menotti a la charla y él le habló al periodista Mariano Hamilton de táctica, de la clonación de los caballos, de la abeja reina o sea de todo. Daba explicaciones y lo hacía constantemente. Yo durante toda la conversación entre ambos no dije una palabra. Lo que él quería es que yo escuchara y aprendiera de lo que no sabía nada", afirmó.
Para reafirmar todos los gestos de humildad, sencillez, y grandeza que tenía Menotti, Peralta rememoró otra anécdota con el "Flaco".
"Una vez hice un matambrito asado afuera de la concentración de River que se entrenaba los sábados. César se acercó y me reclamó por qué no le avisamos. Ahí dijo que el sábado siguiente él iba a pagar el asado para nosotros y así lo hizo. Cuando miró el vino en cajita que trajo Tula, lo agarró y lo tiró a la cancha. Nos dijo que fuéramos a comprar un vino de las marcas más conocidas y caras", recordó.