Policiales

Ávila convivió 3 días con cuerpo de Priscila Martínez, hasta fijarle un contrapiso

ESCENARIO NEGRO: Ávila intuye que la última estación solo es prisión perpetua

DEBATE. Ávila enfrenta desde hoy el proceso por el femicidio de Priscila. A la vez, es juzgado por el abuso sexual de otra adolescente. JUICIO Arranca la película negra y de terror del joven bonaerense

Rubén Oscar Ávila, el hombre de dos identidades, enfrentará desde hoy el engranaje judicial en torno al asesinato de su sobrina, Priscila Martínez de 15 años, a quien mató en 2020, convivió tres días con su cuerpo, hasta taparlo con una fina capa de cemento.

Tan macabra, como inentendible, enfrenta la historia que desmenuzará el tribunal. Enfrente, el equipo de los fiscales, Alicia Falcioni y Hugo Herrera desandarán los aspectos más retorcidos en la personalidad del femicida, oriundo de Buenos Aires y que utilizaba a otra identidad falsa.

Las crónicas recuerdan que Priscila fue vista por última vez el 23 de febrero. Y su cuerpo fue hallado 40 días después en un pozo de una vivienda del Bº Los Lagos en La Banda, donde residía Ávila, quien ya estaba detenido como sospechoso de su desaparición.

Priscila salió (sin destino aparente) de su casa, ubicada en las calles Almafuerte y 1º Pasaje del mismo barrio, junto a Ávila, quien le prometió trabajos de limpieza y lavado de ropa. Como la adolescente nunca regresó, su familia denunció su desaparición y desde hacía una semana, organizaciones civiles de mujeres montaron una campaña masiva en redes sociales para visibilizar su búsqueda.

En aquellos días cayeron presos dos sospechosos, uno de ellos Ávila, ya que fue el último que la vio con vida. Al requisar su casa, los funcionarios trabajaron con albañiles y el joven se quebró rápidamente.

Estremecedor

Los testigos arrancarán hoy su cita con la Justicia. Se sabe que Ávila mató a la adolescente y ocultó el cuerpo durante tres días. Aún hoy los especialistas no se explican cómo nadie advirtió malos olores. Menos aún, por qué a nadie extrañó que el joven cavó un pozo y adosó un "contrapiso", resuelto en borrar toda prueba que lo condujera a la macabra desaparición de su sobrina, interpretaron los expertos.

Como sea, la Justicia reconstruye desde hoy el entramado del rompecabezas criminal, valiéndose de todos los testigos que amenazan, sin saberlo, con edificar una previsible condena a prisión perpetua de Ávila.

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