Casados en mayo del 2019: siete meses después la asesinó
Ramón Héctor Ibáñez la habría asesinado la madrugada del 17 de diciembre. Enfrenta una posible pena de prisión perpetua. FEMICIDIO EN CLODOMIRA Apogeo y ocaso de una relación y asesinato de Olga Carrizo
En volátiles cinco meses, Ramón Héctor Ibáñez trastocó el "unidos para siempre" de un matrimonio prometedor, y emboscó a su esposa Olga "Kuky" Carrizo, en la oscuridad, y la asesinó con el filo de una sevillana, en la ciudad de Clodomira, provincia de Santiago del Estero.
Los capítulos tétricos del femicidio son juzgados desde ayer por los vocales, Rosa Falco, Alfredo Pérez Gallardo (presidente) y Luis Achával.
En el banquillo, Ibáñez, escudado por la defensora oficial, Cecilia Pinto, escuchó en silencio los cargos: "Homicidio doblemente agravado por el vínculo y mediar violencia de género", reprimido solo con prisión perpetua, es la acusación de las fiscales, Natalia Saavedra y Pilar Gallo.
De acuerdo con el alegato acusatorio, la pareja contrajo enlace el 10 de mayo del año 2019 y fue a convivir en el Bº Mendilarzu. Con los problemas de toda relación convencional, al poco tiempo Ibáñez delató su rostro genuino: celos, violencia y escaso apego al trabajo.
Para octubre el vínculo ya se habría roto cuando la víctima se fue de su casa. Con sus cinco hijos, fue a vivir a la casa de una amiga. Cero casualidad, la madrugada del 17 de diciembre Ibáñez la habría interceptado en un camino. Le habría reprochado que salía a bailar y que estuviera acompañada por un amigo de apellido Paz, a quien expulsó con el pretexto de hablar con Carrizo.
Diez minutos después, Carrizo cayó herida mortalmente en el charco de su propia sangre. Con una sevillana, Ibáñez la había asesinado con heridas letales en el cuello, la espalda y abdomen, según los forenses.
Con el femicida internándose en la oscuridad, los amigos de Carrizo la encontraron agonizante. Ibáñez fue apresado horas después y ahora la Fiscalía trabaja para una condena a perpetua.
"Soy viudo", respondió enfático al tribunal
El tribunal indagó ayer en Ibáñez sobre sus condiciones personales: educación, residencia previo al horror, padres y estado civil. "Soy viudo", respondió en forma enfática, generando inocultable perplejidad.
Después, declararon los policías que trabajaron aquella madrugada. Hoy harán lo propio, el médico que hizo la autopsia, los psicólogos y para mañana se prevé el testimonio del amigo que acompañaba a Carrizo, al ser interceptada por Ibáñez. El testigo reside en Buenos Aires y la declaración será virtual.