Natalicio del Gral José de San Martín: a 246 años
POR CLEMENTE DI LULLO
La aparición de una flor desconocida, rara, en el paisaje natural conocido, además de llamar la atención, nos coloca en una situación de asombro combinada con anhelo de novedosa esperanza. Quizás algo nuevo esté por suceder. Ese es el misterio del nacimiento.
Creemos que con igual sentido debemos recordar el 246º aniversario del nacimiento de aquel niño que portaría por nombre el de José Francisco de San Martín, ocurrido el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, antigua reducción jesuítica en tiempos del Virreinato del Río de la Plata y hoy parte de la provincia argentina de Corrientes.
Con el tiempo, aquel niño, siguiendo su vocación se convertiría en un hombre de armas. Hasta aquí nada fuera de lo común; lo extraordinario aparece cuando tomamos conciencia que las utilizó, no para conquistar, sino para sacar a los americanos de la dependencia colonial española, y conducirlos por el camino de la Libertad, la Independencia y la Dignidad inherente a todo ser humano.
Se aprecia, claramente, que dicho niño poseìa un espíritu que portaba un alto sentido de la justicia. Tal potestad lo convertiría en mensajero de la LIBERTAD, la JUSTICIA y la IGUALDAD
Con su nacimiento, hoy lo sabemos, llegó el tiempo que toda América del Sur gozara en toda su extensión los nuevos aires perfumados de la autodeterminación de los pueblos; el deseo grande de todo hombre libre de trazar su destino según los esfuerzos necesarios para construir un futuro mejor basado en sostener sin rebajes la defensa de sus derechos elementales, para crecer como seres humanos iguales en justicia y libertad.
El espacio territorial americano pasaría a ser dominio soberano de sus habitantes a quienes les correspondía el solo deber de convertirse en auténticos patriotas, en sentido militarista cuando fuera necesario, pero aùn màs en la profundización de una política general de integración, de convivencia fraterna y solidaria con sus hermanos de los nuevos Estados independientes.
Por eso, como sanmartinianos vivimos con la importancia que se merece esta fecha. Nos satisface que poco a poco se va ya incorporando al calendario oficial de las autoridades. Es buena costumbre recordar a los grandes hombres de nuestra historia en su día de natalicio y no en el de su fallecimiento. Es válido conocer el rastro que dejó en vida antes que pensar en él desde su muerte.
El nacimiento del General José de San Martín, si nos preocupamos por conocer su experiencia vivencial terrena, nos colocó en el marco de lo que se debe hacer para verdaderamente ser, nos obliga a entender que nuestra vida experimentada en noble servicio al bien general nos gratifica plenamente como seres humanos Entendía y así lo explicaba a sus soldados y amigos que las sociedades humanas requieren ciudadanos guiados por principios altruistas y superiores.
Todo esto asoma en nuestra memoria cuando recordamos el natalicio de San Martín, que no ahorró sacrificio para hacer el bien y en mérito a tan enorme virtud se convertiría en una de las grandes figuras de la historia argentina, americana y universal. Por eso, hoy recordamos el nacimiento del mayor ESTADISTA que tuvo la República Argentina en toda su historia.
Como siempre estas líneas nacen de la premisa que dice: "Al americano libre corresponde transmitir a sus hijos, la gloria de los que contribuyeron a la restauración de sus derechos" (José de San Martín, Lima, 28 de julio de 1821).