Once años de cárcel a "Sopa" Herrera por matar al amigo en una noche de alcohol, drogas y traiciones
El crimen fue perpetrado el 15 de septiembre del 2021. La Fiscalía bregó por una condena de 13 años. La defensa, por 4 años en "homicidio culposo".
Cuando el tribunal dejó caer ayer el martillo y fijó una condena de 11 años de prisión en contra de Agustín "Sopa" Herrera, develó el desenlace de una historia de alcohol, drogas y traiciones, pero intuye que omitió capítulos que descansan en la tumba de la víctima, Lorenzo Bravo.
A las 15, los vocales Alfredo Pérez Gallardo, Fernando Viaña y Luis Domínguez penaron a "Sopa", de 23 años, al hallarlo responsable del "homicidio simple" de su amigo, muerto de un disparo de revólver la noche del 15 de septiembre del 2021 en el B° Mariano Moreno.
En los alegatos, los fiscales, Álvaro Cantos y Victoria Sottini requirieron una condena de 13 años, al atribuirle el asesinato, a sangre fría, de Bravo.
Por el contrario, la defensa, a cargo de Miguel Juárez y Paulo Mariano Campos, instó a que "Sopa" fuese condenado por "homicidio culposo" y sugirió una pena de 4 años.
La historia recuerda que aquella noche "Sopa" congregó a sus amigos a su casa en Patrocinio Díaz y Tercer Pasaje, B° Mariano Moreno. Los comensales y bebedores, adultos y menores, declararon que abundó el alcohol y la comida. Con verdades a medias, los menos tímidos reconocieron que también algunos se drogaron.
Casi a las 23 se acabó la armonía entre el anfitrión y su amigo, Bravo. Amnesia sugestiva, nadie recordó detalles del incidente. Solo un testigo se jugó y rompió ese cuasi pacto de silencio. "Sopa" apareció con un revólver", el damnificado andaba desarmado, y lanzó un ultimátum: "Si te tiraría", apuntándole a la cara. "Tirá, si te da la sangre", habría respondido Bravo, sin temor ni rubor.
Y "Sopa" cumplió su advertencia. Habría gatillado dos o tres veces, hasta que el tiro salió y le dio de lleno al amigo, quien recibió el impacto y se precipitó al piso. Su agonía no fue tan rápida como la estampida de los invitados. Horas después, Bravo dejó de existir en el Hospital Regional.
"Sopa" no fue menos. Ascendió a su motocicleta con su novia y anduvo de prófugo errante dos días, hasta caer preso en la casa de una tía.
Casi dos años y medio después, un tribunal lo condenó ayer a 11 años de prisión. Pese a que los fundamentos de la pena serán ventilados en tres semanas más, para los expertos el alto cuerpo literalmente envió un mensaje: no prosperó la historia oficial de "Sopa" Herrera; también se habría acreditado que en su casa las tribus juveniles eran atraídas por drogas, y que aún con un móvil difuso y en penumbras, quedó claro que mató al amigo tal vez porque amenazaba o eclipsaba su liderazgo.
La endeble versión de un juego de "ruleta rusa"
"Estábamos viendo unos videos de música en la tele, consumiendo marihuana" "Yo estaba haciendo girar el revólver en la mano y al segundo lo agarra Lorenzo y hace lo mismo. En ese momento no sé si se le resbala y lo aprieta y ahí se siente el disparo. Lo miro y le agarro el arma. Yo estaba como a un metro y medio de él y se cayó. Ahí me asusto y agarro la moto que andaba manejando. Mi novia estaba cocinando en esos momentos. Estaba dando la espalda".
"Me he asustado (tras el disparo mortal) y no sabía qué hacer. Llamé a mi padre, a mi mamá, a mi hermana, a la ambulancia. Yo me he ido en la moto. No me la ha dado él (por su padre). Yo tenía la llave. Eso fue todo lo que pasó. Todos estábamos asustados. Lorenzo es mi amigo, como de mi casa. Mis padres y mi hermana no tienen nada que ver en esto, ni mi novia tampoco, no me encubrieron en nada".