Día Mundial de la Actividad Física: un llamado a una vida más activa y saludable
Por la Lic. Magali Montes Barnetson OPINIÓN
La autora es docente de la Licenciatura en Nutrición de UADE y especialista en Educación Física
Como acostumbra el calendario, cada 6 de abril se conmemora el Día Mundial de la Actividad Física para concientizar a la población sobre los beneficios del movimiento para el bienestar físico y mental y los efectos negativos del sedentarismo.
Esta efeméride tiene como objetivo promover la importancia de la actividad física para mantener un estilo de vida saludable; pues lo cierto es que, realizada de manera regular, tiene numerosos beneficios para la salud, como la prevención de enfermedades y el fortalecimiento del sistema musculoesquelético.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. La actividad física hace referencia a todo movimiento, incluso durante el tiempo de ocio, para desplazarse a determinados lugares y desde ellos, o como parte del trabajo de una persona.
Estudios epidemiológicos y experimentales han confirmado no solo que la inactividad causa ciertas enfermedades, sino que también existe una relación dosis/respuesta entre actividad física y/o forma física y mortalidad global. Las personas que mantienen niveles razonables de actividad, especialmente en la edad adulta y en la vejez, tienen una menor probabilidad de padecer enfermedades crónicas o una muerte prematura. La actividad física contribuye a la prolongación de la vida y a mejorar su calidad por medio de beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales.
En Argentina, según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR, 2019), la prevalencia de baja actividad física se modificó significativamente respecto de la ENFR 2013, alcanzando a 6 de cada 10 individuos. El incremento de este indicador contribuye a la epidemia creciente de obesidad y expresa la necesidad de profundizar las políticas públicas para promover la actividad física en toda la población, con un enfoque inclusivo y de protección de derechos. En países como el nuestro, con una rápida urbanización, es necesario poner en marcha políticas poblacionales a favor del transporte activo, entornos laborales y escolares físicamente activos, y la participación en propuestas de actividad física, deporte y recreación en espacios comunitarios. Las recomendaciones de la OMS sugieren que los adultos deben realizar al menos 150 minutos de actividad física -de intensidad moderada a intensa- a lo largo de la semana, y se pueden encontrar mejores beneficios si se logran 300 minutos semanales (1 hora al día, 5 veces a la semana). Además, se recomienda incluir actividades de fortalecimiento muscular al menos dos días a la semana.
Es fundamental adaptar estas pautas a las capacidades individuales y tener en cuenta las limitaciones médicas. Además, cualquier cambio en la rutina de actividad física debe realizarse gradualmente. Además, se deberían considerar las siguientes pautas:
1.Generar variedad de actividades.
2.Progresión gradual de Frecuencia e Intensidad.
3.Incluir movimientos físicos en la vida diaria.
4.Combina ejercicio con una alimentación saludable.
5.Descansar adecuadamente.
6.Establece metas realistas.
7.Involucra a otros individuos para lograr mayor adherencia.
8.Consulta siempre con un profesional.
9.Y, por último, encontrar actividades que se disfruten para poder comprometerse a largo plazo.
En resumen, la evidencia respalda que la actividad física no solo es una herramienta poderosa para mejorar la salud, sino también una inversión en nuestro bienestar a largo plazo. Cada paso, cada estiramiento y cada esfuerzo que los individuos realizan día a día contribuyen a forjar un camino hacia una vida más saludable. ¡La salud es nuestro activo más valioso y cada movimiento cuenta!