Tres grandes rasgos testificados del Dr. Nestor Carlos Ick
Por Hna. Saveria Menni ESPECIAL
Primer Rasgo: Su perfil como persona humana y cristiana.
Dr. Néstor era una persona de gran madurez humana, coherente en su hablar y en sus opciones. Vivía de acuerdo con lo que creía como bien, sostenía los valores de la vida, conseguía metas no solo por su inteligencia o capacidad sino inexplicablemente lo conseguía por la formación, la lucidez de los objetivos y ponía sólida base sobre lo que se proponía y era fiel hasta lograr su proyecto fundante con una voluntad inquebrantable.
Confiaba mucho en la gracia de Dios, pero la gracia no tiene sentido sin el hombre. Necesita un hombre maduro como tierra fecunda para que crezca la semilla. Conservaba coherencia entre su ser y hacer y cuanta responsabilidad ponía en el cumplimiento de los compromisos profesionales ya vislumbrados en su juventud de estudiante.
He admirado su esfuerzo constante para lograr la capacidad de tomar prudentes decisiones y opciones definitivas, la estabilidad de espíritu, la integración serena de las fuerzas emotivas y de los sentimientos bajo el dominio de la razón y de la voluntad, de la fe y de la caridad, la actitud de apertura y donación constante a los demás, sin excepción de personas, la rectitud en el modo de juzgar sobre las personas y sobre los acontecimientos de la vida.
Grande fue su libertad de espíritu, le interesaba el bien y esto le marcaba estabilidad, seguridad y una certeza en tomar decisiones y no dudaba en cambiar si no era positivo. Logró un dócil y habitual autocontrol con la integración de las fuerzas emotivas bajo el dominio de la razón. Se comportaba según la autonomía de la propia conciencia personal, es decir, según los dictámenes de una conciencia rectamente formada a la luz de la ley natural y de la fe en Dios.
El tema de la creatividad, inventiva lo llevaba a pensar a los demás con solidaridad en actitud de donación y de apertura, de servicio, de entrega a los demás. Rechazaba todo tipo de egoísmo, de encerramiento en sí mismo, de particularismo y de individualismo y sabemos que la principal señal de madurez cristiana es la capacidad de salir de nosotros mismos y ver por las necesidades de los demás. Aun en los último días de su vida ha vivido estos rasgos creando y manifestando en su actuar, ser una persona íntegra.
Podemos decir en resumen que tenía el sentido de su vida con opciones fundamentales correctas y que fue fiel a la misma con actitud de apertura a los demás y sobre todo en una entrega desinteresada y servicial al prójimo. Fue una persona que al encontrarla o cuando se le pedía consejo donaba paz, serenidad y seguridad, firme en sus opciones, coherente con sus determinaciones.
Aun en la enfermedad testificó la autenticidad de vida, el reconocimiento que perdía sus fuerzas: "Antes era fuerte, ahora soy débil, pero en paz". Aceptando con serenidad el fin de su vida deseando ser sepultado junto su amado Carlitos: Esto es fruto de un cristiano convencido y maduro.
Segundo rasgo: Su entrañable amor a la familia.
Fue modelo y norma del don de sí en el amor con su esposa. Cuando viajaba siempre a su lado su esposa el amor incondicional. Creativo para ir al encuentro de los talentos de cada uno de sus hijos, cultivando inteligencia, voluntad y corazón, dándoles libertad contribuía a abrirlos a la sociedad para ser preparados e íntegros. Aun habiendo pasado años de la muerte de Carlitos, él en su hablar lo hacía vivo en la memoria y en su familia. Cuántas veces me lo recordaba
La grandeza y la responsabilidad de la familia era su primera mirada, era el sentido de su vida y amor, el primer ambiente donde él sentía de amar y sentirse amado. Es verdad que amaba sus hijos, pero tenía ternura para sus nietos. Aun en el último año, con salud frágil, quiso pasar la vacación con todos los nietos y él solo con ellos sin presencia de los hijos porque quiso brindarles todo el afecto.
Creo que en estos momentos libres de preocupaciones o compromisos, era el guardián del amor familiar y testificaba con ellos la honradez, la generosidad, la responsabilidad, el amor al trabajo, la gratitud, la solidaridad, la libertad y la apertura universal. Nos reveló su paternidad de amor no solo con procrear vida, sino en la familia porque era el lugar que cada día el contacto con hijos y nietos en el amor, engendraba vida.
Hoy todo somos testigos y podremos valorar la trascendencia de su amor a los hijos y nietos. Creo que sentía la responsabilidad de que ellos alcancen la estatura que deben llegar a tener en el proyecto de cada uno, en todos los aspectos de su persona y a desarrolle de todas las potencialidades, ayudándolos a alcanzar lo que puedan llegar a ser con paciencia y cariño ¡Que grande pedagogía!
Les ayudó a que desarrollen cualidades, animándolos y aplaudiendo sus logros por pequeños que sean, ayudándolos a que descubran a dónde pueden llevarlos sus inclinaciones y sobre todo, haciéndoles sentir su cariño. Para esto necesitaba no sólo paciencia, sino también tiempo. Su amor auténtico vivido en la familia alcanzó a la sociedad, se abrió a nuevos horizontes de la sociedad.
El tercer rasgo de su personalidad es consecuencia de los dos primeros rasgos.
Se vio en las actividades empresariales, con los sentimientos que he conocido en el Dr. Néstor. Fueron siempre determinadas por un amor a su Tierra Santiagueña, y el deseo de su promoción y en particular con la comunidad de los jóvenes.
Todos los viajes que hacía al extranjero eran para traer novedades de implementación en Santiago, crear fuentes de trabajo. Quería que los miembros se formaran, se especializaran, que fueran artífices del cambio creativo, por eso impulsaba cursos de perfeccionamiento o de gestión. Me parece poder decir que sus empresas son solidarias, formulando objetivos comunes que satisfacen necesidades para llegar a una meta de beneficios sociales determinados. Por lo tanto, toda acción emprendedora se relacionaba con sus hijos y los miembros empleados para generar algo nuevo, y a partir de la innovación, la investigación, las nuevas ideas, nuevos proyectos concretizar un nuevo valor para la misma empresa que la quería dinámica y abierta a la sociedad necesitada.
El Dr. Nestor con sus emprendimientos reflejó niveles de compromiso, reflejó no solo pertenencia e identidad institucional sino compromiso a mirar siempre adelante, mejorando , produciendo cambios, innovaciones para que regenerar las condiciones de vida de todos.
Esta dimensión altruista se manifiesta claramente en el emprendimiento solidario, empresas y organizaciones cuya actividad revierte en beneficio de la comunidad en la que se ponen en marcha y crea un cuerpo humano de pertenencia y participación.
Creo que obtener en las empresas lo que él, con sus hijos había obtenido, fue fruto de una idea de negocio clara, unos objetivos definidos y contar con una oportunidad manifestada en los signos de los tiempos: era claro adelantado y sabía concretizar actitudes que adquiría con el estudio y las interrelaciones. Seguramente habrá encontrado dificultades, pero con la fortaleza, compromiso y capacidades adquiridas, evaluación y una dosis añadida de ilusión, confianza, lograba la vitalidad de los proyectos.
Hoy sentimos el deber de gratitud a Dios que lo enriqueció de talentos y energía, que él supo dar vida mirando a los demás. Ha sido una persona de gran enseñanza. Por todo ello GRACIAS! GRACIAS!