Rusia llora a las 133 víctimas de la matanza en una sala de conciertos
LUTO Las banderas fueron puestas a media asta
MOSCÚ, Rusia. Rusia puso ayer las banderas a media asta, en un día de luto tras el asesinato con armas automáticas de decenas de personas en un concierto de rock en las afueras de Moscú, en el atentado más mortífero en dos décadas.
El presidente Vladimir Putin declaró un día de luto nacional tras comprometerse a localizar y castigar a todos los responsables del atentado, en el que murieron 133 personas, entre ellas tres niños, y más de 150 resultaron heridas, muchos de ellos graves.
"Expreso mis profundas y sinceras condolencias a todos los que han perdido a sus seres queridos", dijo Putin en un discurso a la nación el sábado, sus primeros comentarios públicos sobre el atentado. "Todo el país y todo nuestro pueblo están de luto con ustedes".
El Estado Islámico reivindicó la autoría del atentado, pero Putin no ha mencionado en público al grupo militante islamista en relación con los atacantes, que, según dijo, intentaban escapar a Ucrania.
En tanto, Kiev ha negado en repetidas ocasiones haber participado en el atentado, que el mandatario ruso también atribuyó al "terrorismo internacional".
La gente depositó flores en el Crocus City Hall, la sala de conciertos con capacidad para 6.200 personas situada a las afueras de Moscú, donde cuatro hombres armados irrumpieron el viernes justo antes de que el grupo de rock de la era soviética Picnic interpretara su éxito "Afraid de nada".
En Moscú se formaron largas colas para donar sangre. Los bancos de sangre afirmaron ayer que disponían de reservas suficientes para cuatro a seis meses.
Países de todo el mundo han expresado su horror por el atentado y han enviado sus condolencias al pueblo ruso.