Los "Springboks" se alzó con el título y el honor
Los sudafricanos brillaron en el primer tiempo con cuatro penales convertidos por Handre Pollard. MUNDIAL DE RUGBY
Sudáfrica se consagró campeón del mundo, tras vencer en forma ajustada a Nueva Zelanda por 12-11, en vibrante final de Francia 2023.
Los sudafricanos marcaron todos sus tantos en el primer tiempo con cuatro penales convertidos por Handre Pollard, y en la parte complementaria mantuvieron la ventaja, con garra y corazón.
La indisciplina de los jugadores de Nueva Zelanda fue determinante en su juego, ya que sufrieron la expulsión de su capitán Sam Cane, la amonestación de Shannon Frizzell y además cometieron varios penales que le costaron caro.
Los All Blacks neozelandeses marcaron sus tantos por intermedio de un try de Beauden Barrett (St. 18') y dos penales de Richie Mo'unga (Pt. 17' y 38').
El apertura Pollard extrajo rápida diferencia con dos penales (3' y 13') para estampar el 6-0 provisorio.
Nueva Zelanda descontó con un penal convertido por Mo'unga para achicar el resultado (3-6).
Sudáfrica siguió dominando las acciones y sumó una nueva ventaja con un nuevo penal de Pollard (19') para establecer el 9-3 parcial.
Sudáfrica sumó una nueva conversión de Pollard (12-3) a los 34' y sobre el final de la etapa, Nueva Zelanda descontó con un penal de Mo'unga (38') para dejar el parcial 12-6 para los Springboks.
En el segundo tiempo, Sudáfrica, con un juego simple y efectivo, manejó las acciones y defendió con extremo orden. Así el bicampeón vigente soportó los embates de los All Blacks que, con un jugador menos, comenzaron a manejar la bola.
En un nuevo avance de los All Blacks, Jordie Barrett limpió la pelota a la salida de un ruck, Telea avanzó y habilitó a Beauden Barrett para marcar el primer try del encuentro. Mo'unga no pudo aportar la conversión y el marcador quedó en favor de Sudáfrica por un exiguo 12-11
En los diez minutos finales, Nueva Zelanda, aún con un hombre menos, empezó a dominar el scrum y tuvo la chance de pasar al frente con un penal marrado por Jordie Barrett, cuya conversión hubiese representado quedarse con la victoria y el título.