"THE PALE BLUE EYE", DE 2022, SE PUEDE VER EN NETFLIX COMO "LOS CRÍMENES DE LA ACADEMIA"

Edgar Allan Poe vive en un policial de enigma

Por Heraldo Pastor.

La crítica en general no recibió muy bien esta nueva realización de Scott Cooper, autor de numerosos thrillers y comedias, de quien comentamos el año pasado en esta columna su muy buen film anterior, "Antlers".

El propio Cooper escribió el guion, basado en una novela de Louis Bayard, que ficcionaliza una etapa de la vida de Edgar Allan Poe, el periodo juvenil, cuando formaba parte de una academia militar. De hecho, a este filme se lo difundió en el mundo hispano con el título "Los crímenes de la academia", más comercial y definitivamente sin el lirismo del original. El título, esa referencia a un ojo celeste, está tomado de unos versos que Poe-personaje recita en la película; estos son en realidad una creación del novelista Bayard, muestra de una ingeniosa aproximación al espíritu de Poe a través de la ficción. En ese poema hay reminiscencias de otras piezas literarias reales del autor, como "Lenore" o "El corazón delator"; y hay muchas otras resonancias similares en toda la narración, algunas obvias, otras no tanto, como un cuervo que anda por ahí o un caserón consumido por las llamas.

Y precisamente, uno de los principales atractivos de "The pale blue eye" es ver vivo al escritor hito del género del terror. La trama está presentada como un policial de enigma al uso: un detective, Augustus Landor, es convocado para investigar la muerte de un cadete en la academia militar West Point. Después la situación se complica con la aparición de nuevos cadáveres. Poe se convierte en auxiliar en la investigación. Esto es lo básico del planteamiento narrativo. Es cierto –como dijeron algunos críticos– que no es de los policiales de tipo "whodunit" más destacados, que tenga una resolución de las que provoca asombro. Hay quienes le achacan cierta morosidad al desarrollo; pero es parte de una narración clásica, que va exponiendo meticulosamente las pistas, sospechas, las especulaciones.

Gran labor actoral y otros ingredientes atractivos

En compensación, Cooper cuenta con diversos ingredientes que le dan atractivo y fluidez a su relato: gran puesta en escena, la música siempre eficaz de Howard Shore, variados tonos (de la dureza del thriller –incluido el gore– a la emotividad romántica), buenos diálogos y un elenco multiestelar (Christian Bale, Gillian Anderson, Robert Duvall y otros). Y aquí está otro de sus puntos fuertes: aparte de una labor con la esperada ductilidad de Bale en el rol del detective, está el trabajo notable de Harry Melling, aquel gordito Dudley Dursley de las películas de Harry Potter. Melling hace una caracterización que proporciona lo que esperábamos del film cuando sabíamos que se estaba realizando, es decir, ver a Poe vivo.

En lo personal, en determinado momento ya ni me importaba el enigma policial ni si la narración fuera lo suficientemente verosímil o si resultara burdamente tramposa o previsible (hay un giro que se ve venir). Esperaba las intervenciones de Poe-personaje, que por suerte son muchas, al nivel de convertirse en coprotagonista. También opinó alguien que no se había captado la oscuridad del escritor; al respecto, hay que pensar que la película lo presenta en su etapa juvenil, probablemente la más luminosa, la de las esperanzas, cuando todavía no han llegado los golpes más duros, el desencanto ni el pesimismo. Sin embargo, la mentada oscuridad está allí, ya insinuada, presentada con sutileza; podría haberse apelado al recurso fácil, para el "gran público", de un Poe tétrico, pero se prefirió el riesgo de otra caracterización menos previsible o complaciente. La entrega de Melling enamora, y hace pensar en el gran futuro que tiene como actor, si le tocan personajes desafiantes como este.



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