Tres bandeños perpetraron una defraudación millonaria luego de clonar tarjetas de débito
La Red Link había alertado a la Policía de la provincia de actividades irregulares en cajeros automáticos de La Banda y la investigación permitió dar con los sospechosos en cuestión de horas y desarticular la maniobra.
En un megaoperativo, efectivos de la Dirección General de Investigaciones, lograron detener a tres bandeños acusados de cometer una defraudación a través de un sofisticado sistema por el que "clonaban" tarjetas de débito de ciudadanos de otras provincias y con sus datos, vaciaban sus cuentas. Increíblemente, los acusados tienen 17 y 18 años.
"Skimming" sería el término con el que los especialistas en ciberdelito denominan a la maniobra que los tres jóvenes bandeños lograron perpetrar y a través de la cual se habrían apoderado de cifras millonarias, que aún se intentan establecer.
La operatoria ya se había registrado en varios puntos del país y ahora también en Santiago, más precisamente en La Banda, ya que los acusados acudían a cajeros automáticos en la vecina ciudad y desde allí operaban con tarjetas clonadas.
Según informaron fuentes policiales y judiciales, el jueves en la mañana, el Departamento de Prevención de Fraude de Red Link, una de las empresas que controla los sistemas con los que operan los bancos, alertó a la Policía de la provincia de actividades sospechosas en cajeros automáticos de La Banda.
Inmediatamente tomaron intervención los efectivos de la División Delitos Complejos y de Delitos Económicos, quienes montaron guardias y realizaron trabajos de inteligencia. Así lograron identificar a los sospechosos la misma noche del jueves. Las tareas de inteligencia no terminaron allí, sino que se realizaron seguimientos y reunieron evidencias.
Con las pruebas colectadas, la fiscal Dra. Natalia Saavedra solicitó de inmediato sendas órdenes de allanamiento y detención en contra de los tres sospechosos, medidas a la que la jueza de Control y Garantías, Dra. Roxana Menini, dio luz verde.
Los uniformados montaron un operativo y en la noche del jueves, mientras realizaban tareas de vigilancia en cajeros automáticos ubicados en 25 de Mayo y Chacabuco de La Banda, sorprendieron in fraganti a los acusados.
Los jóvenes fueron identificados como L.G.R., de 17 años, domiciliado en el barrio 540 Viviendas de La Banda; Enzo Agustín Orellana Ruibal, de 18 años, del barrio Centro de la vecina ciudad y Juan Guillermo Campos, también de 18 años, residente en el barrio El Paraíso.
En el procedimiento, al adolescente le secuestraron su celular. Orellana Ruibal llevaba un morral negro en el que hallaron 9 tarjetas clonadas (de casas de juegos infantiles) y su celular.
En tanto en poder de Campos secuestraron un iPhone 15 Pro Max (valuado en $2 millones) y una tarjeta de débito de una billetera virtual.
Según las mismas fuentes, también les secuestraron una motocicleta Honda CB de 190 cc. en la que se movilizaban.
Una vez reducidos los sospechosos, los uniformados se trasladaron ayer hasta los domicilios de cada uno.
Como resultado, la Policía secuestro una notebook, una netbook del Programa Conectar Igualdad, celulares, otras 18 tarjetas clonadas, es decir con la inscripción de casas de juegos infantiles, un lector de tarjeta, un pendrive, prendas de vestir (que habrían utilizado en otras ocasiones que concretaron estafas) y dos cigarros de marihuana.
Maniobra
Con algunas computadoras portátiles, celulares y conocimientos de informática, los sospechosos habrían logrado hacerse de cientos de miles de pesos.
De acuerdo con lo manifestado por fuentes policiales y judiciales, los acusados habrían actuado en complicidad con otros miembros de la organización delictiva radicados en otras provincias.
Organización
Según explicaron, los bandeños habrían tomado contacto con otras "células". Los otros miembros, que generalmente actúan en lugares turísticos, logran insertar en los cajeros automáticos, un dispositivo que extrae los datos de las tarjetas de débito de los usuarios.
En ese momento el usuario no se da cuenta, pero si introdujo su tarjeta, sus datos ya quedaron registrado en ese dispositivo, que logra copiar el código e incluso el PIN de acceso.
Esa información era la que los bandeños recibían a través de sus computadoras y con una aplicación, lograban decodificarla para que otro eslabón, configurara tarjetas "vírgenes". Ello explica por qué utilizan tarjetas de casas de juegos infantiles, ya que imprimen el código copiado en las bandas magnéticas de esas tarjetas y así pueden pasar al último paso.
A través de encomiendas, los sospechosos habrían recibido las tarjetas clonadas y pasaban a la última etapa de la defraudación. Elegían la siesta o noche, cuando no había mucha actividad, para dirigirse a los cajeros.
Allí insertaban las tarjetas clonadas, accedían a las cuentas de los damnificados (todos de otras provincias), y realizaban transferencias a distintas cuentas, entre todos los participantes, quedándose ellos con un porcentaje de cada transacción.