NOCHE DE DESTROZOS

Apareció la mujer trans y le fijaron restricciones sobre el menor que la acusó de rapto en residencial

Declarará recién cuando lo haga el adolescente, de 16 años, que le endilgó drogas y rapto con otra mujer trans. Versiones de los unos y los otros.

Casi una semana después del escándalo nocturno, una mujer trans se presentó en la Fiscalía y fue notificada de una serie de restricciones e impedimento de contacto, tras ser acusada de secuestrar a un adolescente de 16 años y drogarlo, en el interior de un residencial de calles Rivadavia y Sagrado Corazón de Jesús.

Se trata de "M.V.L.", quien asistida por la defensora oficial, Analía Loto, se habría puesto a Derecho ante la fiscal Victoria Sottini, luego de un grave incidente el 6 de enero último en el residencial Rivadavia, propiedad de Raúl Sánchez.

Concretamente, hay dos fiscales que investigan el presunto abuso sexual del adolescente y, a la vez, los destrozos (en dos turnos) en el edificio, atribuidos a familiares y amigos del menor.

Sexo, gritos, videos y destrozos

Todo comenzó cerca de las 21.30. Un adolescente de 16 años habría enviado un sms de Whatsapp a sus padres, pidiéndoles ayuda e informándoles que habría sido drogado, raptado por dos mujeres trans y encerrado en una de las 21 habitaciones del residencial.

Los progenitores pidieron ayuda a la policía. Diez minutos después, los unos y los otros habrían arribado al residencial e ingresado a la fuerza. Luego, el dueño y los empleados habrían denunciado que sufrieron agresiones físicas, destrozos y robos.

Mientras el menor era literalmente rescatado de un baño, su acompañante (M.V.L.) se las habría ingeniado y se retiró, sin ser vista.

Lo que vino después fue todo descontrol. Desde los dueños, el reproche fue que el Rivadavia haya sido tomado por asalto y nadie frenara a los "visitantes" que rompieron todo cuanto encontraron a su paso, al menos eso se destacó en la denuncia ante la Seccional Cuarta.

Versión de los padres del menor

Por el contrario, los padres del adolescente habrían subrayado la siguiente recriminación: "... No hubo control de identidad en el lugar, dado que siempre se solicita documento a cada persona"... "... Este menor no habría ingresado al lugar por su cuenta y, a su vez, los gritos del hombre con el que entró a la habitación fueron notorios"... Si la familia los pudo escuchar por celular, conjetura que los trabajadores del lugar también lo sintieron, pero en actitud pasiva sin colaborar, trascendió de la incipiente batalla legal.

Asimismo, la familia también responsabilizaría al dueño del residencial "por el daño físico y psicológico" del jovencito, quien ahora debe declarar en Cámara Gesell en los días venideros: sería escuchado por psicólogos, abogados, instructores y la fiscal Victoria Sottini.

Hasta entonces, la mujer trans deberá esperar para ofrecer su versión a la funcionaria. Así se lo habrían informado los instructores a la misma y a la defensora Loto.

Posteriormente, se habrían retirado del edificio fiscal. Le fue ordenado no acercarse al jovencito, tampoco a su grupo familiar, ni al residencial Rivadavia. Lo contrario la expondría a una segura "desobediencia judicial", pasible de nueva imputación y hasta detención.

Los reproches del dueño del edificio y la familia del joven

Los dos fiscales habrían citado a numerosos testigos, resueltos en abstraerse de ambas posiciones y establecer conductas. En principio, el propietario alegaría que los sujetos rompieron todo y le robaron artículos electrónicos, lo cual es investigado por Belluomini, deslizaron las fuentes.

En tanto, su par Sottini tiene a su cargo lo más sustancioso: que un menor haya ingresado por cuenta propia, o forzado, sin que ninguno de los trabajadores lo impidiese. Al parecer, en un punto los videos mostrarían que entraron ambos y fueron guiados hacia una habitación.

Distantes, el contexto y el corolario hoy son potestad de los dos funcionarios, quienes antes se munirán de cámaras, testigos, secuestros y testimoniales de ambos bandos.

''Que hablan cuando callan los abogados''

En ese escenario no tan lógico para el hombre común, los abogados pareciesen estudiar las mejores y peores proyecciones para unos y otros de sus representados, quizá guiados por una matemática que excedería -por lejos- a la verdad brutal contemplada superficialmente.


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