Cardiólogo acusado de fratricidio: "Mi hermano no está, se fue a hacer un largo viaje"
"Mamá me siento mal" habría expresado Daniel Chávez Espinoza la noche del miércoles 5, mientras cenaba con su madre y el supuesto homicida en la vivienda de calle Santa Fe. En la escena hallaron jeringas y un tranquilizante
La Justicia de La Banda ahora trata de reunir evidencias, "atar cabos sueltos" y establecer cómo fue que el médico cardiólogo José A. Chávez Espinoza habría asesinado a su hermano, Daniel Enrique, y trasladado hasta el paraje La Victoria donde le habría prendido fuego.
Tal como lo publicó EL LIBERAL ayer en exclusiva, tras 24 horas de intensa investigación, la Fiscalía —representada por el Dr. Hugo Herrera— logró identificar el cadáver que estaba NN desde el pasado 6 de julio.
Una vez que se estableció que el cuerpo pertenecía a Daniel Enrique Chávez Espinoza (28), personal de la División Homicidios y Delitos Complejos —que estuvo a cargo de la investigación todo el tiempo— posó sus ojos sobre su círculo íntimo.
Se recabaron varios testimonios y se determinó que el presunto autor del asesinato habría sido su hermano, el profesional de la salud de 38 años, residente sobre la Ruta 51 del Bº San Carlos.
Ahora la Justicia —a través de los investigadores— busca confirmar todas las sospechas que hay sobre cómo fue que sucedió el macabro episodio en el que Daniel Enrique recibió un disparo en la cabeza y luego fue quemado, aún estando con vida.
En ese marco, fuentes cercanas a la causa revelaron que la víctima y su hermano habrían estado juntos la noche del pasado miércoles 5 —el día antes del hallazgo del cuerpo— en la casa de su madre.
La víctima habría mantenido una discusión con su hermano (hasta el momento los investigadores no tendrían claro el motivo de tal pelea) mientras cenaba. En un determinado momento, Daniel le habría manifestado a su madre que se sentía mal.
Ahí es donde entra la hipótesis de las pesquisas sobre la posibilidad de que la víctima hubiera sido drogada por su hermano médico. Cabe remarcar que durante los allanamientos, los investigadores secuestraron de la vivienda de calle Santa Fe dos jeringas descartables y 8 ampollas de un tranquilizante.
Además, esa teoría podría ser reforzada simplemente con el sentido común. La víctima medía más de 1.70 y su presunto atacante es de contextura física mucho menor. Sospechan que tras "adormecerlo" lo llevó casi inconsciente hasta donde le habría disparado y luego incinerado.
Era dueño de un albergue transitorio
Daniel Enrique tenía 28 años. Vivía con su madre y era el hijo menor. Su padre —un médico pediatra de nacionalidad peruana— falleció durante la pandemia y él quedó al cuidado de su madre, una mujer de avanzada edad.
Era dueño de un hotel alojamiento ubicado sobre calle Sarmiento casi Colón. Además de eso tenía varias propiedades en sociedad con su hermano, no solo en la capital santiagueña, sino también en Buenos Aires y en Perú, de donde su papá era originario.
Sus vecinos manifestaron que era fanático de Club Atlético Central Córdoba. Era muy común verlo vestido con la indumentaria del "Ferroviario". Un lugareño expresó: "Siempre tenía la camiseta o el pantalón de Central".
No tenía pareja ni hijos y según los vecinos era muy "amigable y sociable".
Peritarán todos los rodados secuestrados
La Fiscalía ahora busca confirmar todas las teorías con más evidencias. Para ello se ordenó que los vehículos secuestrados —un Toyota Corolla y una Renault Daster— sean sometidos a pericias para establecer qué vehículo habría utilizado para llevar el cuerpo hasta el camino vecinal donde fue hallado.
También expertos analizarán todos los artefactos electrónicos incautados en los domicilios. El contenido de las jeringas; además se pedirá información a las compañías móviles con datos precisos sobre el número de la víctima.
Los investigadores no descartan realizar nuevos operativos en las próximas horas, sobre la base de la causa, ya que se habría establecido que el acusado habría comprado un bidón con combustible en una estación de servicio.
"Se fue a hacer un largo viaje", habría manifestado el médico a vecinos
Tras la desaparición de Daniel, los vecinos habrían notado su ausencia, ya que era muy común verlo en las afueras de la vivienda de calle Santa Fe al 200 del barrio Congreso, donde residía con su madre y era muy sociable. Según se supo, cuando los investigadores realizaron averiguaciones por la zona, un lugareño —de quien se preserva la identidad— expresó que el pasado sábado 15 observó al médico cardiólogo en el automóvil Toyota Corolla que la víctima conducía.
Allí le habría preguntado por el paradero del joven a lo que el profesional de la salud habría respondido: "Se fue de viaje, hará un largo viaje", sin dar más detalles sobre la ubicación de su hermano.
Los investigadores establecieron que tras este episodio, el médico comercializó el vehículo de su hermano por más de tres millones en una concesionaria bandeña desde donde se secuestró el rodado.
Además se supo que el acusado habría expresado algo similar a su madre cuando ésta le pidió que buscara a su hermano. La mujer —que declarará en la Unidad Fiscal en los próximos días— le habría pedido en reiteradas oportunidades que José Antonio busque a su hermano Daniel. "Debe andar de joda", habría sido la primera versión del acusado ante el pedido de su madre para luego reforzar tal supuesto hecho expresándole que su hermano habría salido de viaje y que él se "ocuparía de todo".
Pese a ello, la mujer habría tratado de comunicarse por teléfono con su hijo, pero el aparato siempre le daba apagado. "No debe tener señal", habrían sido las expresiones del ahora sindicado como supuesto asesino.