ENTREVISTA EXCLUSIVA CON EL PENSADOR, SOCIÓLOGO, ESCRITOR Y PERIODISTA

Sergio Sinay: “Hoy el varón es culpable hasta que demuestre lo contrario, está con miedo y sin saber dónde pararse”

Apoyo al feminismo que trabaja para que se reconozcan reivindicaciones justas, pero no contra los hombres sino para que varones y mujeres podamos convivir mejor.

Por Emilio Marcelo Jozami


El punzante pensador bandeño, radicado en Buenos Aires, habló con la profundidad que lo caracteriza y sin tapujos sobre el feminismo, la masculinidad, el lenguaje inclusivo, que han colocado al hombre” sin saber dónde pararse”.

Asimismo recordó su infancia, su pasión por el periodismo, su familia y su agradecimiento.

En una entrevista con EL LIBERAL realizada en Buenos Aires, Sergio Sinay, respondió de la siguiente manera:


¿Tiene la sociología una explicación para el sentido de pertenencia tan fuerte que tiene el bandeño?

Más que la sociología, la psicología. Los lugares donde uno se forma, voy hablar de la experiencia personal. Donde uno se forma como persona quedan raíces, tuvo sus primeros amores, el de los padres, su primer amor, mi primera maestra, eso queda para siempre, el olor del tren no se va nunca y yo vivía a dos cuadras de la estación, con mi hermano Horacio, que es tres años menor que yo, íbamos a ver llegar el tren, el tren para mí está ligado a la Banda.

Es una explicación psicológica de cómo uno va formando su identidad como persona y los valores, cómo se vive, cómo se relaciona con los vecinos y los compañeros de colegio.

De hecho con mis compañeros de colegio mantengo una relación actual muy fuerte, de mucho afecto, mucho cariño. Cuando vuelvo a Santiago los encuentros son muy hermosos.


¿Qué le provoca el volver a esos tiempos de la infancia donde fue feliz?

Si yo tuviera que definir en una sola palabra, condensar todas las emociones que se dan, lo que se siente en una sola palabra diría agradecimiento. A esta altura de la vida he pasado muchas experiencias, las más alegres y las más tristes. A través de todas esas experiencias .Cuando me miro yo estoy contento con la persona que soy. Estoy en paz con la persona que soy. Y tengo un enorme agradecimiento hacia lo que La Banda y Santiago aportaron a la persona que soy. Yo me vine a Bs. As. a los 17 años a estudiar, pero nunca me fui del todo. Regresaba siempre a ver a mis padres. A la primera de cambio me venía. Me tomaba el tren aunque sea por dos días. Después por supuesto se fue construyendo mi vida en Bs As y venía menos, formé mi familia, pero nunca me fui. El corazón no se había ido, la memoraría estaba presente, y el agradecimiento porque yo aprendí con los vecinos que teníamos, con mis hermanos, padres, profesores, no quiero dejar de nombrar al profesor Pepe Presti, un maestro de la vida que me ayudó a ser el que soy.


¿Dónde cursó la primara y la universidad?

La primaria en la escuela Mariano Moreno Nº 127 de La Banda, donde hace unos años volví y me traje una fotocopia de los boletines que me faltaban, una gran emoción. Hermosa escuela que recuerdo con gran cariño a la señorita Terzano, mi primer maestra la señorita Aurora Villalba de Lami, después el Colegio Nacional Absalón Rojas.

En realidad yo quería ser periodista, yo quería escribir, pero mis padres me decían de eso no se puede vivir, no es una carrera, tienes que tener un título. Yo quería venir a Bs As porque estaban todas las revistas que yo leía, los diarios, pero con qué carrera y apareció una carrera nueva que era sociología y yo pensé que me podía ayudar a lo que yo quería.

Les agradecí a mis padres toda la vida el coraje y la confianza en mí, de que yo me iba a desarrollar acá. No era un gran estudiante de sociología porque tenía el ojo en el periodismo, pero le tenía que responder a mis padres. Mi idea es que en la vida siempre somos estudiantes todo el tiempo y que nos vamos a ir de esta vida con un montón de materias dadas, pero sin un título, por suerte, porque no nos recibimos, tenemos que seguir estudiando.


¿En su último libro “Ira de los varones” aborda una temática en la cual muchas veces por ser políticamente correcto no se aceptan ciertas opiniones hay un feminismo radicalizado y donde radica esa ira de los varones?

