Tecnología y desarrollo de la comunicación y el lenguaje
Por Lic. Soledad Vera. Fonoaudióloga OPINA SANTIAGO
El uso excesivo de pantallas genera consecuencias en distintas áreas del desarrollo. Produce alteraciones en el sueño que repercuten en el aprendizaje. Genera dificultades en la comunicación y el lenguaje. Genera problemas atencionales, obesidad, alteraciones físicas y cardiovasculares.
El problema no es estar con el dispositivo, el problema es qué cosas perdemos por usar de manera desmedida un dispositivo. Si destino cinco horas a estar frente a una pantalla, dejo de hacer deporte, dejo de salir a jugar con amigos, dejo de tener posibilidades de socializar. El cerebro aprende con multiplicidad de estímulos, no con un estímulo repetido muchas veces.
El cerebro de un bebé crece al 80% del tamaño antes de los 2 años de vida. Es un cerebro completamente maleable. A medida que va pasando el tiempo esa plasticidad comienza a perder elasticidad. Es por eso que los períodos claves para estimular y para hacer que los niños realicen aprendizajes adecuados en relación con la comunicación, la interacción social, con el juego, con la habilidad para vincularse con los demás y desarrollar conocimiento emocional, se desarrollan en etapas específicas de la vida, no en cualquier momento y no podemos dejar pasar esas etapas.
Hay niños que aprenden colores, números, aprenden a hablar otro idioma a través de dispositivos tecnológicos, pero no cuentan con la habilidad comunicativa o sea no aprendieron el lenguaje. Un niño adquiere el lenguaje a través de la interacción comunicativa con personas.
El proceso de adquisición de la comunicación y el lenguaje comienza en el nacimiento y se completa alrededor de los 6 años, luego el lenguaje continúa enriqueciéndose a lo largo de toda la vida. Pero hay algo que tenemos que saber. El lenguaje es una habilidad que tiene un período crítico para su adquisición. El uso de dispositivos en niños menores va a enlentecer la capacidad de desarrollar y de comprender el lenguaje (siempre que hablemos de niños de desarrollo típico) y en aquellos niños con alguna alteración biológica va a potenciar aún más su dificultad.
Según un estudio de la Universidad de Purdue, un niño de desarrollo típico entre los 24 y 30 meses puede aprender 3 palabras nuevas por cada 8 horas de vigilia. Por eso es importante que en las rutinas diarias podamos crear intercambios verbales donde exista la comunicación entre el adulto y el niño. No solamente no darle el celular a los niños, sino también tener plena disposición para el intercambio y no estar nosotros mismos con el celular si no es lo mismo que darle el celular a ellos. Hay que entender que la motivación es constituir el aprendizaje.
Como padres uno tiene que tratar de buscar actividades que estimulen el desarrollo del lenguaje, como leer un cuento sencillo ayuda a aprender palabras nuevas; jugar todos los días es otro momento que permite la interacción y la incorporación lingüística. La Organización Mundial de la Salud en el 2018 prohibió el uso de dispositivos electrónicos a menores de 5 años a causa de los efectos adversos que ocasionan en el cerebro en desarrollo.