Mató al hermano de 7 puñaladas por la herencia de su padre

Convencido de que su hermano le "marcaba" (robaba) animales heredados de su padre muerto, Abel "Pelusa" Álvarez asesinó ayer de siete puñaladas a Luis Álvarez, en el patio de una casa del Bº Matadero, haciendo añicos la paz vecinal en Pinto, departamento Aguirre.

El fratricidio estalló antes de las 11 de la mañana. Según los testimonios del proceso que timonea el fiscal Guillermo Farías, la "grieta" entre los hermanos sobrevino meses atrás, al dejar de existir su padre en un campo del paraje 45, a 10 kilómetros de Pinto.

Antes, el progenitor había dejado a sus hijos (6 mujeres y 3 varones) una casa, un campo y animales. Al poco tiempo, Luis habría vendido un campo y se fue a vivir con su madre en una casa que adquirieron en el Bº Matadero.

En el paraje quedó "Pelusa" con su familia. La investigación develará el desgaste de la relación de los hermanos y por qué "Pelusa" estaba seguro de que Luis le robaba animales y le entregó menos dinero del que le correspondía por la venta del campo.

Principio del fin

Así, antes de las 10 de la mañana, "Pelusa" marchó en motocicleta a la casa de su madre. Se mandó directo al interior, sacó a su hermano a la cocina y luego a un patio. Allí, le exigió que le precisara el dinero que le robaba y explique "por qué andas marcando" sus vacas, relataron los testigos.

La respuesta de Luis no satisfizo a "Pelusa". En segundos, apareció en sus manos un cuchillo tipo carnicero. Con su madre acostada en una habitación, el motociclista inició una feroz pelea, cuyo extremo se precipitó sangriento al acuchillar 7 veces a su hermano.

Luis quedó inmóvil entre yuyos y plantas. Al contemplar el desastre en derredor, "Pelusa" arrojó el cuchillo en el pasto. Se lavó la cara, recorrió los 600 metros que dividen la casa de la Comisaría 17. "Vengo a entregarme. Acabo de matar a mi hermano", dijo a los policías. Entre azorado e incrédulo, el oficial llamó a su superior. El primero chequeó el dato y un vecino lo confirmó. Esposó a "Pelusa" y lo encerró en una celda. Antes, el homicida miró hacia la calle, cual despedida de dos vidas truncadas desde el odio y la ambición por lo material.

El fiscal requirió documentación y ordenó urgente autopsia para hoy

Todos los "dolientes" desfilarán por la Comisaría 17 desde el miércoles. Deben proveer las piezas clave para que el fiscal reconstruya la abrupta ruptura por la cual "Pelusa" matara a su propio hermano. Y entregar documentación por la sucesión de los animales en teoría "vendidos" por Luis.

Para "Pelusa", su hermano le vendía sus vacas. "Se lo pregunté y me lo negó", habría afirmado a un policía, al confesarle que segó la vida de su hermano con 7 puñaladas a la altura del tórax.

Entre hermanos quebrados y una madre presa de la ambivalencia, reticente en aceptar que sus dos amores le provocasen tristeza y desolación, la Fiscalía delineaba anoche una estrategia. Ésta se iniciará hoy con la autopsia y luego, el cuerpo será entregado para su sepultura.

Nadie podía aventurar si había fortaleza para un velorio y, a la vez, llevarle comida al responsable de tamaño luto. Uno de ellos deslizó que las diferencias eran notorias, pero nadie imaginó que llegarían al crimen. Reconoció que los números eran poco convincentes, pero juzgaron que Luis terminaría acercándose a las cifras o estimaciones de "Pelusa".

El hartazgo del homicida era por todos asumido tangible, notorio, pero a la vez subestimado. Allí recaía anoche la conclusión de los hermanos, que no lograban reaccionar o inclinarse entre ponerse de pie en auxilio del hermano preso, o llorar por el muerto.