No hay un solo feminismo. Hay feministas que buscan que se reconozcan reivindicaciones justas, pero no contra los hombres sino para que varones y mujeres podamos convivir mejor, en situaciones de equidad. El acento no hay que ponerlo tanto en la igualdad sino en la equidad, porque la igualdad trata de cortar a todos del mismo tamaño. Hay una talla y todos tienen que ser iguales. Pero los seres humanos somos distintos por naturaleza gracias a Dios porque si no seríamos clones y sería aburridísima la vida. Lo importante es la equidad. La equidad respeta las diferencias e iguala los derechos, pero no iguala todo como pretende algún feminismo. Escribí este libro porque me considero con derecho a hablar como varón y vengo criticando desde adentro de la masculinidad hace mucho tiempo, los mandatos que nos han hecho endurecernos, desvincularnos de nuestras propias emociones, nos han convertido en carne de cañón para las guerras. Yo vengo propugnando que no tenemos que hacernos feministas porque las mujeres no lo necesitan. Necesitan varones con una masculinidad que no sea violenta, que no sea agresiva, que sea amorosa, pero que sea firme, sea presente, con más testosterona espiritual, porque la testosterona del cuerpo ya la tenemos de nacimientos, pero la otra la tenemos que desarrollar. Como vengo escribiendo y trabajando sobre eso, yo tengo derecho de escribir de esto y no me van a decir que soy machista y las que me digan que soy machista no me conocen y están muy equivocados. Lo que traté de reflejar en el último libro es una crítica fuerte a esta oleada que hay en el tema de género, donde hay un género ausente desaparecido, que es el masculino. Se habla de una multiplicidad de géneros, pero nunca se dice ni les interesa siquiera saber, qué pasa con los varones en medio de todo esto. Y con los varones pasan muchas cosas. O sea hoy en día a la luz de esta oleada el varón es culpable hasta que demuestre lo contrario y la verdad es que yo no soy culpable por los hombres que golpean, por los hombres que matan y muchos hombres no matamos, no golpeamos, no violamos, por el contrario amamos bien a nuestras mujeres y a nuestros hijos, compartimos espacios, somos solidarios y la verdad esto de ser culpable por ser varón no me va. Eso me instó a escribir el libro, habla de los varones que hoy están con miedo y sin saber dónde pararse, porque hoy parece que la galantería es un pecado y no una forma de respeto y acercamiento a otra persona, hay varones machistas que se han puesto más machistas a raíz de ello, pero debemos denunciarlos, porque son esos varones que dañan a la masculinidad además que a la mujer. Están esos, pero está el varón asustado, los que no saben dónde ponerse.

Están los varones feministas que parece que se sienten culpables no se sabe de qué, de algo que no han cometido, pero es como si quisiesen quedar bien ante la mamá para que nos los castigue, ante la mujer que la ven como mamá. Y yo insisto no es necesario que haya varones feministas.

Hay muchos hombres que cumplen muy bien su función de padre, esposo, en su trabajo, entonces está también la ira de los justos que incluso la Biblia hablaba, que es la ira ante la injusticia y yo creo que en estas movidas que tienen mucho de oportunismo político e ideológico. Que ahora se ha sumado a la cultura de la cancelación y del pensamiento correcto, muchas veces hipócrita porque no se anima a decir lo que realmente piensa y lo disfraza de otra cosa. El oportunismo termina dañando a lo que dice defender, pasa con los derechos humanos, con el derecho de las mujeres en muchos ámbitos.

Es momento de hablar no de callar en general en la sociedad y en lo personal yo a esta altura de mi vida yo no estoy para callarme y menos con la profesión que ejerzo. Si puedo fundamentar y dar argumentos para aquello que yo pienso lo digo y los sostengo y no soy culpable por ser varón de nada. Y además creo que sí hay que reivindicar muchos de los derechos por los que luchan las mujeres. Pero las mujeres que viven una feminidad auténtica y profunda, porque como somos diferentes a esa diferencia hay que complementarla y poniendo en nuestros vínculos, no sólo en los de pareja, en los espacios de trabajo, en la política, en la ciudadanía en todos lados, poniendo cada uno lo que uno tiene de propio que no tiene el otro. Construir vínculos que realmente no sean de exclusión.

El lenguaje por ejemplo, es excluyente, empieza por excluir letras en un idioma tan rico como el idioma español, que nos ha permitido a los varones y mujeres a lo largo de los siglos, amarnos, criar hijos, construyendo familias, sociedades enteras, hablando con algunas palabras que terminan en o y otras que terminan en a, que definen lo masculino y lo femenino y ahora se quiere reducir todo eso cómo los jíbaros, porque hay una reducción del pensamiento para dejarlo cada vez más chiquito, sacándole palabras inventando formas de hablar que son antinaturales para la forma que nos comunicamos los seres humanos, pero además tratando de imponerlas autoritariamente incluso hasta en documentos a veces o escritos y la verdad que en lugar de contribuir a la comunicación contribuye a la incomunicación y al enfrentamiento, bueno de todo eso hablo en el libro, porque creo que hay que decirlo.

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