Santiago

Trastorno de ansiedad en niños: cómo deben ayudar los padres

El problema se manifiesta de varias maneras, como el enojo, o estar irritado, sentir miedo, dificultad para dormir, o dolores de estómago, y puede darse a partir de los dos años, aproximadamente. APOYO

La ansiedad en los niños es una de las formas a través de la cual expresan preocupación o miedo frente a determinadas situaciones, que resultan nuevas para su edad.

Los especialistas consideran que es normal que los niños y adolescentes se sientan ansiosos a veces, como antes de un examen importante en la escuela o de hablar frente a un grupo de personas. Sin embargo, si la ansiedad se interpone en sus actividades normales, como dormir solo por la noche, jugar al aire libre o ir a la escuela, es posible que necesite apoyo adicional.

Sobre el tema, la psicóloga Lic. Emily Azar, explicó a EL LIBERAL que "la ansiedad es muy frecuente y se manifiesta de varias maneras, como el enojo, o estar irritado, sentir miedo, dificultad para dormir, o dolores de estómago por ejemplo", y que la ansiedad infantil "puede darse a partir de los dos años, aproximadamente".

Otros síntomas

"También pueden manifestar los síntomas como los adultos, sudoración, temblor, llanto. etc.", amplió.

Dentro de ese cuadro, la buena noticia es que los padres pueden ayudar a su hijo para que no se sienta ansioso y pueda lidiar con sus preocupaciones.

Para ello, se recomienda hablar con el pediatra para analizar estrategias y consejos que puedan ayudar.

Al respecto, la licenciada Azar dijo que los padres deben "tratar de entender qué sienten los chicos en la medida de sus posibilidades de expresión", y "estar disponible para la conexión".

"Muchas veces se confunde la ansiedad con la estimulación, se suele alabar al niño hiperactivo cuando puede ser que tenga ansiedad. Un punto es la dificultad que tienen para tolerar algunas situaciones propias de su crecimiento, como la separación cuando inician su vida escolar. Lo importante es notar si hay angustia. El trastorno se tipifica cuando le impide desarrollar su actividad normal", puntualizó la profesional.

Advirtió que también se "puedan observar regresiones, o que vuelva a tener conductas que ya había superado", y para estar seguro y poder ayudarlo, "hay que hablarles suave y despacio, dar entorno de calma, y estabilidad en las tareas cotidianas".

Recomendaciones de cómo ayudar a los chicos

Cuando los niños tienen ansiedad crónica, incluso los padres mejor intencionados pueden caer en un ciclo negativo, en el que por tratar de evitar que su hijo sufra, podrían en realidad empeorar su ansiedad. Estos son algunos consejos para ayudar a los niños a escapar del ciclo de la ansiedad.El objetivo no es eliminar la ansiedad, sino ayudar a manejarla. Ninguno quiere ver infeliz a un niño, pero la mejor manera de ayudar a los niños a superar la ansiedad es no tratar de eliminar los factores estresantes que la desencadenan, sino ayudarlos a aprender a tolerar su ansiedad y funcionar lo mejor que puedan, aún cuando se sientan ansiosos. No evite cosas solamente porque le causan ansiedad a un niño. Ayudar a los niños a evitar las cosas que temen hará que se sientan mejor a corto plazo, pero a largo plazo refuerza su ansiedad. Exprese expectativas positivas pero realistas. No se puede prometer a un niño algo irreal. Le puede expresar su confianza de que estará bien y que podrá manejar la situación. Respete sus sentimientos, pero no los fortalezca. Es importanteentender que la aceptación no siempre significa estar de acuerdo. Si un niño está aterrorizado por ir al doctor porque le pondrán una inyección, usted no minimice sus miedos, y tampoco los amplifique. No haga preguntas dirigidas. Aliente a su hijo a hablar sobre sus sentimientos, pero trate de no hacerle preguntas dirigidas como: "¿Estás ansioso por el examen final? ¿Te preocupa la feria de ciencias?". Aliente a su hijo a tolerar su ansiedad. Dígale que usted aprecia el esfuerzo que hace por tolerar la ansiedad, para así poder hacer lo que quiere o necesita hacer. Trate de que el periodo de anticipación sea corto. Cuando algo  nos da miedo, el tiempo más difícil es realmente antes de hacer aquello que tememos. Así que trate de eliminar o reducir realmente ese periodo de anticipación.

Causas: los genes pueden tener alguna participación

Se desconoce la causa del trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Los genes pueden tener participación. Los niños con familiares que tienen un trastorno de ansiedad también pueden ser más propensos a sufrirlo.

Los eventos en la vida del niño que le pueden causar estrés y ansiedad incluyen:

* Una pérdida, como la muerte de un ser querido o el divorcio de los padres

* Cambios importantes en la vida, como mudarse a una nueva ciudad

* Antecedentes de abuso

* Vivir en una familia cuyos miembros son temerosos, ansiosos o violentos

Es un trastorno común que afecta a cerca del 2% al 6% de los niños. Es más común en niñas que en niños.

Una preocupación en exceso que es desencadenada por una situación específica, lleva a este tipo de cuadros

Para muchos niños con ansiedad, la preocupación excesiva es desencadenada por una situación específica, como estar lejos de sus padres, tener que hablar en público, las alturas o un animal atemorizante. Sin embargo, los niños que se preocupan en exceso por muchas cosas podrían tener un trastorno de ansiedad generalizada (TAG).

A diferencia de las fobias, que tienen un desencadenante concreto (arañas, agujas, perros, aviones, payasos, etc.), los niños con TAG se preocupan por una gran variedad de situaciones cotidianas.

Los especialistas sostienen que a los niños con trastorno de ansiedad generalizada les preocupan las mismas cosas que a los demás niños, pero se preocupan con más frecuencia e intensidad. Se preocupan por los "y si…".

"¿Y si nos quedamos sin gasolina?". "¿Y si mamá pierde el trabajo?". "¿Y si un huracán se lleva nuestra casa?". "¿Y si obtengo una mala calificación?". Tienden a imaginarse lo peor y a pedir a sus padres que les aseguren que no ocurrirá.

Señalan que se ha visto niños que, por ejemplo, se preocupan mucho si se acerca una gran tormenta. Luego, si no pasa nada malo, se preocupan por si pudiera venir otra tormenta. ¿Y si la próxima vez no estamos tan preparados? Se mantienen pegados a los reportes meteorológicos con una preocupación excesiva.

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