Cada vez más se toma conciencia de la importancia de la psicoprofilaxis del parto
La asistencia psicológica durante este proceso incluye también al entorno familiar de la mujer embarazada. Se presentan temores y estados de ansiedad en cada una de las etapas de la gestación.
El proceso por el que atraviesa la mujer en su embarazo tiene un contenido emocional, por lo cual el acompañamiento profesional va más allá de lo estrictamente ginecológico, y requiere de un abordaje integral, durante y después del parto.
Uno de los factores intervinientes es la psicoprofilaxis del parto, que se lo asocia a la obstetricia, para la etapa previa, durante y después del parto.
El aspecto sobresaliente es lo que en el campo de la psicología se conoce como tocofobia, el miedo, ansiedad o temor que se pueda sentir antes de dar a luz, al pensar o imaginar en el proceso del parto, algo de lo que "cada vez se está tomando más conciencia de que "no es una cuestión biológica, sino que es un proceso que implica un montón de emociones", según describe la psicóloga licenciada Emily Azar.
Abordaje
Explicó que la función del psicólogo se centra en "acompañar a las personas que transitan el embarazo, incluso desde las primeras etapas, porque todo lo que se produce en el proceso de gestación, en cuanto los cambios orgánicos, hormonales y demás, tienen que ver con una función que también tienen que ver con la percepción que uno tenga del embarazo".
"La psicoprofilaxis no es solo para la embarazada, sino también para el acompañante, porque se genera un miedo que tiene que ver con el entrenamiento, qué hacer, qué no hacer, cómo lo vivencia cada uno, es decir que hay que trabajar también a nivel pareja, teniendo en cuenta que esta cuestión orgánica es justamente una vinculación que tiene que tener la madre con ese ser que se está formando en su cuerpo", puntualizó.
Respecto del acompañamiento, dijo que se trabaja específicamente durante los cambios de todo el embarazo, en el momento del parto, e incluso después, porque "la mamá viene con su bebé, y si no puede, lo hacemos vía online".
"Es importante tener en cuenta que el embarazo no es una cuestión meramente del cuerpo, sino también influye a lo que son las relaciones familiares, sociales, laborales y todo va a depender de cómo es la estructura de la personalidad de cada mujer para transitarlo", explicó.
De qué se trata este abordaje profesional cada vez más difundido
La psicoprofilaxis es un término que cada mujer embarazada debe abrazar con fuerza durante toda su etapa de gestación.
Se trata de toda la preparación previa de las mujeres para llegar a un parto sin complicaciones ni contratiempos.
Es definida como el proceso educativo basado en la preparación integral de la mujer gestante que permite desarrollar hábitos y comportamientos positivos en relación a su embarazo. Sirve para ella, el bebé y para su entorno familiar.
El objetivo principal es hacer del embarazo una experiencia saludable y feliz, y ayuda a que las gestantes sepan el tiempo exacto de ir al hospital y eviten estar yendo a cada rato al hospital por las clásicas falsas alarmas.
Un proceso con una alta carga emocional
Azar advierte que "el embarazo no viene siempre de la mano de la felicidad; en su transcurso pueden aparecer rabia, sensibilidad, cansancio, dudas, muchas emociones que vienen asociadas según cómo uno lo procese, independientemente que sea deseado o no, o el tiempo que haya llevado, es necesario tener la claridad, desde lo emocional, para poder transitarlo, y ahí es donde intervenimos nosotros, porque siempre va a ser mejor la relación que pueda tener la persona gestante, vinculada con este ser vivo que se está gestando".
"Cada vez se toma más en cuenta que el embarazo, más allá de lo romántico, y lleno de ternura, implica muchas cuestiones emocionales", sentenció la profesional.
Cada una de las etapas del embarazo tiene sus características y hay un abordaje específico
"El embarazo se lo mide muchas veces por los cambios que se van dando los tres primeros meses, los tres segundos y los últimos tres. En el período de adaptación, independientemente de si es deseado o no, implica ver cómo está el cuerpo, cómo se anoticia de que está embarazada. Es una etapa de mucho cansancio donde los cambios neurobiológicos son muy fuertes, que hacen que a la mujer le puede bajarle el apetito sexual", puntualizó la licenciada Azar.
Y mencionó: "Luego pasamos a la etapa que la llamamos de tolerancia, en la que comienzan a haber sentimientos más positivos dentro del embarazo, donde ya se ha logrado establecer una conexión y la mujer comienza a disfrutar y aparece de nuevo, en los casos que se puede y con las indicaciones de su médico, el apetito sexual".
"Después de esas etapas en las que ya se aceptó y se comienza a sentir los movimientos, llega la etapa social, que es la de la expectativa, de los deseos, que tienen que ver también con las familias que se acercan más, las amistades y los ritos que ya son para recibir al bebé, y se comienzan a preguntar qué necesito, qué tengo que acomodar, a dónde ir, qué pasa si es mujer o varón, una serie de emociones, que cambian en el caso de que se haya tenido un bebé antes o no", amplió.
Comentó la psicóloga que "hubo veces en las que hemos tenido que acompañar en el proceso de desensibilización y a los temores al momento del parto, sobre todo las cesáreas, donde hay sensación de perder el control, de qué pasa con el bebé, muchos temores que aparecen, y la pareja que está expectante".
"O sea que el acompañamiento es tanto a la embarazada como a su entorno familiar, en cómo transitar el embarazo, el posparto y, de ser necesario, los temores que puedan quedar, porque los niveles de ansiedad muy altos, pueden generar efectos muy negativos en la relación de la madre con el hijo", concluyó.