"El artista tiene la obligación de diseñar mensajes esperanzados para el pueblo"
Las canciones que nacieron en pandemia y que Peteco Carabajal les puso música. Un nuevo libro que revelará realidades dolorosas. ENTREVISTA EXCLUSIVA
Adolfo Marino Ponti, "Bebe", en una entrevista con EL LIBERAL en Buenos Aires, habló de las canciones que escribió para Peteco Carabajal, de la música urbana y del nuevo libro que prepara.
Háblame de la nueva sociedad artística que hiciste con Peteco Carabajal.
Con Peteco nos juntamos durante la pandemia, en ese período de desolación y soledad. Nos hablamos por teléfono y empezamos a construir una nueva etapa creativa, él con sus melodías y yo con mis letras. Así nacieron diez temas, de los cuales algunos ya se están grabando, uno de ellos con Riendas Libres (Peteco con Martina y Homero) y otros tres temas con Santiago Trío (Peteco con Roberto Carabajal y Shalo Leguizamón). Después hicimos nuevos temas que seguramente van a salir en nuevas producciones. Hay uno, especialmente, que se llama "Amar, luchar, reír". Es un tema esperanzado que nos inspiramos en la pandemia como para largar un mensaje de esperanza porque el artista tiene la obligación de diseñar mensajes esperanzados para el pueblo. Eso va a salir en el disco "Legado" y la invitó a Carolina Haick para cantarlo.
Además de "Amar, luchar, reír",está uno dedicado a Juan Carlos Carabajal.
Con Juan somos de Quimilí. Cuando él falleció me llamó Peteco para decirme sí que me parecía hacer un tema en tributo ("Alabanza santiagueña"). A esa obra la van a grabar Los Carabajal y con Peteco como invitado. También me mandó otras melodías con algunas ideas nuevas que todavía no las escribí.
-¿Esta nueva sociedad con Peteco va cerrando un ciclo de tu vida creativa?
Esta sociedad con Peteco es muy importante porque va cerrando mi ciclo creativo. Yo empecé con Los Manseros Santiagueños, sigo con Peteco, pasé por Horacio Banegas, Martín Paz, Hugo Torres. Ahora estoy en búsqueda de nuevas expresiones musicales de chicos que están trabajando con sensibilidades nuevas, con una mirada distinta del mundo porque son parte de un nuevo mundo. Entonces, también quiero escuchar esas corrientes novedosas de Santiago del Estero y algunos otros jóvenes del país.
-En ese sentido, ¿te han llegado melodías de esa nueva generación?
Sí, me llegan cotidianamente. En estos momentos estoy trabajando una de Diego Argañaraz, del Dúo Don Argañaraz. Es una melodía muy bonita. Es una chacarera doble. Hice dos coplas para conocer el sentimiento. A mí me gustaba la segunda, pero quería ver qué pensaba él porque trataba de introducirme a un pensamiento más juvenil. Yo soy de la generación antigua y quería introducir algunos conceptos poéticos que tengan, no sé si novedad, pero cierta frescura, digamos.
-¿Cuáles son esos conceptos poéticos con "cierta frescura"?
No sé si la concepción es nueva, pero quería hablar del amor que se construye en el otro, de la insuficiencia de uno en el otro. De eso habla el tema, pero con palabra muy sencillita. Es una filosofía del amor tal como lo conciben los jóvenes ahora, no de un amor libre sino de un amor pasional, romántico, pero siempre fundamentado en la presencia del otro, el otro como lo que sostiene a uno. De eso habla la chacarera.
-¿Cuánto tiene del contenido, para esta nueva generación, de canciones como "Incendio del poniente" que supiste escribir con Jacinto Piedra?
Lo de Jacinto es algo que me supera. No sé si van a salir esas cosas de vuelta, no creo. Es muy difícil. Ha sido un momento muy especial, un momento de inconsciencia, de mucha poesía, de no pensar tanto y de vivir ese tiempo de una efervescencia poética que hoy no la tengo.
-¿Visceral o no?
Tal vez visceral, sí.
-¿Lo de hoy es más racional?
Hoy es más racional, más reflexiva. Esas cosas nacen cuando tiene una cierta irracionalidad poética. Además, el mundo ha cambiado. Hay otro mundo, otro tipo de pensamiento, Hay otras cosas ahora que a veces las puedo descifrar y a veces no. Yo escucho mucho a los chicos jóvenes, escucho mucho a los que están haciendo rap. Escucho a Trueno, Wolf, Nicky Nicole. Quiero ver qué plantean, qué pasa con ese fenómeno, donde reside tanta masividad y adhesión a esas nuevas propuestas. Me intrigan, qué representan, de qué hablan, qué hay en ese lenguaje. Creo que el folclore no puede tocar esos temas, pero sí puede aproximarse a esa sensibilidad.
-¿Qué conclusiones hiciste tras analizar el fenómeno de la música urbana?
Hay factores novedosos en la construcción artística. Tiene mucho que ver la incidencia de las redes. Eso cambia muchas cosas, entre ellas la distribución de la música, les da horizontalidad a las propuestas y genera un sentimiento totalmente novedoso. Por ejemplo, lo que me llama la atención es la unificación del idioma que tienen. No es argentino la forma de cantar, tampoco es caribeño, son más puertorriqueños los giros, las tonalidades, las interrupciones que hay. Por otro lado, me siento muy feliz al saber que muchos de los chicos que llegaron vienen de las riñas de gallos, que eran combates poéticos como antiguamente era la payada. Ahí siento la tradición, aparece la tradición de manera explícita porque estos chicos están reemplazando a los antiguos payadores y se han convertido en fenómeno de masa. Conozco muchos payadores que tienen contacto con ellos. Por un lado, siento desazón, pero por otro lado veo que la tradición logra insertarse en estas nuevas propuestas. De todas maneras, es un género que no tiene nada que ver con la canción folclórica tal como la concebíamos antiguamente, pero no descartemos que en el futuro los chicos que están haciendo folclore incorporen elementos como disonancias. Me genera curiosidad, interés y reflexión.