"Yiti" Peralta negó haber matado a Alicia Tévez, pero puede ser condenarlo a prisión perpetua

"No tuve nada que ver con el crimen", dijo ayer Paulo Andrés "Yiti" Peralta, al ser indagado por el brutal "homicidio críminis causa" de la comerciante Alicia Esther Tévez, reprimido solo con prisión perpetua.

Después de las diez de la mañana, la fiscal Luciana Jacobo inició la indagatoria del sujeto, al que se endilga el asesinato de la mujer que residía en el paraje La Bajadita, Villa Atamisqui, ultimada el 11 de enero, pero cuyo cuerpo fue hallado dos días después.

El sujeto del Bº 27 de Octubre, de Villa Atamisqui, fue representado por la defensa oficial, a cargo de Silvia Sayago. De la investigación, se desprende que "Yiti" irrumpió en la casa de la damnificada entre las 20 y 22. Sin que se tenga en claro en detalle, trascendió que la atacó con un cuchillo y asestó 12 heridas letales. Entre otras, en la zona de "región paraesternal izquierda, tórax superior izquierdo, hemitórax derecho, base del cuello derecho", de acuerdo con el informe notificado en la víspera a las partes.

Con la víctima en un charco de sangre en su habitación, "Yiti" huyó llevándose $ 600.000, un parlante, una motocicleta, un televisor Led y un celular.

Breve y enfático

Al escuchar las pruebas de cargo, "Yiti" habría manifestado que no tenía nada que ver con el crimen. Sin responder preguntas específicas, habría endilgado a la policía haberlo engañado para sacarlo de su casa. "No tengo nada que ver", reiteró insistente.

Sin embargo, la Fiscalía lo investigó por más de 30 días. Numerosos testigos manifestaron que en ese tiempo también había atacado a otra vecina, con el mismo modus operandi: robo y manoseos.

Ahora, Jacobo profundizará la investigación en base a la hipótesis de un ataque sexual a Tévez, pero los dos días sin vida habría conspirado para la tarea de la ciencia: no pudo realizarse un hisopado.

Sin embargo, los forenses, buscarán ADN de "Yiti" en el resto del cuerpo de la comerciante. En especial, en sus uñas porque es obvio que su triste fin estuvo precedido por una férrea resistencia. "Pelearon desde el patio, comedor, hasta la habitación. Allí, ella llegó arrastrando un arbolito de Navidad", indicó un funcionario.

"Estaba arriba de la cama, con todas las cosas tiradas en el piso. Algo ilógico en ese escenario de lucha: la mujer tenía su remera por dentro del pantalón, cuando por sentido común tendría que llevarla afuera...", clarificó el investigador, en alusión a que tras la muerte, alguien habría acomodado la remera y el pantalón.

Querellantes

Después de la indagatoria, la fiscal habría recibido ayer a los querellantes y familiares de Tévez. Quienes manifestaron, al retirarse, que estaban satisfechos por el avance de la causa, allanamiento y detención de "Yiti".

Hipótesis: la mató para ocultar el robo de 600.000 pesos, una motocicleta, Led, un parlante y hasta su celular

"Homicidio críminis causa representa la acción que se comete para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados, o procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito", según el Código Penal , art 80, inc. 7.

La esencia de todas las figuras comprendidas en el homicidio críminis causa es subjetiva; radica en la pre ordenación de la muerte a la finalidad delictiva o post delictiva, o a la satisfacción de despecho que mueve al imputado, por lo que no se admite el dolo eventual.

Trasladado al horror de Tévez, los investigadores deducen que "Yiti" aprovechó que vivía sola. Si solo fue a robar, es un enigma que quizá jamás podrá establecerse.

Sí, afirman los policías que al ser descubierto por Tévez buscó la impunidad golpeándola con ferocidad: en el patio, comedor, cocina y habitación la policía descubrió sangre. Y como el fin era no ser detenido, resolvió asesinarla. Lo logró de 12 puñaladas. Su conducta no admite otra imputación, porque con la sangre de Tévez intentó salir airoso y quedarse con sus bienes.