Jonas Peterson: "Con la desregulación de la yerba gana la industria y pierden los consumidores"
Destacó que ya no hay precio base para la yerba mate. Es uno de los pocos productos cuyo consumo creció en enero.
Uno de los consumos más populares y culturalmente más difundidos entre los argentinos como el de yerba mate, afronta desde este mes uno de sus desafíos más importantes ya que el gobierno nacional decidió desregular, al igual que en otras actividades, el mercado de este producto.
El último ex presidente del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) Jonas Peterson, productor yerbatero, explicó en diálogo con EL LIBERAL, las implicancias que tendrá esta medida en su aplicación práctica.
En el mercado de la yerba mate se da en el inicio de este año una situación particular: es uno de los pocos que tras la devaluación y las medidas económicas adoptadas por el nuevo gobierno nacional, no cayó como sí sucedió en otras actividades. Por el contrario, el consumo de yerba mate aumentó en el último registro que existe como dato oficial del Inym: subió un 6,75%.
Los datos del Inym, indican que en enero de 2020, el consumo interno fue de 21.307.542 kilogramos, en 2021 fue 21.444.088. En 2022, llegó a 20.455.332 y en 2023 a 20.169.086. En este enero 2024 llegó a los 21.532.117, el consumo más alto de los últimos 4 años para un enero.
La desregulación, según Peterson va a jugar un papel gravitante. Explicó que "la regulación vigente hasta hace pocos días, era con relación a la materia prima. Tanto para la hoja verde como para la yerba mate canchada que es lo que se paga al productor o al secadero de yerba mate", indicó.
En tanto, "ni la yerba molida, ni el paquete estaban regulados, pero sí había un tope de góndola que existió con el gobierno anterior pero ahora ya no está. Ahora, lo que afecta la desregulación daña muchísimo al sector productivo".
Puntualizó que con la regulación existente con anterioridad, "lo que hacía era fijarle cada seis meses al productor un valor mínimo que se le tenía que pagar por la materia prima. A partir de ese valor que establecía el Inym o el Estado mediante un laudo, se podía pagar desde ese monto hacia arriba y a la empresa que no pagaba ese monto, se la multaba".
Afirmó que "ahora sin la regulación, la industria tiene la posibilidad de fijar dos valores: El importe de lo que vende en góndola en el paquete y lo que le paga al productor. O sea que, alejando esos dos valores, pagándole menos al productor y vendiéndole más caro al consumidor, la industria va a ganar mucho más y tiene la libertad de hacerlo como quiera. Esa es la situación y estamos complicados tanto los productores como los consumidores".
En enero los paquetes de medio kilogramo cuyo costo oscila en Santiago promedia los $2.000- representaron el 56,63% de las salidas de molinos al mercado interno. El 40,90% fueron paquetes de un kilogramo.